Parte 38

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Los párpados le pesaban, y sus ojos no le respondían. La luz le fastidiaba. Pegaba contra su rostro, haciéndole fruncir el ceño. Frotó sus ojos, abriéndolos con dificultad. Bostezo adorablemente, y enfocó el lugar.

Las cortinas rosas, los peluches de conejos, y su hermoso gatito de peluche estaban sobre su cama.

La cobija cubría la mitad de su cuerpo.

— ¿S-señor Mimi? —Ella tomó al gatito de peluche en sus manos. Sus grandes ojos verdes la observaban. Era el, su cuarto, su cama. ¿Pero que estababa pasando?

Llevo un dedo a su sien, cuando sintió un pitido. Su cabeza se sentía como si fuera a explotar. Lanzo el peluche a un lado.

Ese no era su gatito. No podía ser.

— Y-yo... No debería estar aquí. —Se dijo a sí misma. Aquello no podía ser real, y aún así, no podía recordar como había llegado allí.

Recordaba a su hermana. Si, su hermana.

Bridgette estaba preocupada. Y también había una castaña... ¿Una castaña? ¿Que castaña?

El pitido volvió.

Ella asobo su frente. Dolía. Algo le faltaba. ¿Pero que?

— Cariño... Despertaste. —Aquella voz.

Dulce, baja, y suave.

La escuchó una vez... En sus recuerdos.

Marinette vio hacia la puerta, y su respiración se detuvo. Incluso pensó que sus latidos se detuvieron.

La mujer de ojos color miel, sonrió.

Dejo una bandeja con su desayuno favorito sobre la mesa, y se sento a su lado en la cama. Marinette se alejo, y un pinchazo en su muñeca la hizo ver su brazo. Estaba rojo, como si en su muñeca fuera estado algo que la apretó mucho.

Jadeo. Algo había pasado, y lo peor es que no recordaba que era.

— Cariño, mira esas ojeras. Te he dicho que no te quedes Despierta hasta tarde. —La pequeña azabache la miró como si esta fuera una especie de bicho extraño. La mujer no borró su sonrisa. —Al menos dime qué ya hiciste todos tus deberes del colegio.

— ¿Q-que? —Tragó saliva, mirando extraña sus manos, y luego a la mujer. —¿Quien eres? ¿Que hago aquí?

La mujer borró su sonrisa y la miró con preocupación.

— ¿Esta todo bien, cielo? ¿Tuviste una pesadilla?

— ¿¡Quien eres tú!? —Miró horrorizada el lugar. Ese no era su cuarto. Algo había cambiado... ¿O quizás estaba enloqueciendo? —¿Que hago aquí?

— Cariño...

Elle llevo ambas manos a su cabeza. El dolor la estaba matando.

— Tu estas muerta... No eres mi madre.

Pitido y dolor.

Y entonces... Recordó.

Bridgette...

— Netty... —Susurró, abriendo mucho los ojos. —¡Netty! —Se levantó tambaleante, sus piernas temblaban. La mujer intento acercarse a ella, pero no se lo permitió. Se abrazo a si misma como autodefensa. —¿Donde esta mi hermana? ¿Que le hiciste?

La mayor sonrió con calma.

— Éstas muy alterada.

— ¿¡En donde esta Bridgette!?

— Deberías volver a la cama...

Marinette se acercó a ella y la tomó por los hombros. No podía ser real. Su hermana. Estaba en peligro. No recordaba quien era esa castaña que la tenía sometida, pero si recordaba aquellos ojos llenos de malicia.

The Alpha MoonOnde histórias criam vida. Descubra agora