Capítulo 6: Carta De Amor: Segunda Parte.

18 4 0
                                    

Punto de vista Luca:

Mierda, la leyó, ¿le habrá causado un conflicto interno el hecho de que haya sido yo el que la escribió?, no Luca, no pienses eso, evita los pensamientos autodestructivos, no te hacen bien. Pero, ¿y si de verdad ahora me odia?, por fin estaba empezando a formar algo parecido a una amistad con él y ahora todo se fue a la mierda por mi culpa, todo es por esa puta carta, me arrepiento tanto de haberla escrito, no debí hacerlo, todo iba bien hasta ahora. Por culpa mía, en este momento, Dante debe odiarme, y no lo voy a culpar si es que de verdad lo hace porque me lo merezco, merezco que me odie a muerte por todo lo que le he hecho, no sé ni porque carajo escribí esa mierda de carta, era obvio que mis sentimientos no iban a ser correspondidos, no sé en qué carajo estaba pensando cuando se me ocurrió escribirle una maldita carta de amor a Dante, sabía que todo iba a salir mal y sin embargo la escribí de todas maneras, ahora no sé ni como voy a mirarlo a la cara sin querer llorar, esto está muy mal.

Vuelvo a la sala de clases, aún muy cabizbajo por pensar que Dante ahora me odia, al entrar a la sala, miro hacia el puesto de Dante, y él, de forma casi inmediata aparta la mirada hacia otra dirección cuando me ve, esto para nada se siente bien. Camino hacia mi lugar sin poder dejar de mirar a Dante, creo que arruiné todo, hasta el más mínimo detalle y no sé como repararlo.

Punto de vista Dante:

No sé que pensar después de lo que leí, estaba empezando a creer que Luca y yo podríamos llegar a llevarnos mejor que antes, pero veo que me equivoqué, esto es culpa mía, ¿por qué actúe de esa manera?, Luca y yo no somos pareja ni nada parecido, no tenía por qué entregarle así esa carta, ni tampoco tenía derecho a ponerme de ese modo, él y yo no somos nada ni lo seremos jamás, el hecho de que nos hayamos besado dos veces no significa nada, fueron simples besos que ocurrieron por despecho y nada más que eso, solo confundí mis sentimientos, está más que claro, supongo que los comentarios de mis amigos tuvieron algo que ver en esto, el día de la pijamada no dejaban de hacer comentarios diciendo que Luca y yo seríamos una buena y bonita pareja, por suerte Leo estaba ahí conmigo y frenó la situación en la que me había metido, de verdad me salvó el culo. Pero ahora, no tengo a nadie que me salve de todo esto, fue culpa mía involucrarme sentimentalmente con Luca en primer lugar, no debí haberlo hecho, con que no me molestara era más que suficiente, yo no quería que esto pasara, todo está mal.

Saco mi cuaderno y mis lápices para comenzar a hacer un trabajo de arte, por lo menos en este momento me puedo relajar un poco y dejar de pensar en todo lo que estoy viviendo ahora mismo. El arte es algo que me relaja mucho, generalmente pinto cuando estoy nervioso o estresado, ya que me calma bastante, solía hacerlo más cuando era pequeño y escuchaba las peleas de mi padre y mi madre, ellos solían pelearse literalmente cada vez que se veían, luego de las peleas mi padre salía de la casa y no volvía por horas, yo, teniendo solo seis años de edad, tenía que consolar a mi mamá cuando ellos se peleaban, mamá se ponía muy mal cuando discutía con mi padre, había veces que la encontraba llorando en silencio en su habitación, yo no podía hacer nada, puesto que era muy pequeño, así que no tenía más opción que guardar silencio y apoyar a mi madre cuando lo necesitaba. Siempre le pedía a ella, por favor, que papá y ella se divorciaran, le explicaba una y otra vez que a mí no me iba a afectar en lo más mínimo porque esa situación estaba lastimándola a ella, mi mamá siempre me repetía que no importaba, qué no me preocupara, me decía que ella era una mujer fuerte y valiente, que podía con todo, decía que mi papá se comportaba de ese modo porque estaba sobrecargado de trabajo y estaba nervioso, sin embargo, un día él llegó del trabajo, borracho y lleno de marcas de golpes, subió a mi habitación y empezó a gritarme qué la mala situación de su familia era por mi culpa, me decía que yo no era más que un puto engendro y que no merecía vivir, mi madre al ver esa situación decidió salir rápido de esa casa conmigo en sus brazos, mamá tenía un buen trabajo así que pudimos alquilar esta casa para nosotros dos, y desde ese momento todo fue bueno en nuestra vida, estábamos solos y felices en un buen barrio, teníamos una buena vida, la tenemos.

Quédate conmigo para siempreWhere stories live. Discover now