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El sol brilla en lo más alto mientras dan un paseo por el parque. 

El omega no piensa mentir y decir que no está emocionado. Desde el anuncio de su compromiso, una semana atrás en la subasta organizada por el alcalde, Hyunjin no ha dejado de ser atento con él. De hecho, nunca ha dejado de serlo.

No es un secreto para los Lee que Felix está más que encantado por esa boda. El omega ha tenido un enamoramiento por el alfa desde que eran niños. Aunque él pensó que lo había superado luego de volver de su internado donde no había sabido nada de él, lo primero que lo recibió cuando llegó a Atlas fue su rostro sonriente en uno de los anuncios de campaña de Jaewon Hwang. Entonces se dio cuenta que realmente no lo había superado.

—Todavía sigue ahí. —Menciona el alfa con una sonrisa señalando la marca en la fuente central del parque. 

El omega sonríe de vuelta acercándose a la fuente dando pequeños saltos, justo como cuando era un niño. En la fría piedra y cerca de la placa que revelaba que la construcción del parque había sido gracias a la donación conjunta de los Hwang y los Lee, yacía la pequeña silueta de las manos de Felix.

—Era tan pequeñita. —Dice Felix midiendo su mano una vez más, cubriéndola por completo.

—Sigue siéndolo. —Comenta Hyunjin detrás de él con tono burlesco, ganándose una mirada de lado del omega—. Acéptalo, tienes unas manitos.

Felix suspira dispuesto refutar pero sus palabras se quedan atascadas cuando Hyunjin mide ambas manos y la suya es cubierta por completo por la del alfa. Su omega se retuerce en su interior y sus orejas enrojecen de inmediato, no se atreve a moverse siquiera por el gesto.

A pesar de haber tenido varias salidas y ser amigos durante tanto tiempo, el alfa muy pocas veces ha tocado al omega. Podría decirse que habían sido ocasiones muy puntuales que se podrían contar con una sola mano.

Por ello, Felix no quiere romper la burbuja en la que se haya Hyunjin cuando mira sus manos juntas con curiosidad. Espera poder acercarse sin perturbar al alfa pero en cuanto su cuerpo se mueve dos centímetros el alfa alza la mirada con una sonrisa. Felix no había notado cómo estaba conteniendo la respiración hasta que Hyunjin habla de nuevo.

—Bonitas. —Susurro el alfa dejando ir la mano de Felix quien se tiene que morder la lengua para no protestar por el repentino abandono—. ¿Tienes hambre? Hay una zona de restaurantes a unas calles.

—Sí tengo un poco de hambre. —Acepta aunque realmente no tenga hambre, porque sabe que el alfa sí tiene hambre y por eso lo sugiere.

—¿Qué quieres comer? —Le mira con curiosidad esperando la respuesta. Felix se queda pensando durante un rato, no se le antoja nada y no puede pensar en algo, así que agradece cuando el alfa le da algunas opciones—. ¿Pasta? ¿Pizza? ¿Comida tradicional?

—Pasta está bien. —Sonríe y Hyunjin le devuelve la sonrisa con ternura. 

Su corazón se detiene cuando el alfa toma su mano para avanzar por el parque. En el camino le da algunos datos interesantes sobre las variedades de árboles que están plantados en el sendero que están tomando, unos pocos sobre las flores que decoran algunos tramos y sobre los pájaros que se escuchan a los lejos, que se pueden diferenciar por su canto. 

Hyunjin es tan distinto a los alfas con los que ha tratado Felix antes. Es tan sensible y abierto sobre sus pensamientos, no tiene miedo a expresar sus ideales aunque suelan ser poco convencionales, es apasionado y seguro. Cuando habla con él es como abrir una enciclopedia dispuesta a enseñarle nuevos temas, algo que sus pares no harían, pensando que Felix no comprendería temas complejos como la filosofía. Además, es un muy buen oyente. Durante toda la tarde instó a Felix a hablar de diferentes temas, escuchándole con atención y nunca interrumpiéndole. 

Atlas -  HyunhoWhere stories live. Discover now