5 | Tres duelos de esgrima

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—Espera un minuto, tengo que ver bien.

Gemma mordió el rabo de su lápiz mientras miraba atentamente la hoja de operaciones matemáticas frente a ella. Era un día escolar más y estábamos en la hora del almuerzo, minutos después de haber terminado clases. Fernanda y yo habíamos decidimos venir un poco más tarde a la cafetería y comer en nuestra mesa alejada de siempre, pero en ese instante también llegaron las demás chicas que conocí ese día en la galería de arte.

Digamos que me tocaba compartir clases con la mayoría de ellas y teníamos una relación bastante buena. Claro, a Fernanda a veces le costaba integrarse, pero las chicas se daban cuenta de eso con facilidad y trataban de incluirla en las distintas conversaciones o charlas que teníamos.

Violetta había aprovechado que estaba junto a Gemma y le pidió que por favor le explicara algunos temas que el profesor de Manuel dio para la prueba del primer parcial. No nos tocaba en la misma clase de matemáticas, pero técnicamente todas estábamos en cuarto año y nos enseñaban lo mismo, así que prestamos atención a la explicación que la chica calculadora nos daba. Era la primera vez que entendía un tema matemático tan rápido y a la vez muy bien. Gemma era increíble.

—Vaya Gemma, explicas excelente. —expresó Aylin sorprendida.

—Es cierto. —repliqué.

—Gracias, chicas.

Gemma sonrió y le entregó el cuaderno a Violetta.

—¡Muchísimas gracias, Gemma!, ¡No sé que hubiera hecho sin ti! .—Violetta la abrazó de lado, visiblemente emocionada.

—Posiblemente reprobar. —espetó Diana.

Violetta le envió una mala mirada y se aferró a Gemma como si Diana la quisiese lastimar. La castaña simplemente volteó los ojos y soltó una pequeña risa ante el drama que hacía su mejor amiga.

Éramos un grupo un poco extraño, pero admito que me gustaba pasar tiempo con ellas porque aburrido, definitivamente, no era.

—Gemma, eres muy buena en matemáticas, y no solo en eso, sino también en las demás materias. ¿Cómo lo haces? .—preguntó April, curiosa. Todas teníamos esa duda.

—Bueno, creo que aparte de la dedicación, tener ganas también es muy importante. —recalcó Gemma, elevando su dedo índice hacia arriba—. Algunos dicen que mis notas se deben a mi papá, pero no es verdad.

Alcé una ceja, un poco confundida por su último comentario.

—¿Quién es tu papá? .—cuestioné.

—Es el líder del área de matemáticas y maestro de los alumnos de último año. —respondió.

Vaya, no me lo esperaba.

—Soy buena sin él. —cruzó sus brazos y arrugó el ceño—. Es mi esfuerzo el que me hizo la mejor estudiante el año pasado.

—¡¿En serio?! .—exclamé asombrada. Gemma asintió con una amable sonrisa y las demás empezaron a darle la razón entre celebraciones y palabras de energía. La verdad el hecho me tomó desprevenida y me alegraba mucho por ella, pero había algo que me consternó—. ¿Y Jorge?

Violetta y Joselyne se pasaron los dedos en sus cuellos en línea recta, una seña que mostraba decapitación o, sencillamente para nosotros, advertencia. Ambas me miraban con muecas, para que quitase la pregunta que hice. En cuanto a Gemma, había arrugado la boca y su expresión no era la más bonita.

—¿Ese idiota qué?

—Bueno .—dudé un milisegundo, pero finalmente decidí decirlo a pesar de las caras que todas excepto Gemma pusieron—, ¿Él también es bastante inteligente, no?, ¿Cómo no logró quedar en primer lugar?

Rumania High SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora