Capítulo n°22: "Suscitando al Mal".

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Pluto llevaba sus ojos cubiertos. No podía ver nada, aunque quisiera hacerlo. Percibía que estaban volando por el viento que azotaba su cara. Además, llevaba sus manos atadas como para quitarse la venda.

No sentía miedo en ese preciso instante, pero tenía cierta confusión porque no comprendía el motivo de su rapto. ¿En que los beneficiaba? ¿Qué le podría aportar si, a la que quieren es otra persona? ¿Para qué querían a un chico, cuyo poder no significaba nada?

Miles de preguntan surgían en su cabeza, sin embargo, una voz lo saco de su razonamiento cuando dio una orden. Por esas palabras se dio cuenta que ya habían llegado.

-Llévalo al sótano después hablaremos con él – ordeno y alguien lo sujeto de forma brusca.

- ¿Dónde estoy? ¿Qué quieren de mí? – fueron sus preguntas, pero lo único que encontró fue unas carcajadas - ¡Ya déjenme ir, yo no tengo nada para ofrecerles! – grito perdiéndose en las escaleras detrás de la pista de murciélagos.

La tensión no se la podía ver porque es una sensación así que la olían cuando aterrizaron. Casie no parecía una persona normal, era más una pordiosera que nunca se bañaba revolcada en lodo.

- ¿Cuál es la noticia? – preguntó el rey tomándolos por sorpresa en medio de la estupefacción por Casie - ¿Tienen el libro?

Todos se miraron al mismo tiempo entrando en pánico por sus preguntas. El rey, Criptón ya sabía lo ocurrido también uno de sus guardias identifico una persona que no lleva sangre negra. Sentía ofensa por su atrevimiento de traer al amigo del enemigo, pero a quien apuntaba era a Casie.

-No... el libro... se perdió – titubeo bajando la mirada cohibida por su imponente figura y mirada.

- ¡Ohh, vaya! – piensa el rey con el dedo en su mentón – ¡DAME UNA SOLA EXCUSA POR LA QUE NO DEBERIA MATARTE, UNA SOLA!

Sus gritos daban miedo. Los demás dieron un brinco al escucharlo. Solo estaba meditando una forma de hacerla reconocer su error, aunque no haya sido su culpa.

El rey aventó su capa en el aire retirándose muy enojado. Ellos soltaron el aire que estaban reteniendo por el susto y tal vez, miedo. Cuando el rey imponía una misión tenía que ser perfecta y exitosa o de lo contrario, sus vidas correrían peligro. Con él nada era seguro ni su palabra valía.

Critonita seguía perdida en sus pensamientos. Su objetivo era averiguar algo con el rehén mientras su padre no interfiriera en el camino. Ella lo conocía mejor que nadie y suponía que ya se encontraba enterado de todo, incluso de Pluto.

Camino sin esperar a nadie, lo que menos le preocupaba eran ellos, pero si el joven del planeta. Su curiosidad no la podía ocultar.

Fue hasta su habitación, se dio un baño porque olía bastante mal y cambiar sus vestiduras para dar una buena impresión al prisionero. Pero al salir de su baño encontró una silueta conocida en la cama. Sonreía con maldad y sus ojos oscuros no dejaban de observarla.

- ¡Wow la princesa se puso hermosa para su preciado príncipe! – musito irónicamente alardeando con sus manos - ¿A quién vas a ver?

- ¡Vete al infierno, Raco! – exclamo vociferando yendo a abrir la puerta, pero él la retuvo - ¿Qué diablos pretendes?

-A tu amado Ander no le gustara saber que vas a consolar un prisionero llamado Pluto – ríe - ¡Siempre tan atenta, hermanita! – el sarcasmo como habla hace enojar a su hermana.

- ¡Y tú tan ignorante como siempre! – responde fríamente haciéndolo retroceder cuando avanza y él borra su sonrisa – Raco, te advierto que no te quedara ni un hueso sano si te metes conmigo ¿te quedo claro?

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