Capítulo XIII: Mundo superficial

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Incluso desde antes que iniciara la carrera, Charles fue consumido por el estrés y sus nervios. Theo había aparecido de nuevo en el garage de Ferrari y no podía hacer absolutamente nada para echarlo de ahí, pues eso implicaría dar explicaciones que no estaba dispuesto a dar. De ninguna manera.

Corría con la suerte de pasar con Carlos la mayor parte del tiempo, pero, cada vez que él se iba con su ingeniero, Charles se sentía indefenso y hasta cierto punto, desprotegido; había algo en el español que lo reconfortaba, que lo hacía sentirse seguro, cómodo y más conforme con las cosas, su simple presencia le mejoraba el humor e incluso hacía que su cabeza dejara de pensar en todas las cosas malas que le pasaba. Era su calma, su tranquilidad y nadie podía debatirle aquello.

Ignoró al seleccionado francés a toda costa, enfocándose únicamente en lo que le decía su ingeniero sobre las estrategias que usaría durante la carrera. Charles seguía sintiendo encima suyo la presión del campeonato, por lo menos la de mantener el segundo lugar en lo que restaba de la temporada y favorecer a su escudería con una buena posición en el campeonato de pilotos, para que el otro año les vaya mucho mejor.

El tiempo transcurrió tan rápido que cuando se dio cuenta, ya estaba en el monoplaza, en la grilla de partida. La cantidad de gente e incluso cámaras que lo rodeaban, era algo a lo que ya se había acostumbrado, pero que de cierta forma lo agobiaban. Suspiró cerrando los ojos durante unos segundos, intentado enfocarse en lo que tenía que hacer y no en que tendría que ver la cara de su ex otra vez, más tarde. Debía concentrarse, la mayoría de ojos estaban puestos sobre Scuderia Ferrari porque se encontraban en Italia, los fans locales estaban expectantes a buenos resultados y un gran desempeño por parte de Charles.

Cerró sus ojos durante unos segundos tomando aire y se enfocó en lo que tenía que hacer, debía despejarse, quitarse cualquier pensamiento o idea de la cabeza por las siguientes dos horas, su cabeza tenía que estar centrada en la carrera y en conducir el monoplaza.

Se centró tanto en la carrera, que sus pensamientos se focalizaron a algo en específico: su campeonato. Tanto que, logró terminar segundo en la carrera, tras una ardua competencia con el Red Bull de Max.

Aunque había tenido altibajos, hasta ahora Charles sentía que esta era una de sus mejores temporadas. La sensación de logro y las victorias que lograba tener hasta lo que llevaba del año, hacían de este uno muy especial, eclipsando un poco parte de su inconformidad, al menos durante un rato.

Después de la celebración en el podio, regresó al Motorhome de su escudería, en busca de Carlos. A quién no había visto después de que se le haya acercado a felicitarlo al término de la carrera. Evidentemente, en ese momento tuvieron que actuar como los compañeros de equipo que eran, dándose un apretón de manos que era lo que todos estaban acostumbrados a ver.

Caminaba mientras se bajaba el cierre superior de su traje, sintiendo la fresca brisa contra su piel, lo cual de cierta manera le ayudaba a regular su temperatura y secaba el sudor que aún seguía descendiendo sobre su rostro. Sin embargo, cuando estuvo lo suficientemente cerca del sitio al que iría, sintió una presencia a su lado.

—Lo hiciste muy bien —y en cuestión de segundos, escuchó la voz del hombre que había evitado ver durante todo el día —. Te has hecho mucho más fuerte y constante, me alegro mucho por ti.

Charles solo permaneció en completo silencio, sin saber cómo siquiera reaccionar ante aquellas palabras que daba la sensación que escondían algo.

—Cada día que pasa te conviertes en el hombre perfecto —siguió hablando Theo, en francés —. Qué suerte tenerte.

—No me tienes, ya no hay nada entre los dos.

—Eso es lo que dices ahora.

—Y es lo que seguiré diciendo por lo que me reste de vida —agregó Leclerc, sintiéndose molesto.

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⏰ Last updated: Oct 03, 2023 ⏰

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