𝟸𝟻

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La luz de la luna y la ciudad entraban a través de la cortina en la ventana, iluminando tenuemente la oscura y cadente habitación. Los jadeos y el chasquido de sus pieles húmedas chocando golpeaban en cada rincón del lugar.

Los gemidos roncos y suaves que salían entonados desde la profundidad en la garganta del menor era música para sus oídos.

Mordió sus labios tomando con cuidado los muslos calientes y jugosos del menor, profundizando las embestidas, arremetiendo con un poco más de fuerza en el interior del chico quien, perdido en el éxtasis, lloriqueaba del placer debajo suyo.

Se rió sin querer al notar las pequeñas lágrimas rodando por las mejillas sonrosadas del menor. Las vistas que tenía de su rostro sosegado, con las mejillas rojas y esforzándose por buscar mil maneras de callar los gemidos le era divertido y por mucho adorable.

Jadeando el menor lo miro con una ceja alzada: ── ¿De qu-qué te ri-ríes, mmh? ──el gemido ahogado amortiguado por los tartamudeos torpes le causó más gracia.

Quackity lucía demasiado tierno en ese estado.

──Sos re tierno así. ──expresa sin dejar de lado el vaivén, incluso siendo un poco más lento, pero manteniendo la profundidad en cada embestida.

Los ojos índigo le admiraron aún con lágrimas desbordándose de ellos, con las cejas alzadas.

──Mm- ¿Có-mo puedes pensar.. ──ni siquiera pudo terminar la pregunta pues fue interrumpido por una nalgada que le hizo chillar──eso mientras me estás partiendo en d-dos? ──chilló de nuevo Quackity cerrando los ojos con fuerza.

Fue inevitable no reírse una vez más, peor aún cuando esa pregunta ahora le resultaba tan cómica. Irónica, pero cierta.

El chillido entonado desde la garganta de Quackity fue aviso suficiente para saber que había llegado hasta su punto dulce, así que, sin dejar ir la oportunidad, se movió más lento y profundo para torturarlo y hacerlo sentir bien.

──Ya estoy por llegar, aguanta un toque ──pidió suave siguiendo con el mismo patrón de movimiento, siendo ligeramente un poco más rápido.

Los chasquidos vulgares de sus pieles chocando y los lloriqueos del placer de Quackity hacían eco en su cabeza.

Era música, obscena y erótica.

──A-ah, est-oy p-por lleg-ar mmh.. ──informó torpemente entre gemidos Quackity, sosteniéndose como pudo de las sábanas, gimiendo sin importarle ser escuchado por los vecinos.

Una sonrisa orgullosa se resbaló en sus labios mientras seguía golpeando el punto dulce del menor, sus manos acariciaron sin vergüenza los muslos marcados por suaves mordidas y chupetones que él mismo había hecho a gusto.

Mordió sus labios con fuerza cuando la conocida corriente electrizante le recorrió el cuerpo, gimiendo ronco cuando su esencia se liberó completamente dentro del preservativo, poco después los chorros seminales de Quackity se dispararon también en su abdomen y parte de su pecho.

Aún con la respiración errática se dejó caer un poco sobre el menor en un intento por recuperar el aliento. El simple roce de sus cuerpos y la hinchazón prematura en su miembro le hizo gemir agudo en el oído del menor sin siquiera quererlo.

──Menos mal usaste condón ──susurro sin aliento Quackity abrazando su cuello para dejar un camino de besitos en su rostro sin sentido.

Asintió dándole la razón con una sonrisa y un ligero color en las mejillas, suspirando en su oído.

Luego de un par de minutos la hinchazón bajo de a poco hasta que pudo sacar su miembro de la cavidad del menor sin lastimarlo, quitó el preservativo usado, le hizo un nudo y fue a tirarlo al baño. Y, como ya era costumbre, al volver Quackity ya estaba dormido.

Negando acarició con cuidado el cabello revuelto del pelinegro y peinó un par de mechones para luego arroparlo.

Un pesado suspiro abandonó sus labios antes de levantarse de la cama y caminar hasta el baño, era su momento de tomar una ducha antes de dormir.

unfaithful. ㅤ© spkity. ㅤ Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon