capítulo 37

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Saliendo de mi clase recibí una llamada, me detuve en medio del pasillo para buscar mi celular, el cual parecía haberse escondido hasta el fondo de mi mochila. Lo tomé rápidamente y sonreí al ver que era Jake el que me estaba llamando.

— Hola, amor.—respondí volviendo a caminar.

— Hola, princesa. ¿Dónde estás?—dijo del otro lado de la línea.

— Acabo de salir de mi clase de dibujo, ¿tú dónde estás?

— Te estoy esperando afuera.—se escuchaba emocionado.

— ¿Afuera? ¿Por qué? Creí que estarías ocupado con tu profesor.—dije acercándome a la puerta del edificio. No respondió nada, pero supuse que fue porque ya podía verme desde fuera. Colgó la llamada mientras yo salía, guardé mi teléfono para acercarme a él, abrazándolo y dándole un beso en los labios.

— ¿Ya no tienes más clases?—preguntó pasando sus manos por mi cintura y negué.

— No me respondiste, ¿no ibas a ayudar a tu profesor con los exámenes que tenía que revisar?

— Lo voy a ayudar mañana porque hoy tengo, más bien, tenemos planes.—ladeé la cabeza confundida.

— ¿Tenemos planes?—asintió besando la punta de mi nariz.

— ¿No recuerdas que día es hoy?—hizo un puchero indignado y traté de hacer memoria... Abrí los ojos en grande al recordar el día; ¡era nuestro segundo aniversario!

— Lo olvidé por completo, amor, lo siento.—pellizcó mi mejilla.

— Está bien, el año pasado tú fuiste la que planeó todo, este año me tocó a mí.—entrelazó nuestras manos y comenzamos a caminar.

— ¿Qué tienes planeado?—pregunté con curiosidad balanceando nuestras manos, haciéndolo soltar una pequeña risa.

— Es una sorpresa.—me dio una sonrisa. Caminamos un rato más hasta llegar al estacionamiento, donde Jake tenía su auto nuevo.

Después de su graduación de la licenciatura en febrero de ese año, sus padres lo premiaron con un auto, con el cual me llevaba a todas partes. Ese auto se había vuelto su segundo amor, obviamente yo seguía siendo el primero.

Me abrió la puerta para que pudiera subir y le agradecí con una sonrisa. Rápidamente rodeó el automóvil y subió también, comentando que la sorpresa me gustaría mucho. Me abroché el cinturón de seguridad y por un momento miré por la ventana, cuando justamente Sylvie estaba pasando junto a un chico que yo desconocía.

Ella sintió mi mirada y volteó a verme pero al instante se giró, como si fuéramos totales desconocidas. Apreté los labios, eso era en lo que nos habíamos convertido, en desconocidas. Había pasado un año desde que cortó todo contacto conmigo, la extrañaba demasiado pero ella había tomado una decisión, y la iba a respetar.

— La extrañas mucho, ¿verdad?—escuché a Jake y giré a verlo.

— Sí... Pero qué puedo hacer, cuando Sylvie toma una decisión, no hay nada que la haga cambiar de opinión.—suspiré.

— Espero que las cosas entre ustedes se arreglen pronto.—puso su mano en mi pierna, dándome leves caricias para consolarme.

— Espero lo mismo...—murmuré, comenzó a conducir y apoyé la cabeza en la ventana.— ¿A dónde iremos?

— Ya lo verás, mi amor. 


(...)

Roommates | Jake SimOù les histoires vivent. Découvrez maintenant