ღ c i n c o ღ

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El video ya estaba por terminar, ya habían grabado varias escenas. Me emociona que si estuve participando mucho, hay algunas chavas que nada más están paradas, pero Peso siempre me mantuvo muy cerca de él e incluso en una escena grabaron fijamente como le di un shot de tequila.

Mientras Peso, Nata y Gabito seguían en lo suyo cantando la canción mientras sonaba de fondo y dirigiéndose a la cámara, yo había estado tomando shots con las demás chavas. Sentía que ya se me había subido un poco el alcohol y comencé a tener mas confianza en mí.

Me sorprendió mucho cuando Gabito me saludó al inicio del video, pensé que no se acordaría de mí. Y me morí de vergüenza cuando me preguntó si yo lo había reconocido en la licorería, yo claramente no sabía quién era, Sofi fue la que me dijo que se trataba de Gabito Ballesteros.

"—Me rompiste el corazón —dijo Gabito.

—No discúlpame —dije realmente apenada —es que casi no es mi estilo de música o de ambiente, por eso no te reconocí.

—No te preocupes, estoy bromeando —dijo Gabito —¿cómo llegaste aquí entonces si no es tu ambiente?

Estuve apunto de responder, pero fui interrumpida por Peso que se acercó a nosotros mientras le gritaba a Gabito. No supe como interpretar su mirada, pero no se veía nada contento.

—Wey cabrón —comenzó a acercarse Peso —ya vamos a empezar, ya vente"

Sonreí un poco al acordarme de la platica que tuve con Gabito y de cómo Peso nos separó, me gustaría pensar que fue porque estaba celoso, pero por supuesto que no. Ahorita estaba muy cómodo él con dos chavas a su lado, abrazándolas a ambas. Lo volteé a ver y ví que el también me vió y solamente sonrió, intenté no hacer mi cara de celos ¿con qué derecho me ponía yo celosa? Ninguno, pero aún así lo estaba. Así que igual le regresé la sonrisa.

El productor empezó a gritar it's a wrap, dando señal que ya había quedado listo el video. En eso todos empezaron a aplaudir y empezaron a destapar botellas de champagne. No sé en qué momento entro la gente que estaba fuera del antro y comenzaron a poner música.

—¡Pues a seguirle plebada, a la verga! —gritó Peso junto con Natanael y Gabito.

Caí en cuenta que después de esta noche ya no vería a Peso ¿por qué lo vería? si nada más vine por el trabajo, que me paguen y listo. Entonces si ésta sería mi última vez en un ambiente así y sobre todo, mi última vez tan cerca de Peso, estaba dispuesta a vivir esta fiesta como ninguna otra. Al cabo mis niveles de confianza y seguridad ya habían aumentado gracias al alcohol. Vi otra botella y me di un shot para agarrar coraje.

—Veo que alguien se quiere divertir el día de hoy —dijo Gabito acercándose a mí, yo tenía mi mirada fija en Peso, pero seguía con ambas chavas. No iba a estar toda la noche pendiente de si me hablaría o no, yo también puedo estar con alguien más.

—¿Me ayudas con eso? —dije, Gabito sonrió.

—Claro —dijo —con eso y mas.

La música sonaba muy fuerte, muy apenas se podía platicar. Se supone que estábamos en uno de los mejores antros de Guadalajara, los meseros no dejaban de llegar y el alcohol parecía que fuera ilimitado. Gabito y yo estábamos platicando, pero yo no podía estar concentrada, estaba más al pendiente de lo que hacía Peso que de lo que me estaban platicando. De pronto veo que cruzo miradas con Peso y rápidamente vuelvo a dirigir mi mirada hacia Gabito, pude notar que Peso venía caminando hacia acá.

—Qué onda plebe —dijo Peso mientras abrazaba a Gabito por el hombro —te voy a tener que robar a esta morrita chula que tienes aquí.

Me sorprendí y no fui la única, Gabito también se sacó de onda.

