¿Organizadores?

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—¡Ya!, ¡Si no te gusta, dámelo! .—José Daniel intentaba quitarle a Carlos su barra de chocolate, sin embargo, el de ojos verdes no se lo dejaba fácil. 

—¡Nunca dije que no me gustara, dije que no tenía ganas de comerlo ahora! 

—¡Pero lo sacaste y me hiciste dar ganas!

Por una extraña razón, mis amigos habían decidido sentarse en la mesa que siempre comparto con Fernanda. La verdad, me extrañó mucho esa decisión, pero ellos aseguraron que ya no les importaba tanto lo que los demás dirían.

 En cuanto a los otros estudiantes, me percaté de la mirada incrédula de Daisy y de muchas personas en general. Empezaron a murmurar cosas de los chicos, no eran hirientes o feas, sin embargo, se salían un poco de lugar. 

Aún así, no puedo negar que su acción me hizo muy feliz, y, aunque Fernanda lo niegue, a ella también. 

—¡Dejen de pelear, o yo me encargaré del asunto, y no querrán eso! .—Violetta se puso de pie, enojada. Por un momento creí que sus largos cabellos se habían levantando y que sus ojos se habían vuelto blancos, mientras que la expresión de su rostro se ponía tétrica. 

José Daniel detuvo en seco sus actos y se sentó bien, tal cual angelito. Carlos se enderezó, guardando lentamente la barra de chocolate en su mochila.

—¡C-Claro! .—José Daniel sonrió nervioso. Violetta es una de las pocas chicas a las cuales estos muchachos le guardan algo de "respeto". Se nota el miedo que le tienen.

—¿Podrían dejar de estudiar por un día?, estamos en el receso .—Fernando miró fastidiada los distintos cuadernos que Jorge y Gemma tenían delante de ellos. Ambos levantaron sus cabezas y la observaron, dándole una mirada severa, de la cual, Fer no se inmutó.

—Después del receso tengo una prueba de física. Necesito repasar bien estas fórmulas .—Gemma dio su explicación, volviendo a darle su atención a la escritura en su cuaderno. 

Jorge suspiró, pasando de página.

—Yo igual, pero de química. 

Hakuna Matata, ¿recuerdan? .—Hablé, enarcando mis cejas de forma divertida—. Sin preocuparse.

—Sí bueno, Hakuna Matata no nos ayudará a graduarnos.

Cuestionó Gemma, encogiendo sus hombros.

—¡Señor, quítales todo lo que tenga que ver con la escuela a estos dos, por favor! 

Dramatizó Luis juntando sus manos y mirando el cielo, rogándole a Dios misericordia por Gemma y Jorge. Yo le secundé sus acciones, seguida de José Daniel y Adrián.

—Ya dejen el drama .—Axel nos miró mal—. Estamos en pleno comedor.

—Gracias, Axel .—Dijo Jorge.

—No lo hacía por ustedes.

Una gotita de sudor se deslizó en un costado de la frente de Jorge, quien, sonreía, intentando no salirse de sus casillas. 

—¿No creen que nos miran mucho? .—Dijo Sebastián casi en susurro, con la cabeza gacha y las mejillas un poco sonrosadas. Mateo lo abrazó de lado, sonriendo comprensivamente.

—Es porque estamos aquí. Recuerden, ninguno en este lugar está acostumbrado a juntarse con gente que no sea de su club .—Explicó. Los demás asentimos, dándole ánimos a Sebastián para que levante su cabeza y enfrente al mundo. Obviamente, no faltaron mis consejos de vida, los cuales, le sacaban una que otra risa a los presentes. 

—Aún así, me da un poquito de vergüenza .—Rascó su nuca, sonriendo nerviosamente y algo avergonzado. 

Diana le dio tres golpecitos en su cabeza, causando que en el rostro contrario subieran los colores. Quise reír ante su reacción, pero Aylin me dio un codazo para que no lo hiciera. 

Rumania High SchoolWhere stories live. Discover now