capítulo 7

3.9K 337 98
                                    



— Maldito Jake.—me tiré en la cama y solté un largo suspiro. Después de tomarme esas cervezas como una idiota sentí unas ganas de vomitar sorprendentes, me dieron tanto asco que casi vomito a Jake.— Hera, ¿estás bien? No debiste tomarte esas cervezas así, déjame llevarte a tu habitación. No te preocupes por los platos, yo los lavo, descansa un poco... Blah, blah, idiota, deja de ser lindo conmigo, me confundes...

Rodé en la cama quedando boca arriba, sintiendo ganas de llorar. No entendía por qué se estaba comportando así, no después de las cosas que me dijo y la manera en la que me trató. 

Un mes pasó después de mandarle ese estúpido papelito, un mes se tardó en darme una respuesta, que curiosamente coincidió con la semana en la que me había propuesto a olvidarlo y estaba hablando con un chico de otra clase al que yo le gustaba. Mandó a su mejor amigo a darme un papel donde decía que también quería ser mi amigo y conocerme.

Fue ahí cuando comenzamos a hablar por mensajes, estaba muy feliz porque estaba hablando con él, la verdad no me importaba que no fuera en persona ya que era muy tímida. Hablábamos por horas y de diversos temas, a veces le mandaba fotos de los dibujos que hacía, ya que en ese entonces me gustaba dibujar muchísimo. En una ocasión le dibujé lo que tenía de foto de perfil, era un logo o algo así de un anime que le gustaba. Dios mío, qué patética.

Solté una risa dejando salir las lágrimas. Una estúpida, eso era, ¿cómo demonios pude creer que estaba interesado en mí? Sólo porque respondía rápido, si tardaba en responder se disculpaba o se me quedaba viendo en la escuela. Eso no significaba nada.

Igualmente no duró mucho, porque después de semanas hablando comenzó a dejarme en visto, a ser despectivo y ya no me daba miradas en clase. Fue en ese momento cuando debí tomar mi poca dignidad y dejar de buscarlo, pero no, seguía mandándole mensajes aunque me dejara en visto.

Hasta intenté hablar con él en persona, pero ni siquiera me miró cuando le hablaba y respondía cortante. Aún así seguí intentando, fue hasta que se burló de mí que decidí dejar de hablarle. El coraje y la decepción que sentí en ese momento volvió a mí.

Me levanté de la cama y salí de la habitación con rumbo a la cocina, Jake todavía se encontraba ahí lavando los sartenes que usé. Me limpié las lágrimas acercándome a él, toqué su hombro un poco agresivamente y volteó a verme asustado.

— Yo sólo quería ser tu amiga, no quería que me amaras toda la eternidad y te casaras conmigo, sólo quería conocerte antes de irme... Pero en vez de eso fuiste un asco, ¿en verdad tenías que decirme patética, ridícula, urgida asquerosa? ¿Que solo me habías hablado por pena y que era un chiste para ti? Hubiera sido menos doloroso que me dijeras que simplemente no me querías conocer...—dije entre llantos y lo tomé de la camisa, Jake solamente me miraba sorprendido.— Tenías razón, sí me decepcionaste, creí que eras un chico amable y tierno pero resultaste ser una mierda... Y ahora vienes y me tratas bonito, ¿qué quieres, eh? No creo que seas bondadoso simplemente porque te nace del corazón o porque tal vez estés arrepentido, que lo dudo mucho. Dime, ¿qué quieres de mí?

— Hera, yo... Estás borracha, vamos a tu habitación...

— Oh, eso quieres... ¿Quieres tener sexo conmigo?—me pegué a su cuerpo, pasando mis brazos por sus hombros. Mi mirada fue directo a sus labios, siempre me habían parecido muy sensuales.— No tienes que ser un romántico, sólo pídelo... Te deseo, Jake, también quiero tener sexo contigo...—sus labios se movieron para decir algo pero no lo dejé, junté nuestros labios de golpe y lo besé con desesperación mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.


(...)


Me removí en la cama sintiendo una insoportable migraña, maldije por lo bajo masajeándome la cabeza.

— Ya despertaste.—di un grito al escuchar la voz de Jake en la habitación, sentándome de golpe. Entreabrí los ojos dándome cuenta de que no estaba en mi habitación, sino en la de Jake. Al instante revisé debajo de las sábanas si tenía mi ropa puesta, por suerte sí.— ¿Creíste que tendría relaciones contigo estando borracha?

Jake estaba sentado frente al escritorio que tenía en la habitación, su cabello estaba húmedo y podía oler el aroma a shampoo para hombre en la habitación.

— ¿Recuerdas lo que pasó?

— Sí... Lo siento, no sé qué me pasó...—estaba avergonzada, después de besarlo me asusté y salí corriendo a mi habitación, pero por esa acción me dieron ganas de vomitar y terminé vomitando la cama y el piso. Me puse a llorar por el desastre que hice y Jake me llevó a su habitación para que pudiera dormir.

— ¿Así es como piensas de mí?—lo miré, estaba serio y tenía los brazos cruzados.

— No lo sé... Lo primero, sí, te odié mucho y la verdad me alivia habértelo dicho, pero lo demás... No, creo que eso fue lo que pensó mi cerebro para no ilusionarme...—jugué con mis dedos y lo escuché suspirar.

— ¿Te duele la cabeza?—asentí ligeramente.— Déjame traerte algo.

— Espera, ¿qué hora es? Tengo que ir a trabajar...

— No te preocupes por eso, llamaron hace una hora y les dije que estabas enferma. Puedes quedarte en casa a descansar.—salió de la habitación y me levanté de la cama para ir a la habitación a limpiar mi vómito. Sin embargo me llevé una sorpresa al ver que el piso estaba limpio y no estaban las sábanas. 

— ¿Limpiaste mi habitación?—pregunté al entrar a la cocina, Jake se giró para mirarme y siguió sirviendo café en una taza.

— Sí, ¿algún problema?

— No tenías que hacerlo...—susurré, se acercó dándome una taza de café negro.

— Pero quise hacerlo...—suspiró mirándome fijamente. — Hera, creo que es momento de ser sincero contigo. Necesito confesarte algo.

Roommates | Jake SimWhere stories live. Discover now