"No importa que sea a escondidas
Se vive solo una vida
Porque aunque no estemos juntos
La gente ya lo sabía."
"Que cuando se encuentra a esa persona
Que cuando te toca te obsesiona
Si nos alejamos no funciona
Déjame tenerte una vez más"
Todo lo que...
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Fue idea de Tini venir a la bresh que se hacía despues del festival. El ambiente de la fiesta era pesado, el humo de los cigarrillos, el calor de los cuerpos, el vapor del aire agregaba mistica a la noche argentina.
Él la habia visto antes que ella se de cuenta que ya estaba ahí. Se habían avisado a donde iban pero por supuesto debian ir separados por ahora, él con sus amigos y ella con sus amigas.
Aunque ya habían hablado como se iban a menejar con respecto a su relación, ella era una reconocida cantante y el claramente un campeón del mundo, si los veían juntos así de la nada, iba a dar demasiado de que hablar.
A ambos le gustaba la adrenalina, el tenerse a escondidas como si se estuviesen escondiendo de alguien. Aunque ese había sido su problema más grande, a Alexia siempre le gustó y Leandro no podía negar que algo le sucedía cuando lo hacían así.
Los ojos celestes se paseaban por su figura, la música rebotaba en sus tímpanos y se sentia totalmente embriagado por su presencia. De a poco se fue acercando, como un Leon a su presa. En cuanto ella lo vió, se hizo la desentendida y comenzó a mover más sus caderas.
Cuando siente una presion en su espalda, instantáneamente sabe que es el hombre que la vuelve loca. Las manos del futbolista se posan en su cintura y la presiona más a su cuerpo, podia sentir todo. Todo.
El sector donde estaban no solo era alejado del resto de la gente, sino que estaba lleno de sus amigos, por lo que pasaban demasiado desapercibidos y nadie se ponía a mirarlos a ellos en ese momento.
Su pelo es corrido y los labios de Leandro comienzan a pasearse por su cuello, dejando pequeños besos, mientras su mano iba subiendo, posicionandose en medio de su pecho.
Se encontraban en un punto donde solo sentian al otro, nada mas existia.
Tras un par de canciones más, Leandro ya quería tenerla para él solo. Sabía que si era por ella, seguían en esa toda la noche.
Anda yendo.- le dijo a Alexia, dandole las llaves de su auto.
Apoyado en la pared, veía como se despedía de sus amigas para luego salir del establecimiento. Esperó unos minutos e imitó su salida.
A lo lejos logro divisar cómo se subía a su auto, acomodandose en el asiento del copiloto. Al alcanzarla, se subió sin mediar una palabra y se dirigieron a un pequeño parque que estaba a cinco minutos del lugar, donde sabía que iban a estar solos.
No paso ni un segundo que tiró el asiento para atrás que ya la tenía encima de él.
Ale.- intenta llamar la atención de la mujer que estaba dandole besos en el cuello.- Ey, mirame.
¿Qué?- dice un poco agitada, no sabía que quería.
Te extrañé.- dice llamando su atención.
Yo más.- lo mira a los ojos. Esos mismos ojos que la siguen a todos lados.
El momento se volvió pasional muy rápido, estar a escondidas los estaba matando pero le traía picante a la relación.
Los besos de la cantante siguieron su camino, y por primera vez en tanto tiempo, el se dejó llevar. Dejó que lo bese, que lo toque y que lo agarre como ella quisiera.
Alexia no sabía que le estaba pasando, pero sentia la necesidad de estar cada vez más cerca de él. El tiempo que pasaban separados le dolia, era una sensación que jamás había sentido.
Sus cuerpos rozaban con desesperación, tratando de complacerse con la fricción. Las manos del futbolista van a parar a la corta pollera que Alexia había decidido llevar, levantandola hasta su cintura para tener acceso a la parte favorita del cuerpo de la mujer.
Vos viniste casi en pelotas, pendeja.- le dice un poco con bronca, apretando con mas fuerza, haciendo que la cantante suelte un gemido.- No se a quien te estas queriendo levantar putita.
Jamás lo habia visto a Leandro así, nunca le había hablado de esa manera, pero algo dentro de ella se encendió con sus palabras. Sabía que él era dominante en la mayor parte de su vida, pero ser tan brusco en la intimidad, era algo relativamente nuevo.
Con una pequeña cachetada al mayor, lo miró detenidamente.- ¿A quien le decis putita?- dice esbozando una pequeña sonrisa, dandole a entender que le gustaba este juego.
Agarrando su mano con fuerza y poniendola detrás de su espalda, acerca la cara de su mujer.- Que sea la última vez que se te va la mano conmigo, no tenes ni puta idea de lo que soy capaz.
Con una sonrisa victoriosa, lo mira desde arriba, lo que hacian le estaba gustando y no sabía el porqué.
Rápidamente la soltó y comenzo a bajarse el pantalón, junto a sus boxer, dejando su miembro al aire para que Alexia pueda comenzar a trabajar.
Aunque le dolia con el alma apartarla, no la iba a dejar y la detuvo.- ¿Ves como me pones? ¿Eh?
La subió un poco, alineandose con su entrada y de manera brusca se introdujo, comenzando con unos movimientos tortuosos pero placenteros.
Los vidrios del auto se empañaba, el movimiento hacia obvio lo que pasaba ahí dentro y los gemidos de ambos se podian escuchar claramente.
Llegó un punto que Alexia estaba a la merced de Leandro, el era el que marcaba los movimientos y la tenía satisfaciendo sus necesidades, al igual que él las de ella.
De un rápido movimiento le bajo el top, comenzando a succionar sus pechos, aumentando el placer de la mujer que estaba a nada de llegar a su punto más alto.
Proporcionando besos en el cuello del futbolista lo llevo hasta su climax, viniendose dentro de ella al mismo tiempo que llegaba a su orgasmo.
Ambos se desplomaron en el asiento por un par de segundos, abrazandose y recomponiendose. Leandro proporcionaba mimos en la espalda de la mujer mientras que lentamente le acomodaba la ropa.
¿Estas para ir a casa?- le pregunta susurrando en su oido.
Asintiendo un poco se mueve a su asiento y se deja caer, cerrando sus ojos el resto del camino mientras Leandro le hacia mimos en su pierna.
La veia tan serena, tan linda, tan ella. Que se preguntaba una y otra vez, como llego a ser de él esta mujer tan maravillosa.
Al llegar a la casa del futbolista se dieron una ducha rápida y se acostaron juntos en la cama. Esperando un nuevo día que le traería nuevos asuntos.
