LA CASITA DEL HADA MADRINA

251 52 2
                                    

Arturo estaba confundido, se alegro de que Encantador le hubiera sugerido trabajar más para tener un día libre completo, no quería verlo pero quería verlo

Las emociones que sentía lo carcomian, no quería verlo por miedo a su propia reacción y quería verlo porque lo extrañaba, no sé entendia a si mismo

Encantador se mantenía en su habitación,  sin Arturo no tenía a dónde ir, al menos sin arriesgarse a ser golpeado, insultado o agredido de formas creativas

Siempre que recordaba a Arturo, se cuestionaba si realmente recordaba bien el contenido de los libros que había leído Arturo era completamente diferente de como lo describía su cuento, cuando volvió a verlo había pasado una semana y Arturo era ahora más alto que él

— ¿Qué pasa? — Pregunto Arturo cuando noto que Encantador lo miraba demasiado — ¿Tengo algo? —

— Eres más alto, creo que de hecho ahora eres más alto que yo, ¿Qué es lo que te están dando de comer? —

— No lo sé, quizá sea porque puedo comer tranquilo o por qué puedo dormir en paz —

— Si quieres, puedes vengarte por todas las cosas malas que te hicieron, después de todo eres rey y algún día serás el héroe más grande de todos —

Arturo se estremeció, acababan de repetir la conversación de su sueño, bajo el sol Encantador se veía radiante, por seguridad retrocedió dos pasos, en caso de que le ganaran las ganas de besarlo

— ¿Avisaste que estaremos fuera todo el día? — Confirmo Encantador

— Si, incluso me ofrecieron un par de guardias, les dije que contigo basta, tú eres el más fuerte y más valiente de todos —

— ¿Te estás burlando? —

— No — Respondió avergonzado — Siempre que te veo pienso que luces como un príncipe azul —

— Gracias — Finalizó Encantador mientras se ponía la capucha — Apresúrate o se hará tarde, no entiendo porque quieres ir caminando —

— Para conocer los alrededores —

Encantador no dijo más, solo guío a Arturo a través del bosque

Arturo se sentía culpable, quería ir caminando solo para extender el tiempo que pasaban juntos, aunque iban en silencio no se sentía incomodo en absoluto

De pronto el cielo se oscureció y empezó a llover a cántaros, el agua caía con tanta fuerza que era imposible ver el camino

— Ven o te perderás — Grito Encantador mientras le ofrecía la mano — Conozco el camino de memoria, tú podrías terminar en el bosque encantado —

Al tomar su mano, noto que Encantador mantenía su elevada temperatura corporal aún con la lluvia,  entonces empezó a caminar tras él, el agarre de Encantador era firme, como si creyera que podrían soltarse

Encantador sabia que se había ablandado con Arturo al enterarse que era el rey que había admirado toda su vida, aunque eso lo hacía sentir extraño

Inconscientemente le había dado la mano para que no se perdiera y ahora mientras caminaban se sentía incómodo, de algún modo incluso recordó cuando Arturo le dió respiración boca a boca

Recordaba como en medio de la absoluta oscuridad, sus pulmones se llenaron de aire y pudo despertar, pensar que Arturo lo habia llenado con su propio aliento lo hacía sentir extraño

Encantador estaba perdido en sus pensamientos de pronto tropezo, Arturo que también estaba distraído fue arrastrado, solo que en medio de la caída abrazo a Encantador y cayó bajo él

El avergonzado Encantador era incapaz de notar que Arturo lo tocaba íntimamente

— ¿Estás bien? — Pregunto Arturo bajo él, mientras lo recorría con las manos — ¿Te lastimaste en algún lado? —

— Estoy bien —

Encantador solo se levantó de prisa cuando fue conciente se su posición

— Mira allí está — Señaló para desviar la atención de Arturo — Esa es la oficina de mi madre —

Ambos caminaron a prisa, sin darse la mano, una vez dentro Encantador se quitó la capucha y la chaqueta, quedando solo con una camisa blanca tan mojada que era transparente

— Quitate lo de encima —  Dijo Encantador mientras avanzaba dentro — hay una habitación que solía usar cuando era niño, ahí debe haber mantas para secarnos —

— ¿Por qué no encendemos la chimenea —

— La leña está afuera — Entonces señalo afuera una pequeña pila de madera bajo la lluvia — Será más rápido encontrar las mantas —

Arturo desvío su atención, con la camisa mojada podía ver claramente el cuerpo esculpido de piel marfil de Encantador, cuando lo alcanzaba a ver de reojo podía ver sus pezones erectos creando una caída en la ropa, cada vez que lo miraba una intensa sed lo invadía

Arturo pensó que finalmente había enloquecido

Al final de un largo pasillo había una habitación con una amplia puerta tallada, Encantador entro, todo estaba oscuro

— Hace mucho que no estoy aquí, pero es seguro que debe haber mantas —

Encantador le entrego un par de mantas y empezó a quitarse la ropa

— ¿Por qué te desnudas? — Pregunto alarmado Arturo al verlo

— ¿Por qué estoy mojado? — Dijo en un tono fastidiado — ¿Eres tímido?, No pensé que te incomodara quitarte la ropa frente a alguien, hago esto porque no veo el problema —

Encantador dejo caer la ropa mojada al suelo mientras se secaba el exceso de agua con una manta

Arturo estaba inquieto, en algún lugar de su cabeza pensaba que Encantador era un ingenuo por quitarse la ropa frente a él, al mismo tiempo estaba agradecido por la magnífica vista que le había dado

LO QUE LE FALTA AL REY (Arturo x Encantador)Where stories live. Discover now