Capítulo 14: Ayúdame.

30 5 15
                                    

¿Mi p-papá, qué hace aquí?, ¿cómo puta es que tiene la confianza de mostrar su cara después de la mierda que me hizo?

-¿Q-qué haces a-aquí? -digo entre tartamudeos por el miedo-.

-Vine a verte hijito, es tu cumpleaños.

¿Hijito?

-Hijo, adentro -dice mi mamá a mis espaldas-.

-Hola Jennifer, ¿cómo estás? -saluda mi papá con una sonrisa-.

Cínico de mierda.

-Dante, adentro -me ordena mamá-.

No necesitas ni decirlo otra vez, chaolin bombim.

Voy a la sala de estar para poder estar lejos de mi papá, bueno, "papá", a esa mierda no se le puede llamar padre.

-¿Qué quieres Gaspar? -escucho a mi mamá preguntar-.

-Vine a ver a mi hijo por su cumpleaños.

-No es necesario, ya te puedes ir.

-¡No me voy a ir! -derrepente mi papá le da un golpe a la puerta, lo que hace que me levante del sillón, supongo que mamá intentó cerrarle-.

-¿Estás borracho? -pregunta mamá-.

-No te interesa -contesta con violencia mi papá-.

Es obvio que está borracho.

-¿Qué haces acá Gaspar? -pregunto mirando a los ojos a mi padre-.

-¡Dante, no!

-¡Cállate Jennifer!

-Te pregunte algo papá.

-Vine a ver a mi querido hijo por su cumpleaños, obvio.

-Eres un cínico, hace apenas un par de días me andabas pegando por ser gay y le pegaste a mamá por defenderme, no me llames hijo si vas a ser un padre de mierda.

-¡Dante, deja de hablarme con ese tono, soy tu papá y a mí me respetas!

-Jajaja -suelto una risa sin gracia-, ¿papá?, ¿respeto?, ¿estás hablando del padre que me abandonó y del padre que me golpeó a mi por ser gay y a mi mamá por defenderme?

-Dante, por favor, corre y no lo provoques, puede salir peor.

-Déjalo mamá, déjalo que pase, si tan hombre se cree que me diga las cosas a la cara.

-Hijo no-, ¡ah, mierda! -grita mi mamá al golpear su espalda contra un mueble luego de que mi papá la empujara-.

-¿Crees que te tengo miedo a ti?, ¡maricon! -me grita mi papá antes de pegarme un puñetazo en el labio-.

-No se trata de miedo, agh, se trata de inteligencia, eso es algo que tu no tienes.

-¡Pendejo de mierda! -grita antes de golpear mi rostro nuevamente, esta vez lo hizo tan fuerte que acabé en el suelo-.

-¡Agh! -gimo de dolor al golpear mi espalda contra las escaleras-.

-¡Dante, no! -grita mi mamá-.

Perdón mami, pero eres tú o soy yo y prefiero recibir todos los golpes por ti antes de perderte como lo perdí a él.

-¿Sabes qué?, no vales ni mi tiempo, maricon de mierda, ni siquiera con unos golpes te enderezas -dice mi padre, dándome una última patada mientras estoy en el suelo antes de irse-.

-Ujum, puaj, ujum -de repente comienzo a toser-, mamá, ¿estás bien?

-¡Hijo, estás sangrando! -grita desesperada mi mamá mientras se levanta del suelo, adolorida-, tengo que llevarte a la clínica, ahora.

Quédate conmigo para siempreUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum