Capítulo 11: Te Odio

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Llego a mi cuarto e inmediatamente voy al baño a tratar de calmarme un poco., se me hace casi imposible, pero después de lavarme la cara unas cuantas veces, finalmente lo logro. Tomo el bolso con mis cosas de encima de mi cama y bajo nuevamente a la sala de estar para irme.

Me despido de mi mamá, todavía bastante preocupado por dejarla sola en ese estado, pero ella dijo que disfrutara con mis amigos y que no me preocupase por nada más que pasarlo bien, eso significa que no quiere que me entrometa en la situación, porque sabe que puede salir aún peor de lo que ya está, así que prefiero hacerle caso y no involucrarme más de lo que ya lo hice.

Salgo por la puerta principal y me voy directamente al paradero de micros para tomar la E06, la que te lleva directamente a un mall que está en la Reina, es el lugar más cercano a dónde Leo vive, yo vivo en Vitacura, no tan lejos de la casa de mi mejor amigo, así que no es tanto tiempo, si me voy sentado eso si, si me voy a ir parado mejor me mato porque son treinta minutos de aquí para allá dependiendo del tráfico que haya. Espero y no haya nada de tráfico hoy porque fijo que me voy a demorar una hora y media en llegar, y ya estoy llegando atrasado por todo lo que pasó en mi casa hace un rato.

Al llegar al paradero tuve la suerte de que la micro que necesitaba venía casi vacía, por fin, al menos una cosa me sale bien hoy. Subo al transporte y me siento en el lado de la ventana, me pongo mis audífonos y reproduzco una canción de Mitski: washing machine heart, para ser más específico, en realidad, solo hago esto para romantizar mi vida y para evitar que alguna señora (no embarazada ni de la tercera edad) me pida el asiento, porque de verdad, no estoy ni ahí con darle el asiento a nadie, generalmente lo haría, pero hoy no, no tengo ánimos de nada.

Volteo hacia la derecha para mirar por dónde estoy pasando y al ver que ya me quedan solo dos cuadras para llegar salgo de mi asiento y me tomo de una de las barras que están cerca de mí para no sacarme la chucha y pasar la vergüenza de mi vida en público (spoiler: no sería la primera vergüenza que paso en público).

Cuando llego al siguiente paradero me bajo de la micro y sigo caminando desde ahí hasta el edificio de Leo, para mi mala suerte el ascensor está malo, así que me toca subir la escalera, la puta madre, para colmo Leo vive en el piso 8, ¿qué Chileno inteligente se va a vivir al piso ocho sabiendo que es un país sísmico?, tienes que ser idiota como para hacer algo así. Con todo respeto a los papás de Leo, obviamente.

-Haa, haa, la puta madre, agh, maldito Leo, ¿por qué chucha vives en un piso tan a la mierda sabiendo que tienes un amigo con poca resistencia? -me quejo mientras subo la escalera, casi muriendo por la falta de aire-.

-¡Llegué! -celebro tirándome al piso para poder descansar-.

Llamo por teléfono a mi mejor amigo para que me venga a abrir la puerta, pero el estúpido no me contesta el celular, ¿por qué mierda la gente tiene teléfono si no va a contestar cuando lo llaman?

Marco nuevamente el número de Leo hasta que por fin se digna a levantar su puto teléfono y contestarme.

-Aló buenas tardes, sexshop las cariñosas, ¿en qué lo puedo ayudar?

¿Y este qué se fumó?

-Soy yo idiota, estoy en tu puerta, ven a abrirme -le digo a Leo-.

-Ah chucha, perdón, ya voy.

Cuando Leo corta la llamada apoyo mi espalda en la puerta de su depa para poder recuperar el aliento y no morir de un posible ataque de asma, prendo nuevamente mi celular y abro un juego para poder matar el tiempo mientras lo espero, esto va a tardar bastante, ya conozco lo suficiente a mi mejor amigo como para saber que apenas debió estar saliendo de la ducha cuando lo llamé por segunda vez.

Quédate conmigo para siempreWhere stories live. Discover now