—Es mi invitada —dijo Peso mientras lo veía fijamente y tomaba de su vaso —yo la traje y yo me la voy a llevar ¿cómo ves?

¿Yo me la voy a llevar? Me quedé analizando esa frase ¿se me subió de más o eso se escuchó algo sexoso?

Noté que Gabito se molestó, algo se dijeron en el oído, pero no pude comprender. En cuestión de segundos ya nada más estábamos Peso y yo. Gabito se había ido sin dirigirme alguna palabra de despedida ¿qué le dijo Peso?

—¿Arruiné algo? —preguntó Peso cerca de mi oído, yo me empecé a reír, ya sabía a donde iba.

Ya no tenía su pasa montañas, se podía ver su mullet perfecto. También noté que tenía varias cadenas puestas y algunos relojes en sus brazos.

—Yo creo que solamente la felicidad de las dos chavas que estaban a tu lado —dije muy segura, Peso se sorprendió y soltó una carcajada —ahora que no estás con ellas se ven tristes.

—O sea ¿me estabas mirando? —preguntó.

—Tú me estabas mirando primero —dije y tomé de mi vaso.

—Yo sí lo admito ¿y qué? Sí te estaba mirando —dijo y se acercó incluso más a mí—y todavía te sigo mirando, com-ple-ti-ta.

Algo dentro de mí se encendió con la manera en que dijo completita y en cómo su mirada se paseaba por todo mi cuerpo, sin pena alguna. Yo no pude evitar ponerme roja y acomodé mi cabello porque no supe que hacer, Peso se dió cuenta y soltó una pequeña risa.

—En ese caso yo también —dije.

Peso con su brazo derecho abrazó mi cintura y me acercó más a él. Nuestros cuerpos estaban peligrosamente juntos, mi cadera rozaba con la suya y sentía aún su mano en mi cintura baja. Ambos rostros estaban a centímetros de distancia, yo tenía que levantar un poco mi cabeza para poder verle bien, el tenía que inclinar su cabeza hacia abajo para verme. Gracias a la cercanía podía oler aún su colonia que estaba fusionada con cigarro y alcohol, también vi con claridad los lunares en su rostro.

—¿Así me ves mejor? —preguntó con voz ronca y yo sonreí cerca de él mientras asentía.

Coloqué mis dos brazos al rededor de su cuello y empezamos a bailar, comencé a mover mis caderas pegándome más a su cuerpo.

—Dime tu nombre —dije acercándome a su oído.

—Qué pues ¿cómo que no sabes cómo me llamo? —preguntó fingiendo que estaba ofendido. Obviamente sabía como se llamaba, se llama Hassan, pero estaría muy raro si de la nada le empiezo a decir así.

—Obviamente sí —dije —pero no nos hemos presentado tal cual.

—Hassan Kabande —dijo —¿y tú? Aparte de Alejandra.

—Alejandra Acosta —dije —pero me puedes decir Ale...

No me dejó terminar, gracias a que sus labios me interrumpieron.

Con una mano tomo mi mandíbula, acercando mis labios con los de él y nos empezamos a besar. En cuestión de segundos el beso se convirtió en algo salvaje, su lengua junto con la mía parecía que estuvieran bailando y sus manos descontroladamente tocaban todo mi cuerpo hasta posicionarse en mi trasero, donde aprovecho a dar pequeños apretones y en cada apretón me era imposible no soltar un gemido en pleno beso. Gracias al alcohol, llegué al punto donde no me importaba si nos estaban viendo, a Hassan tampoco parecía importarle y para ser sinceros, yo creo que ya era la hora donde todos se encontraban en esta situación.

Nos separamos por falta de aire.

—Mucho gusto Ale —dijo Hassan intentando regresar al tema anterior, antes de besarnos salvajemente —tengo que confesarte que desde que te vi tenía pero un chingo de ganas de besarte y de otras cosas también.

Sin saber como había sucedido esto, caí en cuenta que esta era el inicio de una historia con Hassan...

No lo esperaba | Peso Pluma ღWhere stories live. Discover now