Capítulo 2: Primera Regla: No Aceptar Sin Pensar.

22 6 3
                                    

La hora de irse a casa ha llegado, eso significa que mis compañeros y yo nos reunimos afuera del colegio para irnos a mi casa, no sé en qué momento pude aceptar esto, pero prometo que voy a patear a Leo en el culo apenas todos se vayan de mi casa mañana.

Al llegar a mi casa lo primero que hago es preguntarles a mis compañeros si es que quieren algo de beber o comer, será una invitación forzada, pero no voy a ser mal anfitrión.

-Eh, ¿quieren algo para tomar o hay algo que quieran comer?, se los prepararé. -Pregunto con una sonrisa a las personas que están sentadas en la sala de estar de mi casa-.

-Oh, claro, un jugo de lo que tengas. -Contesta Carla-.

-Jugo o bebida, lo que traigas está bien. -Dice Francisco-.

-Eh, jugo porfi. -Responde la Amparo-.

-Yo-

-A ti no te pregunté si querías algo o no. -Respondo cortante a Leo-.

-Oyeee, no seas tan malo conmigo. ¿Por lo menos te puedo ayudar a traer los vasos o por fin te convertiste en pulpoman? -Dice Leo, sarcástico-.

-Agh, ok. Vamos. -Le digo a mi mejor amigo mientras me doy la vuelta para ir a la cocina-.

En la cocina:

-¿Recuerdas que carajo quería cada uno para tomar? -Dice Leo-.

-Obvio, no tengo memoria a corto plazo como tú. -Respondo tajante-.

-Ja-ja-ja -ríe Leo, sarcástico-, entonces tú sirve y yo los lle-

Ring. -suena de pronto el timbre de la casa-.

-¿Puedes abrir por favor, Fran?, debe ser mi mamá. -Alzo la voz para que el chico que se encuentra en la sala de estar me escuche.

-Obvio, voooyyy. -Contesta él desde la sala-.

Escucho que el Fran se levanta y va a abrir la puerta, así que me concentro en seguir sirviendo los vasos de bebida y jugo que me pidieron mis amigos.

-Hola, Luca, por fin llegas. -Escucho decir a mi compañero a lo lejos-.

¿!Lu- qué¡? Salgo de la cocina rápidamente y voy a la entrada de mi casa. Ahí estaba él, Luca, la persona a la que menos quería ver aquí.

-Hola, enano. -Me dice él.

-¿Qué mierda haces aquí? -Respondo sin siquiera dedicarle un saludo.

-No nos sentamos tan lejos uno del otro y además, él me invitó. -Dice apuntando a Francisco.

Mierda, es verdad. Estos dos son amigos, desde que se conocieron en una clase de natación.

-¿No te molesta verdad? -Pregunta el Francisco.

¿Qué si me molesta?, ¡obvio que me molesta! La persona que más odio en el mundo está en mi puta casa, no lo voy a recibir con una maldita sonrisa en la cara.

-No, no me molesta para nada. -Digo con una sonrisa más fingida qué mis ganas de vivir dibujada en mi rostro.

Mierda.

-¡Danteee, ya ven y ayúdame con las malditas bebidas! -grita Leo desde la cocina.

-Haaa. -suspiro-. ¡Ya voy! -digo dándome la vuelta para ir a ayudar a mi mejor amigo, sin dejar de ver a los ojos al intruso.

Voy hacia la cocina para poder ayudar a Leo con los vasos y se los doy a mis amigos. Luego la Amparo propone qué juguemos verdad o reto, sinceramente no me gusta mucho este juego para empezar, porque odio decir cosas de mi vida y no sé mentir como para inventarlas. Y dos, no me gusta que me obliguen a hacer cosas, así que no es mi juego favorito de la vida.

Quédate conmigo para siempreحيث تعيش القصص. اكتشف الآن