Capítulo 1: Un Enemigo Mortal Y Un Plan Horrible.

54 7 47
                                    

-¡Dante, ya despierta vas a llegar tarde otra vez! -grita mi madre desde las escaleras-.

-Puta vida -susurro-. ¡Ya voooy!

La mañana empezaba de la misma manera que todos los días, mi madre gritando, y el olor a pan tostado saliendo de la cocina, haciendo que automáticamente me den unas ganas inmensas de vomitar. Soy Dante, un inútil chico de 15 años con baja autoestima que con suerte sabe desabotonar una camisa sin hacer qué un botón vuele de su lugar.

Hago el intento de salir de mi cama para poder ir al baño a vestirme y peinarme, pero el cansancio y mis nulas ganas de vivir no me lo permiten.

Después de los al menos diez minutos que pasé sentado en mi cama mirando un zapato, por fin pude tener la voluntad para levantarme y hacer mi "rutina de mañana", y a lo que me refiero con rutina de mañana es básicamente lavarme la cara, los dientes, intentar ordenar mi feo cabello y vestirme con mi uniforme, que en lo personal, no me gusta para nada porque me hace ver más horrible de lo que ya soy. Luego de terminar me miro una última vez al espejo, repitiendo en mi mente: "mierda, soy horrible". Al acabar de pelear con mi pelo, bajo las escaleras y me dirijo hacia la cocina para desayunar.

-¡Dante!, ¿hasta cuando te voy a tener que despertar porque estás llegando tarde? ¡Ya estás bien grande por amor a Dios! -Expresa con rabia mi mamá.

-Si lo sé mamá, perdón, te prometo que esta será la última vez que tendrás que levantarme para ir al colegio, lo juro -hablo, somnoliento-.

-Eso dices siempre Dante, tienes que comenzar a ser más responsable, a este paso ni de una planta te podrás hacer cargo después.

-Perdón mamá -bostezo mientras refriego mis ojos-, prometo que de ahora en adelante si seré más responsable con mis horarios -digo sentándome a la mesa-.

-¿Sigues con insomnio? -Pregunta mi madre mientras revuelve un café-.

-Algo así.

-Ay, hijo... -hace una pausa- ¿Quieres que te busque un doctor para que te ayude con el sueño? No quiero que estés mal -dice ella, dejando la taza de café sobre la mesa mientras me acaricia el hombro-.

-No es necesario, estoy bien.

-¿Estás seguro? -Pregunta-.

-Sí, -tomo su mano y la aparto cuidadosamente- es solo que estoy preocupado por las pruebas de fin de semestre, es todo -miento, en realidad no es solo eso-.

-Si sigues así después de este mes te llevaré al doctor, y no aceptaré un no como respuesta, ¿entendido?

-Está bien -tomo un sorbo de mi taza de café para luego preguntar-. ¿Me hiciste el almuerzo?

-Sí, es esa bolsa de ahí -dice apuntando hacia una bolsa de tela de color rojo- Si quieres comprar algo deje 3.000 pesos (Chilenos) en un sobre debajo de tu termo.

-¡Muchas gracias mami! -tomo al bolsa de tela-, bueno ya me tengo que ir se me va a hacer tarde -digo saliendo de la cocina-.

-¿No vas a comer nada más? -pregunta mi mamá con un tono algo preocupado, haciendo que me detenga justo en la salida-, solo tomaste una taza de café.

-No alcanzo a comer, me compro algo de comer allá, chau mami, te amo.

En el colegio:

Entro a la sala de clases casi muriendo por la falta de aire, no hace falta ser adivino para saber que soy un asco en los deportes, yo creo que hasta mi papá lo sabe, y eso que ni siquiera me vio después de los tres años.

Quédate conmigo para siempreWhere stories live. Discover now