Capítulo 4: Trabajando en la apariencia.

328 51 5
                                    

Limpio, gigante e impresionante.

Esas fueron las primeras palabras que se me pasaron por la cabeza al encontrarme del otro lado.

Las estructuras eran antiguas e imponentes. Elegantes y misteriosas. Bien dicen por ahí que todo es idéntico a su dueño...

Al travesar el portal, comencé a caer en picada por el aire. El pánico me invadió y cerré los ojos, listo para el impacto. No sé cómo, pero Cronos ya estaba del otro lado, y antes de que me estampara contra el suelo, me atrapó entre sus brazos.

-Te tengo- murmuró, ayudándome a ponerme de pie. Las náuseas me invadieron, como las veces anteriores en las que atravesábamos el portal -¿Estás bien? Mira que me has sorprendido allá, lo admito. Se necesitaba de mucho valor para saltar, y lo hiciste cómo si se tratara de una cosa cualquiera.

Le sonreí como pude y me enderecé, contemplando el lugar tratando de no perder detalle.

Estábamos en una especie de círculo gigante, y en torno a nosotros había un jardín precioso e inmenso, con bancas de madera y metal. A su vez, rodeando todo el jardín, se alzaba una edificación enorme; era blanca y dorada, así como muy elegante. 12 columnas de piedra eran utilizadas para sostener tremendo mausoleo. Tendría quizá unos 3 o 4 pisos de alto.

Encima de nuestras cabezas, flotaban 3 barras de acero de diferentes tamaños y grosores, que se unían en un sólo punto central, con los extremos puntiagudos. Entonces mi cerebro chasqueó al comprender.

-¡Se trata de un reloj gigantesco!- dije -Las barras en el aire deben ser las manecillas. La más corta es para las horas, otra para los minutos y la más delgada y larga es la de los segundos. Cada columna representa una hora... Y apuesto lo que sea que la que tiene detalles dorados es la que indica las 12.

Cronos lanzó una carcajada y se acercó a mí.

-¡Vaya que eres muy listo! Lo averiguaste tu solo, con limitarte a observar te percataste de todo. Sí, Lorem Tempus se trata de nada más ni menos que un reloj. ¿De qué otra manera podría ser?- asentí, aun mirando maravillado el lugar. ¡Me encantaba!

Se separó un poco de mí, sacó un reloj de bolsillo y pulsó un diminuto botón.

-¡Hora de volver!- exclamó. Casi al instante, dos portales aparecieron a unos metros de nosotros. De cada uno salió una figura. Eran dos hombres, que una vez estuvieron fuera, hicieron una reverencia.

-Hemos regresado, Padre Tiempo- hablaron al unísono. Al erguirse, pude apreciar con nitidez sus rasgos.

Uno era más bajo que el otro y llevaba el cabello largo lacio y negro partido por la mitad. Bajo sus ropas, que eran de color negro, se notaba un cuerpo suficientemente trabajado, además de que lucía atlético.

El otro vestía del mismo color, pero su cabello era castaño, lacio y esponjoso. Tenía una gran sonrisa en el rostro y ojos pequeños.

-Build, te presento a los guardianes del tiempo: Jeff Satur y Mile Phakphum. Guardianes, él es Build Jakapan, el nuevo preceptor- eso ultimo pareció haberlo dicho con orgullo.

-Un placer- susurré. Ambos se pusieron de rodillas, haciendo una reverencia.

-Señor- abrí los ojos como platos.

-¡Oh, no! Eso no es necesario... Por favor, levántense, sólo soy una persona común- sacudí la cabeza y mis manos. Ambos miraron a Cronos.

-Por muy poco. Ahora estás comenzando a prepararte para tu nuevo puesto en el mundo- intervino él. Estaba a punto de replicar, pero no supe exactamente que decir. De pronto una campana sonó fuertemente, pero no supe identificar donde estaba. Cronos frunció el ceño y miró su bastón, cuya gema brillaba con fuerza y algunos símbolos comenzaban a brillar y a moverse.

El Nuevo Preceptor ࿐  [ BibleBuild ]Where stories live. Discover now