Parte 23

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Félix miraba como Bridgette estaba acostada en el césped. El la había llevado mismo jardín de antes. Los pies de la chica estaban levemente hundidos en el pequeño lago. El rubio caminaba de un lado a otro.... Inquieto.

Los ojos de Bridgette se mostraban rojos, y una expresión de decadencia. Parecía arrepentida e ida. Félix le dieron ganas de destruir algo.

Félix era un chico de pocas palabras. No sabía exactamente que era lo que debía decir. Quería consolar a Bridgette, pero no sabía cómo.. Lo único que le quedaba en su mente era ir hasta donde Marinette y hacerla pagar.

Si Marinette fuera echo un chico, Félix lo hubiera destrozado. Le fuera quebrado cada uno de sus huesos mientras este suplicaba por clemencia. Esa era una venganza justa, por haber echo llorar a Bridgette. Lastima que ese no era el caso. Marinette era una chica, y Félix no golpeaba a las mujeres.

Claro, si... Les daba su merecido si lo hacían enojar, pero nunca se atrevería golpearlas. Eso no era parte de su naturaleza.

Marinette, Marinette, Marinette... Félix la haría pagar por cada palabra cruel que haya salido de sus labios, y hacer llorar a la chica que amaba.

Felix peino su cabello hacia atrás para asegurarse que su cabello se mirará bien, y luego se detuvo enfrente de Bridgette, con los brazos cruzados y una expresión neutra.

Estaba cabreado y con ganas de torturar a quien fuera que se atravesará en su camino.

Bridgette, por otro lado. Estaba intentando procesar la situación. No había querido lanzar aquellas cuchillas filosas en contra de su hermanita, sin embargo, Marinette también la había lastimado. No sabía si Marinette realmente se arrepintió de sus palabras después, pero ella si. Y el recuerdo la atormentaba.

Fue cruel, pero no pudo evitarlo. Ella no se consideraba una chica fácil solo por entregarse a Félix.

Las Lunas no podían resistirse a sus Alfas, y fuera cual fuera el motivo, siempre terminaría doblegada ante Félix.

Si ella no se fuera entregado al rubio ese día en la playa, de igual forma tarde o temprano lo fuera echo. Su destino estaba junto a Félix, y fue escrito incluso antes de que ella naciera.

Ella en realidad anhelaba ser una Luna. Sintió una fuerte conexión con aquellas personas que la miraban como si ella fuera una especie de Diosa. Quería ayudarlos, y si era posible guiarlos.

Tomó la desicion por su cuenta, y Félix no la obligó a aceptar. Ella se entregó a el porque así lo quizo.

¿Por que Marinette no respeto su decisión?

Bridgette siempre había apoyado las decisiones de Marinette, por muy absurdas que fueran. Ella tenía la esperanza de que Marinette la apoyara ya que sin el apoyo de su hermana, nada sería igual. Pero... Por muy cruel que suene, si Marinette no estaba de acuerdo en su relación con Félix, a ella ya no le importaría, por mucho que le doliera.

Se quedaría con Félix, le gustará a su hermana o no. Y nadie cambiaría aquella decision. Ni si quiera su madre.

— Bridgette, por cada lágrima que sale de tus ojos, me dan ganas de lastimar a tu adorada hermana. —El rubio frunció el ceño aún más. Bridgette alzó la vista para verlo. —Asi que por su bien, te aconsejo que ya no llores. Me duele verte de esta forma. ¡La lastimare si sigues llorando por su culpa!

Bridgette froto su nariz con la muñeca de su mano. Limpio sus lágrimas y bajo la mirada. Se avergonzaba de que Félix la viera en ese estado tan.... Deplorable.

Bridgette siempre había sido una chica fuerte y decidida. No estaba acostumbrada que alguien la viera de esa forma.

Ni si quiera Félix.

The Alpha MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora