capítulo 11

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— Por fin llegas.—me asusté al escuchar la voz de Sylvie detrás de mí mientras cerraba la puerta del departamento.— ¿Dónde estabas?

— Salí con un amigo.—me quité los zapatos y fui a la habitación.

— Tengo algo que decirte.—entró a la habitación y se sentó en la cama, la miré con atención.— Tengo novio.

— Ya era hora.—sonreí mientras buscaba mi pijama.— ¿Qué cosas hicieron cuando estuvieron solos?—moví mis cejas haciéndola reír.

— Muchas cosas que no te voy a contar porque son cosas privadas.—me mostró la lengua.

— Aburrida.—reí tomando mi toalla y salí de la habitación para ir al baño. En mi camino le di una mirada a la habitación de Jake, no se escuchaba nada y la luz estaba apagada, ¿no estaba en el departamento?

Me encogí de hombros entrando al baño y me di una ducha rápida, luego me desmaquillé. Me ardían los ojos, ¿era porque no estaba acostumbrada al maquillaje o simplemente estaba cansada? Salir con amigos siempre era cansado, al menos para mí

Después de ponerme la pijama lavé mis dientes y cepillé mi cabello agarrándolo en una coleta, algo no muy recomendable pero solamente quería irme a dormir. Abrí la puerta del baño y justamente en ese momento Jake estaba saliendo de su habitación, tenía el cabello desordenado y la cara un poco hinchada, al parecer estaba durmiendo.

— Buenas noches.—dije pasando a su lado y seguí mi camino para llegar a mi habitación pero me detuve de golpe al recordar los rumores que escuché, me di la vuelta mirando que entraba a la cocina.— Jake.—lo llamé y volteó a verme.

— ¿Qué pasa?—respondió con la voz ronca tallándose los ojos.

— Hoy escuché a unas chicas cuando estaba en el cine... Estaban hablando de ti, sobre unos rumores desagradables como que eres gay y golpeaste a tu pareja en Australia o que eres vir...

— ¿Para qué me lo dices?—me interrumpió.— Sé muy bien de esos rumores, los creó una chica a la que rechacé.

— ¿Qué? ¿Sólo porque la rechazaste? Qué demonios tienen en la cabeza la gente de aquí...—apreté la toalla en mis manos.— Me molestó tanto escucharlas que no pude evitar decirles algo... Espero que eso no empeore las cosas para ti.—abrió los ojos con sorpresa al escucharme.

— No creo que lo haga... Gracias, ni siquiera mis amigos me han defendido así que te lo agradezco. Bueno, de hecho, ellos esparcieron el rumor de que soy virgen, aunque eso sí es cierto.

— ¡¿Eres virgen?!—pregunté gritando de la impresión y me cubrí la boca al instante, sintiendo mis mejillas calentarse. Alzó una ceja mirándome mientras se cruzaba de brazos.

— Sí, lo soy, ¿por qué?

— Eh, bueno, yo creí... Es que eres tan...

— ¿Tan qué?—sonrió divertido.

— Nada, buenas noches...—me di la vuelta dispuesta a entrar a la habitación.

— ¿Cómo estuvo tu cita?—detuve mis movimientos al escucharlo y le di una mirada rápida.

— Muy bien... Y no era una cita.—fue lo último que dije antes de entrar a la habitación.

Sylvie estaba acostada en la cama mirando su celular mientras sonreía, luego levantó su mirada hacia mí y se sentó dejando su celular de lado.

— ¿Por qué estás sonrojada? ¿De qué estaban hablando Jake y tú?

— De nada.—colgué mi toalla y me acosté en la cama.

— ¿Ustedes ya son...?

— ¿Qué cosa?—murmuré acomodándome y cerré los ojos. No respondió nada por lo que abrí los ojos para mirarla. — ¿Qué cosa?—repetí.

— Nada... Descansa.—se acostó dándome la espalda.


(...)


Entré a la cocina para prepararme el desayuno, sorprendiéndome al ver que Sylvie y Jake estaban juntos desayunando, me froté los ojos y parpadeé varias veces.

— ¿Acaso sigo dormida? ¿Están juntos conviviendo como personas normales?—ambos rieron y Sylvie me ofreció de lo que habían preparado, me senté junto a ellos empezando a comer.— Ahora que están juntos los dos, voy a preguntar... ¿Qué pasó hace una semana?—se miraron entre ellos.

— Bueno... —Jake empezó a hablar. — Te lo contaré rápido; Sylvie me amenazó con que no jugara con tus sentimientos, le dije que no se metiera y que si estaba enamorada de ti, se enojó por eso y me besó para demostrar que no le gustan las mujeres según ella, yo la empujé y de alguna manera terminé contándole de mis sentimientos por ti, decidió ayudarme aunque no estaba muy de acuerdo.—dijo tan rápido que apenas pude entenderle.

— ¿Y por eso te fuiste una semana?—la miré frunciendo el ceño, me miró con sorpresa y puso su mano en mi frente.

— ¿Estás bien? ¿No estás enferma?

— ¿Eh?

— La Hera que conozco se hubiera enojado conmigo por besar al amor de su vida... Aunque igual la Hera que conozco no lo hubiera rechazado, mmm.—habló consigo misma mientras se tocaba el mentón.— ¿Te golpeaste en la cabeza?—rodé los ojos.

— Hay una cosa que se llama madurar, creo que no la conoces.—terminé de comer y fui a lavar mi plato.— Hablando de madurar, hoy es día de limp...

— Tengo una cita hoy, lo siento.—se apresuró a decir y se puso de pie.— La próxima semana te ayudo... ¿Lavas mi plato?

— Sí...—suspiré, me abrazó dándome un beso en la mejilla y se fue a la habitación. Me giré hacia Jake y apoyé mi mano en mi cintura.— ¿También tienes algo que hacer hoy?

— No, te ayudaré con la limpieza... Empezando por los trastes, deja que los lave yo.—se levantó quitándome el plato de las manos.

— No, yo lo lavo.—se lo quité, acercó sus manos con intenciones de quitármelo otra vez pero le di un manotazo.— Qué yo lo lavo.

— Ay, qué tiernos, peleando por las labores del hogar.—Sylvie dijo desde la entrada de la cocina.— Ay, el amor, mi Sunghoon...—arrugué la nariz haciendo una expresión de asco.

— Yo también me pregunto qué le pasó a la Sylvie que conozco.

— Se enamoró.—me respondió con una sonrisa y suspiró poniéndose las manos en las mejillas.

— ¿Así me veía yo también?—les pregunté y ambos asintieron al mismo tiempo.— Qué horror. 

Seguí lavando los platos mientras Jake y Sylvie hablaban de Sunghoon, quería presentarlos para que su novio tuviera más amigos ya que al parecer a Sylvie no le caían muy bien los amigos que éste ya tenía. 

Se sentía raro, el último novio que Sylvie tuvo fue cuando teníamos trece o catorce y eso había sido bastantes años atrás, además de que solo duraron una semana. No me molestaba que tuviera pareja, claro que no, pero eso significaba que el tiempo que pasábamos juntas se reduciría bastante.

Hice un puchero, ni siquiera podía odiar a Sunghoon porque me caía muy bien, me alegraba que él fuera el novio de mi mejor amiga.

— Bueno, ya me voy. Suerte con la limpieza.—Sylvie se despidió con la mano antes de irse.

— Hija de la... El domingo que viene hagamos que limpie el departamento ella sola.—le dije a Jake y fui por las cosas que usaba para limpiar. Regresé con él y le di un par de guantes.— ¿Listo para la diversión?

Roommates | Jake SimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora