31| Salvé a un amigo

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TW: Escenas de violencia explícita que pueden herir sensibilidades, leer con precaución. 

La llamada que había iluminado la pantalla de mi celular arruinó mi tarde del sábado

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La llamada que había iluminado la pantalla de mi celular arruinó mi tarde del sábado. En un parpadeo pasé de disfrutar una cita improvisada con Enzo, a encerrarme en el baño de su departamento con el corazón en la mano y un gran nudo en la garganta.

Todo por una simple foto.

En ella aparecía una mujer morena de pelo negro recogido en un moño, abrazaba a una criatura recién nacida, mientras un hombre de rictus firme y barba canosa pasaba un brazo sobre sus hombros. Él no miraba a la cámara, miraba a su nueva esposa y a su nuevo hijo con una mueca de profunda felicidad que pudría su expresión más allá de los límites de mi reconocimiento.

A simple vista ella se parecía a mi madre, era casi una réplica exacta, obviando la juventud que resaltaba en su piel sin manchas de quemaduras, en la mirada radiante, y sincera. No había cansancio en su semblante, ni arrugas. No había fuerza, ni el abismo de oscuridad que provoca en los ojos lidiar con monstruos.

Claramente, ni se le acercaba.

Me preguntaba si sabía lo que mi padre había dejado atrás para conseguir esa asquerosa familia perfecta que tanto presumía en la foto de perfil.

Pensarlo me revolvió el estómago.

—Se atrasaron con el pago del mes pasado y me cagaron la vida, por eso no te pude mandar los pasajes. —Apenas deslicé el dedo por la pantalla oí a mi progenitor excusarse como siempre—. Ya saqué los de abril para el veintinueve. Se los acabo de mandar a Lorena, pero no me responde los mensajes, la muy estúpida, ¿al menos se acuerda de que tiene un padre?

Todos los meses esperaba sin falta que algún acontecimiento sorpresivo me obligara a no tener que oír su voz prepotente. Algún tiroteo que le dejara de regalo una bala en el pecho, y una condecoración berreta en la pared sobre su muerte sirviendo a la patria, cualquier cosa que me salvara de tener que vivir esta situación una y otra vez.

Al parecer el de arriba tenía una irritante preferencia por dejar vivas a las personas equivocadas.

«Si vos recordaras que tenés una hija más seguido sabrías que ella no está bien».

—Tu hija trabaja toda la semana, y no puede viajar porque últimamente estuvo muy enferma. —Lo dije apretando los dientes.

Chasqueó la lengua con visible molestia y el llanto de un bebé empezó a sonar de fondo.

—Me tendrían que haber avisado antes. El micro más económico que te saca de ese infierno en el que viven me sale un ojo de la cara. Gasté guita en un pasaje al pedo, son dos irresponsables, tu hermana y vos tienen que... —Cuanto más alzaba la voz el llanto del infante se hacía más intenso—. ¡Adela! ¡Callá a esa criatura de una vez por Dios! —Se interrumpió a los gritos—. El lunes viajás a ver a la enferma de tu madre si o si, no me importa el resto de las cosas que tengas que hacer, ¿me escuchaste? Tu tía te va a esperar en la terminal.

YO NUNCA |BL|Where stories live. Discover now