Parte 35

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Marinette sonrió mientras le acariciaba el brazo a la castaña. Lila, desde que se levantó, estaba muy sentimental y prácticamente todo lo que le decían la hacia llorar.

Desde que retomaron el viaje, Félix se mantuvo alejado de ella. Cumplió su palabra y para el, era como si la castaña no existiera. Se mantuvo a una distancia aceptable de ella, mientras Bridgette lo observaba satisfecha mientras caminaba.

La mayor no ocultaba su repulsión hacia Lila. Con cada mirada de despreció se lo demostraba. Lila sabía que iba a ser expulsada de su manada cuando regresaran, y con ello la llevaría a una vida de amarga soledad.

No podría volver a ver a sus familiares, amigos o conocidos. Sería una Loba desterrada y humillada. No tendría permitido volver.

Podría unirse a otra manada... Pero era poco probable.

Los Lobos eran muy celosos con sus territorios y no se pondrían en riesgo por una desconocida. Al menos que su mate perteneciera a alguna de las otras manadas, así sería aceptada inmediatamente por ella.

Pero si su Mate fuera de Red Moon, sería expulsado junto con ella. Y estaría condenado al exilió para siempre... Con ella a su lado.

Lila no quería ser expulsada. Red Moon era su hogar y le parecía injusto que una Luna recién llegada le quitara todo por un simple capricho.

Sabía que la azabache la odiaba, solo porque Félix la había tomado en el pasado.

— ¿Escuchan eso? —Cuestionó Adrien deteniéndose. Dianne estaba a su lado.

La rubia miró hacia un lugar específico, sin prestarle importancia.

— Cerca de mi cabaña, hay un río... —Sonrió. —Nos estamos acercando. No se detengan.

— ¿Un rió? —Sonrió Bridgette emocionada. —Oigan, ¿Creen que podríamos detenernos un momento allí?

— No. No podemos perder tiempo. —Negó Dianne. —Mientras más rápido lleguemos, más rápido ustedes regresaran y me dejaran seguir como mi vida en paz. Hay que seguir.

Bridgette nego con cada palabra que salía de la boca de la rubia. Olió su propio brazo, y hizo una mueca de asco.

— Fel, amorcito. —Su tono salió más hipócrita de lo que pensaba. Con una sonrisa inocente, se acercó al rubio. —¿Podemos detenernos un momento para tomar un baño? Por fis... —Movio sus pestañas lentamente.

— No lo sé, Bridgette... Yo quiero regresar lo más pronto posible hasta mi territorio.

— Pero un baño no nos haría para nada mal. Por fis, amor... Hazlo por mi... ¿Shi? —Le dio pequeños besitos en su mentón.

— Eso sería una pérdida de tiempo.

— Huelo a pescado podrido. Nesecito bañarme. —Bajo la voz, dejando un lento y húmedo beso en la comisura del labio del rubio, el cual gimió por lo bajo. —Yo quiero asearme... Complaceme, amorcito...

— Bridgette...

— Por fis, por fis.. —Sus ojos grandes se asemejaban a un cachorrito triste.

Felix soltó un suspiro por lo bajo. Nada detendria a esa mujer.

Y por lo visto, sus bajos instintos le pedían que la complaciera.

— De acuerdo. Ve, pero solo un momento. —Acepto finalmente. Sonrió al ver la sonrisa entusiasta de su Luna.

Lila desvío la mirada.

Aún lo amaba. Y el jamás se mostraba tan complaciente con nadie, ni si quiera con ella cuando era su pareja.

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