A DONDE EL CIELO Y MAR ESTAN EN UNIÓN

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Encantador paso el brazo de Arturo sobre sus hombros y empezó a caminar lo más rápido que la pierna lastimada de Arturo lo permitía, el Huargo aulló ferozmente mientras olfateaba el aire, la sangre de Arturo lo llamaba

Encantador intento acelerar el paso sin lograrlo, ya no podía cargar a Arturo con facilidad porque se había vuelto pesado y porque estaba nervioso, además le facilitaría las cosas al Huargo

— ¿Crees que ya nos vio? — pregunto ingenuamente Arturo

— Solo intenta caminar más rápido — respondió, evadiendo la pregunta

El Huargo avanzaba detrás de ellos a pasos agigantados, olía la sangre en el aire, se deleitaba con el sabor de la tierna carne que ya saboreaba

Encantador escucho al Huargo correr, entonces casi a rastras hizo a Arturo avanzar más rápido, justo cuando el Huargo les saltó encima, Encantador empujo a Arturo al lado opuesto para que el Huargo les pasará por en medio

El Huargo miro frustado el suelo vacío y se giró en dirección a Arturo, su pierna herida lo llamaba tentadoramente con el aroma a sangre, cuando estaba por abalanzarse sobre Arturo, el Huargo retrocedió

— Huye Arty — grito Encantador mientras le sujetaba la cola al Huargo con toda la fuerza que tenía, rezando por qué se rompiera con la fuerza del tirón — Vamos corre, yo lo detendré —

Arturo salió de debajo del Huargo y empezó  a alejarse para ver lo que pasaba, Encantador tiraba con fuerza de la cola del Huargo, esperando que Arturo tuviera tiempo de ponerse a salvo

El Huargo entonces noto el tirón en su cola y se giró para ver a Encantador, le soltó dentelladas furiosas hasta que Encantador finalmente lo soltó, el Huargo corrió contra el dispuesto a devorarlo

Encantador se quedó inmóvil, si el Huargo lo devoraba le daría tiempo a Arturo para escapar, sería una buena muerte sacrificarse por la única persona que lo había amado, aún si no podía cumplir su promesa de recuperar su corona, cerró los ojos esperando el doloroso final y paso lo que menos esperaba

Arturo vio al Huargo ir contra Encantador, un inmenso miedo se apoderó de él y sin pensarlo corrió para alcanzar al Huargo ignorando el dolor en su pierna y se lanzó sobre el, sujetándolo por la piel del cuello

— ¿Qué haces Arturo? — grito en pánico Encantador — tenías que huir —

— No te voy a dejar — grito Arturo mientras el Huargo intentaba sacudirselo de encima —

Encantador estaba pasmado, Arturo que colgaba del lomo del Huargo parecía feroz, su cuerpo se volvió más fibroso y grande mientras intentaba esquivar las dentelladas, hasta que lo sujeto por las fauces, los colmillos del animal se clavaban en sus manos mientras el le abría el hocico por la fuerza, para evitar que lo cerrará sobre el

— No vas a arrebatarme nada — grito furioso mientras los colmillos del Huargo se hundían en sus dedos, su sangre fluía entre las fauces del Huargo — no vas a lastimarlo, no me vas a quitar al hombre que amo  —

Todo fue realmente breve, Encantador mismo pudo decirlo, pero en esos momentos parecía que el se había vuelto muy lento y fue incapaz de hacer o decir algo al respecto, mientras Arturo abría con fuerza el hocico del Huargo también Arturo cambiaba, como si su cuerpo deseara aumentar la fuerza que tenia

Finalmente el hocico del Huargo cedió, abriéndose por completo, mientras Arturo dejaba escapar un feroz grito, le había roto el cráneo al Huargo que cayó muerto al instante, Arturo lleno de sangre y con  un cuerpo mucho más grande y lleno de musculos se acercó a Encantador que parecía asustado mirando la escena

— ¿Estás bien?, ¿Te lastimo? — pregunto asustado a Encantador que parecía en shock

— Arturo, ¿Te duele la pierna? — atino a preguntar después de presenciar todo

— Claro que me duele la ...... — Arturo se quedó pasmado, al mirar su pierna pudo ver el cambio físico que había sufrido — ¿Pero que...

— Paso mientras intentabas romperle el cráneo al Huargo, tu cuerpo creció y ganó más músculo —

Encantador se puso de pie solo y se sacudió las ropas con indiferencia mientras internamente intentaba calmarse

— Hay que irnos, seguro vendrán otros, también hueles a sangre —

Ya de pie, Encantador pudo ver bien a Arturo ahora poco más de una cabeza más grande que el y con músculos que parecían de toda una vida de entrenamiento

— Entonces ¿Ya te pareces a tu padre? — pregunto mientras avanzaban, recordando el discurso de Dafne

— Aún no, me faltan como treinta kilos y una gruesa barba —

— No te imagino con barba, te verías extraño —

— Yo tampoco me imagino así, supongo que las palabras de Dafne sobre parecerme a mi padre no incluían la barba, seguro solo hablaba sobre ser un mentiroso —

— ¿Por qué tú.....

— Por sacarle provecho a la situación en vez de admitir  que te amaba — interrumpió Arturo mientras lo miraba fijamente — dicen que las ninfas lo saben todo —

— Y ¿Por qué estaría al pendiente de nosotros? —

— Quizá solo fisgoneaba — Arturo sabía que no podía decirle la verdad — imagina que son seres inmortales, se deben aburrir aún bailando en sus laureles —

— Hay que buscar un río para que te laves, no quiero ver más depredadores por un rato, ¿Como están tus manos? —

— Bien — Arturo mostró sus manos, había cortes poco profundos en ellas — creo que tuve suerte —

— Creo que por unos instantes rompiste la maldición — Arturo solo se quedó en silencio — ¿Ya sabes entonces que te hace falta? —

— Solo quería que el Huargo no te lastimara, no podía pensar en nada más —










Finalmente Cenicienta había obtenido la dirección de la dama del lago de las aves marítimas que había mandado capturar Lancelot, con un gesto triunfante, Lancelot se encamino a dónde Merlin "practicaba" sus hechizos

— Señor Merlin, al fin tengo la dirección — sonrio orgulloso mientras le ofrecía un trozo de pergamino — necesito que mueva a mis tropas aquí —

— No puedo mover a tanta gente al mismo tiempo — Replicó mirando de reojo el pergamino — pero puedo empezar a probar, necesito voluntarios —

— Telonio, Rogelio, vengan acá — llamo Lancelot, el verdugo y el clarinetista se acercaron — necesito que sigan las instrucciones del señor Merlin —

— Solo quédense quietecitos ahí — señaló Merlin mientras se tronaba los dedos — esto puede ser muy movido, quizá se les revuelvan las tripas —

Telonio tiro su hacha y Rogelio su clarinete para abrazarse mientras Merlin se preparaba

— Rapiditus, expeditus , ta ya tiu tata tiu, que nuestros amigos se vayan prontiu —

Ambos desaparecieron en el aire mientras los demás miraban maravillados

— Entonces ¿Ellos llegaron con la dama del lago? — pregunto Lancelot —

— La verdad no sé, pero el hechizo funcionó, entonces ¿Quieres probar? —

— Que alguien mandé palomas mensajeras para ver si llegaron completos — dijo Lancelot a un soldado — usted siga practicando sus hechizos señor Merlin —



LO QUE LE FALTA AL REY (Arturo x Encantador)Where stories live. Discover now