Capítulo I: Like a Smooth Operator!

2K 193 58
                                    

«Estaré ahí y tú estarás cerca, ese es el trato, querido».

Las vueltas tras el Safety Car estaban por terminar, el Gran Premio Británico había sido sumamente emocionante y complicado de inicio a fin, la conmoción que la carrera desprendía al igual que la cantidad de público que había, hizo que la euforia ...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Las vueltas tras el Safety Car estaban por terminar, el Gran Premio Británico había sido sumamente emocionante y complicado de inicio a fin, la conmoción que la carrera desprendía al igual que la cantidad de público que había, hizo que la euforia del momento aumentara progresivamente.

El inicio de la carrera fue marcado por el preocupante y fuerte accidente que tuvo Zhou Guanyu, piloto de Alfa Romeo, quien golpeó su monoplaza generando una colisión con otros pilotos que estaban cerca suyo y la cual le hizo dar unas cuantas vueltas en el aire de manera brusca, hasta finalmente salir de pista, chocándose contra las vallas metálicas que protegían, además de bordear, el circuito.

De hecho, se dieron un par de roces más y momentos destacados en la carrera entre las escuderías que ocupaban las primeras cinco posiciones de la tabla, las cuales luchaban por mantener un puesto en el podio de este Gran Premio, asegurando sus puntajes para el campeonato de pilotos y el de constructores; aunque, ya era sabido que existía una reñida competición de puntajes para el campeonato de pilotos, entre Charles Leclerc y Max Verstappen.

Sin embargo, fue Carlos Sainz quien tuvo una destacable participación en Silverstone, el español lideró casi toda la carrera, manteniéndose de primero y alejándose cada vez más de Verstappen, quién era el que lo acechaba por la espalda.

Las titilantes luces del Safety Car estaban a punto de cambiar y fue en ese momento que Sainz escuchó a su ingeniero hablar por la radio.

Intenta darle una distancia de diez carros a Charles, para ganar espacio —aquel hombre habló con seriedad, dándole una indicación, que más bien, parecía una orden al español, quien instantáneamente dudó de aquella "estrategia" por lo absurda que le parecía —. Brecha de diez, brecha de diez.

Pero chicos, estoy bajo presión de Hamilton —Carlos estaba demasiado incómodo con aquella petición, le parecía algo estúpido, sabiendo que era él el líder de la carrera y que con eso podría llegar a obtener un buen puntaje para el equipo —. Por favor, no me pidas esas cosas. Por favor, por favor, por favor.

Por un momento se olvidó que, su amor platónico, Charles Leclerc, necesitaba de él para asegurar más puntos para el campeonato de pilotos. Era obvio que Carlos le podría ayudar, es más, no era la primera vez que le pedían que le diera ventaja a Leclerc en una carrera, estaba acostumbrado a eso, a ayudarle o, mejor dicho, asistirlo. Casi siempre era así, el monegasco antes que él en las carreras, pero nunca al revés.

— ¡Dejen de inventar! —exclamó más de una vez, evitando enojarse por la orden.

No es que no quisiera ayudarle al monegasco, la cosa era que, si le dejaba pasar, era posible que perdiera posiciones en la carrera y que ni siquiera sea capaz de llegar al podio. Era la vuelta número cuarenta y dos, aún faltaban diez más para que se terminara el Gran Premio, cada vez poco.

Lucky Where stories live. Discover now