Capítulo 12: Mentiroso.

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Punto de vista Luca:

En la mañana me despierto con un dolor de cabeza de la san puta, fue una mala idea quedarme llorando hasta caer dormido, bueno justo ahora estoy viviendo las consecuencias.

Estuve toda la noche pensando en la pelea que tuve con Dante, y mientras más lo repetía, más lloraba, anoche me sentía horrible, y hoy no hay cambio, no me he visto al espejo pero estoy seguro de que tengo unas ojeras de la puta madre y los ojos estúpidamente hinchados de tanto llorar.

Mierda, me siento terrible, ¿por qué chucha dije todo eso?, eso no es lo que pienso para nada, yo no quería decirle al Dante que lo odio, no es verdad que lo odio, es imposible que lo haga, el Dante, mierda, el Dante es la mejor persona que he conocido en mi vida, es bueno con los demás, es alegre y es un bonito de mierda que no puedo dejar de mirar por más que trato, de verdad, creo que se ha convertido en algo más importante que un amigo para mi, creo que, aunque me cueste aceptarlo, creo que me gusta mucho él, su forma de ser, su sonrisa, su voz, la misma que podría escuchar por horas sin cansarme, carajo, de verdad me enamoré de él...

Punto de vista Dante:

Despierto con los ojos cansados y siento que la cabeza me late por el dolor que tengo, mierda, esto no está bien, me siento demasiado mal, me tomo unos minutos para pensar en todo lo que pasó ayer, no quería pelearme así con Luca, pero, agh, el idiota de verdad me hace enojar demasiado, quiero arreglar las cosas con él de todas maneras, creo que después de este tiempo que hemos estado pasando juntos he empezado a considerarlo una persona vital en mi vida, siempre sabe como sacarme una sonrisa con sus estupideces y sabe que decir cuando ve a alguien herido frente a él, como aquel día en el que me subió el ánimo en el patio, o cuando lo invité a la cafetería porque no quería que estuviera mal, aunque, mierda, ese día tuvo momentos buenos y malos para los dos, pero, con Luca soy capaz de vivir momentos buenos y malos, quiero acompañarlo cuando llore y hacerlo saber que puede contar conmigo, quiero verlo cuando sonría, porque amo demasiado ver su sonrisa, no la que inventa, amo ver su sonrisa real, me gusta demasiado verlo feliz, creo que es momento de admitirlo, me gusta Luca, me gusta demasiado, quiero pasar el tiempo que sea necesario con él, quiero conversar con el todos los días, porque sé que soy capaz de escucharlo hablar de cualquier idiotez por horas y no aburrirme, quiero hacer las cosas que le gustan con él, quiero ser una parte de las cosas que le gustan, pero se que eso jamás pasará, porque es imposible que le guste a Luca, pero de igual manera, quiero estar a su lado por siempre, aunque no sea de la forma que quiero...

Me levanto de la cama a duras penas por el puto dolor de cabeza, mierda, necesito un paracetamol de un gramo, siento que me voy a desmayar en cualquier momento, puto estrés. Bajo la escalera hacia la cocina y ahí está mi mamá preparando el desayuno, carajo, hoy es lunes, no podré evitar a Luca.

-Shuuu, la carita -dice mi mamá a penas me ve-.

-Por favor, no digas nada, ayer fue un día horrible, me duele la cabeza.

-¿Pasó algo en la pijamada que no me enteré? -pregunta mi madre con un tono de preocupación en su voz-.

-No exactamente, fue después, al llegar a casa.

-¿Hablas de la charla con Luca?, bueno, de los gritos enormes que se tiraron entre insultos antes de que Luca pegara un portazo gigante a la puerta de tu pieza.

-Ajá.

-Hijo -mi madre se voltea y camina hacia mi dirección para tomarme la mano-, yo se que te cuesta decir lo que sientes, pero, ¿puedes explicarme que es lo que pasa?

-Agh, es solo... Es complicado mamá.

-Tengo todo el tiempo del mundo para escucharte, no quiero verte sufrir así - dice mientras comienza a acariciar mi mejilla con suavidad-.

Quédate conmigo para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora