𝟸𝟶

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pongan rosa pastel para más emoción.


Los rayos de sol chocaron con su rostro adormecido aún, invitándolo y dándole la bienvenida a despertar en un nuevo día. Apenas se movió un poco en la cama el cansancio le poseyó por completo. Un cansancio conocido como cuando te ejercitas o algo de esa índole. Un cansancio pasajero y sostenible.

Alargando un bostezo rodó sobre sí mismo hasta quedar boca arriba y admiro el techo blanquecino por algunos minutos, en silencio. Mismo que fue interrumpido y reemplazado por las voces escandalosas afuera de la habitación.

Extrañado ante el bullicio arrugó el entrecejo y movido por la curiosidad se sentó en la cama, respirando profundo para levantarse. El frío piso recibió a sus pies descalzos y camino con pasitos apresurados hasta el baño, encerrándose en el momento exacto antes de que la puerta de la habitación fuera abierta.

Emocionado por la adrenalina de tener que "correr" para que, quién fuera que hubiera, no le viera desnudo, se sentó en el inodoro y despeino sus cabellos.

Tres toquidos fueron dejados desde afuera en la puerta del baño, sacándole un gritito, asustado: ── ¿Tas ahí, mi amor? ──la voz divertida y suave de Roier le hace reír con gracia.

── ¡Me voy a bañar! ──grita apenas en respuesta.

── ¿Te ayudó? ──el tono seductor del beta le hace carcajear con fuerza.

── No, quizás en otra ocasión. ──responde también con el mismo tono, moviéndose hasta entrar en la pequeña cabina de vidrio y encender la regadera.

Supuso que Roier se había ido, así que abrió la llave de la regadera, sintiendo rápidamente las gotas de agua fría chocar contra su piel desnuda. Sus manos se volvieron puños con fuerza al intentar soportar el agua helada recorriendo su cuerpo y suspiro pesado.

Algunos minutos después su cuerpo se acostumbró al frío y cerró la llave. Tomó la botella de shampoo con olor a sandía y esparció un poco en la palma de su mano, lo dejó de nuevo en el pequeño estante y emulsionó el líquido jabonoso, creando una pasta espumosa, misma que comenzó a esparcir en sus cabellos húmedos. Abrió la llave de nuevo y enjuago con suaves masajes su cabello, dejándolo bonito, brilloso y con rico aroma. Las gotas de agua pararon esta vez dándole paso a la parte que más le gustaba, enjabonarse el cuerpo.

Ni siquiera pudo darse cuenta de la presencia de otra persona en el baño hasta que sintió unas suaves y frías manos posarse en su cuerpo húmedo, tomándole con posesividad de la cadera. Salto en su lugar ante el contacto y gimió bajo cuando sintió un ligero beso ser depositado en la piel desnuda de su cuello.

── Dios, que ganas de tomarte ahora. ──la voz susurrante y conocida del híbrido de oso hace presencia a sus espaldas. ── Lastima que deba irme a laburar ──pausa dejando otro beso en su nuca. ── Me encantaría hacerte mío otra vez.. ──gime de nuevo al sentir una ligera mordida en su cuello.

Molesto por la lejanía del mayor de media vuelta sobre sus talones y gruñe observándole con el ceño fruncido. La suave risa de Spreen se escucha en toda la extensión de la pequeña habitación, haciéndole sonreír también.

── Pensé que ya te habías ido y que le habías pedido a Roier que me echará un ojo. ──informa con voz ronca debido al uso de su garganta.

── Y si, eso iba a hacer, pero Roier quería echarte otro tipo de ojo. ──murmura con recelo de manera inconsciente rodando los ojos, saliendo de la pequeña cabina para sentarse en el inodoro.

── ¿Estás siendo posesivo conmigo? ──la pregunta sale por si sola de sus labios en un tono emocionado e inocente, siendo incapaz de no demostrarlo con una pequeña sonrisa.

unfaithful. ㅤ© spkity. ㅤ Where stories live. Discover now