Capítulo 5: Significado especial.

260 51 8
                                    

-Ah...pero esto...- murmuré, negando con la cabeza –No estoy muy seguro- admití.

-Señor Build, pruebe primero por usted mismo- me alentó Jeff.

-Ya te he dicho muchas veces que no me llames señor- hice una mueca. Suspiré, dejando las prendas a un lado.

-Perdóneme, supongo que son...viejas costumbres- se disculpó.

-¡Anda ya, Biu!- refunfuñó Mile al fondo de la habitación, sentado en uno de mis sofás -Hemos estado yendo y viniendo al mundo humano, pero simplemente no te decides. ¿Siempre has sido así de quisquilloso?

-De verdad que a veces me sorprende tu manera de hablar con tanta franqueza- le reprendió Jeff –Pero tiene un poco de razón. Al menos, póngase uno de los trajes.

Asentí, derrotado. Lo que me hizo aceptar fue el hecho de sentirme culpable por obligar a ambos guardianes a ir y venir desde hace varios días para que me consiguieran ropa diferente. Había ido muy en serio con eso de cambiar mi estilo. Cronos quería eso, y yo iba a obedecer.

¡Pero era tan complicado! Él me había dicho que probara el estilo que fuera de mi preferencia, pero que transmitiera seriedad, compromiso, pero que a la vez no perdiera mi esencia, a fin de cuentas, era una manera de mostrarse sincero desde el principio con las estaciones, y a ellas les sería más fácil aceptarme.

Entré al cuarto de baño y me coloqué aquél traje negro con delgadísimas líneas blancas, unos zapatos y corbata del mismo color con una camisa blanca. Salí, resoplando. No me había mirado al espejo, pero podía asegurar una cosa:

-Lo odio- dije, al salir. Mile se enderezó, ladeando la cabeza.

-También yo- admitió.

-Es que ese no es su estilo... No le favorece en lo absoluto- Jeff se rascó la barbilla, analizándome -Hace falta algo. No se adapta a lo que es usted.

-Cierto, pareces un abuelo- asintió el pelinegro.

-Creo que yo necesito atuendos elegantes, pero frescos, y hasta con pequeños toques divertidos. Algo que no me haga ver como un aburrido o como si estuviera yendo a un funeral. Los trajes son para personas diferentes y especiales.

-¡Oh!... ¿Debería sentirme como un abuelo? ¿O halagado?- una voz intervino de pronto, que reconocí al instante. Cronos entró repentinamente a mi habitación, con todo el garbo y elegancia que lo distinguen, sonriendo.

-Halagado- reí -A ti te queda este estilo porque eres muy gallardo. Pero yo sigo siendo un muchachito que apenas madura.

Cronos asintió.

-Déjennos solos, por favor- y los guardianes desaparecieron en una nube blanca, que se dispersó rápidamente. Él se dirigió hasta mi cama, donde se sentó, cruzándose de piernas y colocando sus manos entrelazadas en su regazo.

-¿Cuál es el problema?- preguntó.

-Es que es un fastidio. ¡Nada es lo suficientemente bueno! Todo está... Bueno, no es la ropa, soy yo, que no puedo decidirme.

Mi cuerpo se movió por su cuenta, sentándose en el alfombrado suelo, cerca de las piernas de Cronos, donde repose la cabeza en sus rodillas y el me acarició los cabellos con delicadeza.

-Los trajes no me quedan, y no puedo seguir usando la misma ropa. Los colores oscuros me abruman, pero tampoco es bueno ser muy colorido porque sería infantil, lo que no me conviene. Seguramente piensas que soy un tonto que se preocupa por estupideces, pero la verdad...- él me levantó la barbilla y fijó sus ojos en los míos, acariciando mis mejillas y subiéndolas a mi frente.

El Nuevo Preceptor ࿐  [ BibleBuild ]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon