Capítulo 22.

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Nicolás

Rosie se acurruca en mi pecho mientras seguimos acostados en el sillón de lo que sería el gym de la casa. Su delicioso olor dulce me invade obligándome a inhalar para disfrutarlos mejor. 

—¿Crees que se enojen mucho si tú y yo..? —cuestiona afligida. 

—Supongo, pero en nuestra defensa tu padre se casó con la asesina que contrataron para matarlo y tu abuelo con su mamá, así que... 

—Está familia es muy disfuncional —se mofa la princesa —pero hablo enserio, Nico —suena más seria —además todavía está Frida... 

La mención me hace tensar en el acto. 

—Lo sé, créeme que lo menos quiero es lastimarla e independiente de lo que este pasando contigo hace mucho que no estamos bien... —le seguro acariciando sus hebras negras —y también está tu mamá, Cruela enojada me da mucho miedo. 

Se ríe y es música para mis oídos. 

—Sin contar que te vas a ir .... 

Le recuerdo con ese sin sabor de saber que pronto se tendrá que ir. 

—Tengo una vida hecha que no puedo abandonar así como así —delinea mi mentón acariciándolo —pero esta vez será diferente porque...

—¿Ya no seré el niño rata?

Niega divertida y deja un beso en mi mejilla.

—¿Ni yo la princesa sin neuronas?

—No —le tomo el mentón y junto a nuestros labios. 

Pero el golpeteo de la puerta nos interrumpe y nos levantamos de un respingo. 

Mierda

—Rosie, tu hermano te está esperando en el salón de cine —le dice Thaile quien se cruza de brazos en el umbral de la puerta. 

—T, yo... 

—No te pedí explicaciones —le corta el alegato —ve y no hagas esperar a Ilhan que ya se va pasar su hora de dormir. 

Sin mirarla a la cara Rosie sale corriendo. 

—Venía a ver si entrenabamos o salíamos a patrullar juntos, pero ya veo que estabas ocupado con otra compañía. 

—No hicimos nada malo —le dejo claro. 

—Más te vale que no, que no haya pasado de ese beso qué vi —asevera. 

—Te lo juro, además en algún momento tiene que pasar ¿no? —empeoro la situación. 

—¡Si, pero no con ella! 

—¿Por qué no? —le refuto —No me vengas con esas mierdas clasistas de que no es para mi.... 

—¡No es por eso, imbécil! —me encuella pese a que ahora soy un par de cabezas más grande que ella —¡tienes novia y Rosie se va ir! 

—Gracias, por un momento se me había olvidado eso —ironizo y me gruñe más enojada. 

—No me quiero imaginar el escándalo que armaria la idiota de su madre y esa chica que, aunque no me agrada, no está bien que la engañes y debería cortarte las bolas por eso. 

Tras de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora