capítulo 15

3.6K 328 165
                                    



El sábado había llegado más rápido de lo que esperaba. Pasé toda la noche del viernes haciendo ejercicios y trabajos para que Yoonah aprendiera más rápido.

Me levanté temprano para preparar unos sándwiches y algunos snacks, habíamos quedado en que vendría al departamento, a ambas nos pareció más fácil y cómodo que ir a la biblioteca. Guardé todo en el refrigerador y fui a darme una ducha.

Mientras lavaba mi cabello escuché que tocaban el timbre pero no le di importancia, seguramente era la vecina de arriba yendo a decir que habría reunión de vecinos. Terminé de bañarme y al momento de tomar la toalla me di cuenta de que había olvidado la ropa en la habitación.

Me di un golpe en la frente y me enrollé la toalla en el cuerpo, no me quedaba más que salir así. Con suerte Jake y Sylvie seguirían dormidos.

Salí sigilosamente cuidando de no hacer mucho ruido, sólo me faltaban un par de pasos para llegar a la habitación cuando la puerta de la habitación de Jake se abrió de golpe, dándome un tremendo susto.

— Hera...—lo miré al escucharlo, su rostro estaba completamente rojo. Sus ojos se abrieron de golpe al notar que estaba en toalla y se cubrió los ojos rápidamente, extendiendo una caja hacia mí.— Este paquete es tuyo, lo siento, lo siento, lo abrí creyendo que eran unas cosas que pedí...

Miré la caja un poco confundida y luego recordé el pedido que había hecho, sintiéndome totalmente avergonzada. Le arrebaté la caja y me metí a la habitación azotando la puerta.

— ¿Qué mierda? ¿Por qué azotas la puerta?—Sylvie murmuró mientras se ponía la almohada en la cabeza.

— Lo siento...—susurré deslizándome por la puerta y mirando la caja en mis manos, estaba completamente abierta, era obvio que Jake había visto el juguete sexual.

Cubrí mi rostro sintiendo que me moría de la vergüenza, mi mala suerte sólo aumentaba cada vez más. No, no mala suerte, más bien el nivel de mi estupidez aumentaba cada vez más y más. Debí estar al tanto de mi pedido, no simplemente esperar a que llegara y mágicamente el paquete estuviera en mi habitación cuando regresara del trabajo, tal vez Sylvie me había malacostumbrado un poco en eso.

Sylvie se removió y me apresuré a esconder el paquete debajo de la cama. Tomé mi ropa y corrí al baño para vestirme. No tenía mucho tiempo antes de que llegara Yoonah, después me disculparía con Jake.

Terminé de arreglarme y salí del baño para preparar el área donde estaríamos estudiando todo el día. En menos de diez minutos Yoonah ya había llegado, de hecho había llegado muy temprano, supuse que era de esas personas que eran muy puntuales.

— Preparé algunas cosas para ayudarte a aprender más rápido...—dije entregándole unas hojas.

— Trabajaré duro, unnie.—sonreí pellizcando su mejilla.

— No te presiones mucho. Y por favor, dime Haneul, no necesitas decirme unnie.—asintió dándome una pequeña sonrisa.

Estuvimos tres horas trabajando antes de darnos un pequeño descanso para tomar agua y comer algunos snacks. Sylvie salió de la habitación en ese momento para comer algo también y quedó encantada con Yoonah, diciendo que era muy bonita y que parecía una muñeca, también por un par de minutos se quedó ayudándonos con la pronunciación de Yoonah.

— Cuando termines de estudiar con Hera tendrás nuestro acento australiano, verás que mucha gente quedará encantada...

— Y también se burlarán un poco o dirán que no te entienden.—dije divertida, la mayoría de las personas estaba acostumbrada al acento americano.— Pero bueno, decidiste tener una tutora australiana, no te quejes después.

— El acento que tienen es realmente genial, no me importa hablar así.—sonrió.

— Muy bien, sigamos...

— Bueno, las dejo, yo también tengo que estudiar, igual tomaré el examen para la universidad este año.—Sylvie dijo con mucha alegría y eso me hizo sonreír.



(...)



— Aprendes rápido, la verdad me sorprendiste... Jungwon debe gustarte demasiado.—sus ojos se abrieron con sorpresa mientras su rostro se tornaba complemente rojo.

— ¿Cómo...?

— Eres algo obvia. Además yo también fui así alguna vez.

— Por favor no le digas nada.—tomó mis manos mirándome suplicante.

— No le diré nada, no tendría porqué, no es mi asunto... Tú se lo dirás cuando te sientas segura de hacerlo.

— ¿Y si nunca me siento así...?—murmuró bajando la mirada.

— No lo sé... Yo siempre dije mis sentimientos porque eso me hacía sentir mejor, guardarme las cosas no es mi fuerte.—asintió sin levantar la mirada.— Sabrás que hacer en su momento y las cosas fluirán como deban hacerlo, no tengas miedo, Yoonah.

— Suena muy fácil... ¿Te ha funcionado alguna vez?—apreté los labios rascándome la nuca.

— No precisamente... Pero me ha ayudado a liberarme y eso se siente bien.

— Lo pensaré... Gracias, Haneul.—le sonreí.— Bueno, es hora de irme a casa.

La ayudé a guardar sus cosas y la acompañé a la puerta, se despidió de mí con abrazo lo cual me sorprendió pero le correspondí felizmente. La miré desaparecer por el pasillo y cerré la puerta, fui al comedor para recoger todas mis cosas y llevarlas a la habitación.

— ¿Ya se fue tu alumna?—Jake se acercó, su cabello estaba mojado y algunas gotas caían a su camisa blanca, haciendo que se notara su piel. Aparté la mirada mientras tomaba mis cosas.

— Sí, se acaba de ir... ¿Te diste un baño? No te escuché salir de la habitación.

— Sí, hace unos minutos, supongo que estabas muy concentrada.—lo miré de reojo, tomó la orilla de su camisa y se secó las gotas que corrían por su cuello. No pude evitar mirar sus abdominales y me mordí el labio.

Dios mío, qué pervertida.

— Tengo buen cuerpo, ¿verdad?—lo miré sorprendida por su pregunta.— Mejor que un falo de plástico, ¿no?

— ¿Disculpa?

— ¿Para qué quieres una cosa así si me tienes a mí?—dijo con un tono seductor mientras se acercaba a mí lentamente.

No pude articular ninguna palabra, ¿Jake me estaba diciendo que lo usara como a un dildo? ¿Acaso era otro de mis sueños eróticos? Para asegurarme pellizqué con fuerza mi brazos, dolió, ¿no era un sueño?

— Responde algo, Hera.

— ¿Qué quieres decir...?

— ¡Chicos! ¿Qué hay para cenar?—Sylvie apareció salvándome de ese momento, huí lo más rápido posible a la habitación.

Me senté en la cama lidiando con mis pensamientos... ¿Ese Jake era el mismo que decía que no quería un beso del cual nos olvidaríamos después? ¿Era su orgullo de hombre hablando? Recordaba que uno de los chicos con los que Sylvie dormía se molestó al saber que ella tenía juguetes sexuales, de hecho le había dicho algo parecido a lo que dijo Jake. 

Estaba confundida, excitada y asustada a la vez.

Roommates | Jake SimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora