Capítulo 47

7.3K 682 82
                                    

No vi a Julieta el lunes en la mañana, en cambio, me llamó a la sala del Consejo durante el almuerzo. Que no haya nadie más aquí, supone que quiere hablar conmigo.

Estaba comiendo un yogurt natural y la chica me veía de vez en cuando, mientras ella también desayunaba.

—Ya dime o deja de mirarme —señalé con la atención en el yogurt.

—¿Qué pasó con tu tío?

—... —Tomé aire—. Se enteró de que no he ido a ver a mi papá. En realidad, se enojó porque de todas maneras había estado saliendo los fines de semana, a veces.

—¿Hace cuánto no ves a tu papá?

—Dos..., tres..., tres meses.

No es que haya contado el tiempo que he pasado sin verlo, sino que tengo presente el lapso que ha pasado desde que el juez retiró las audiencias.

—¿Y qué haces?

—Sí voy a San Rafael, pero... voy con... conocidos.

—«Conocidos» —repitió con duda.

—Conozco gente fuera de aquí —apunté mirándola.

—No quise decir otra cosa, sino que tu tío está preocupado por ti.

—Sí, y no digo que no —hablé con fastidio—, pero es mi problema.

—¿Por qué no quieres ver a tu papá?

—Ya te lo dije, sigue enojado conmigo. Y no es culpa suya —hice una pausa—, creo que en serio lo decepcioné.

—Si me cuentas, te podría ayudar —aseguró con inocencia, por lo que sonreí.

—No, no puedes —repuse—. No hay manera de borrar lo que hice y es muy egoísta de mi parte querer que mi papá me perdone..., lo que me queda es esperar a que, con el tiempo, no me odie tanto.

—... —guardó silencio por un momento—. Bueno, ya no te voy a preguntar si no me quieres decir, solo no mientas tanto. Tu tío no es el único que se preocupa por ti.

La miré a los ojos y asentí.

No miento porque quiera, es que es la única manera que encontré para sobrevivir y no voy a dejar de hacerlo.

Puedo incluso mentir mirando directamente a los ojos, a quien sea.

El entrenamiento fue después del almuerzo y resultó un tanto mejor que el anterior, sin embargo, para el martes, utilizamos el tiempo de la clase de gimnasia y no me pude concentrar ni un poco.

Todo en lo que estaba pensando era en Julieta sentada en una banca con Noel, como si nada... Clara me lanzó el balón al estómago.

—En cuanto esto termine, vas y la asesinas, ahora concéntrate —ordenó al pasar delante de mí.

Para el tercer día, entrenamos durante el almuerzo. El primer partido se llevó a cabo sin mi participación, por lo que estaba sentada con las piernas en ambos lados de la banca y con Julieta en el espacio que quedaba en medio.

—¿No deberías comer antes? —preguntó.

Vi a Noel viniendo, tal vez con la intención de acercarse a Julieta, otra vez.

—Sí... —susurré. Le recogí el cabello y empecé a besarle el cuello.

Esto todavía la hace temblar, acelera los latidos de su corazón tanto como su respiración y eleva su temperatura.

—Ah... —un fuerte suspiro de Clara al tomar asiento a un lado de Julieta fue por lo que me separé de ella, a mirar a la otra, con molestia, quien lo pasó de largo muy a pesar de haberlo advertido.

En el vino y el café | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now