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Si alguien le pregunta, dirá que solo es estrés.

El aura sombría que rodea a Minho desde hace días no ha hecho más que crecer, tanto así que los trabajadores del edificio prefieren desviar la mirada que enfrentarse al rostro furioso del beta. De tener aroma, seguramente sería tan amargo y desagradable como el de un delta.

Desde el incidente en el cierre de campaña de Jaewon, la seguridad se incrementó en toda la ciudad y por ende, en el edificio. El pánico se podía palpar en cada rincón de la ciudad. La gente tenía miedo de un nuevo ataque, a pesar de no existir víctimas ni heridos; a nadie le hace gracia los grupos rebeldes ni sus protestas.

A Minho ciertamente tampoco.

Pero evitar a Hyunjin tiene poco o nada que ver con lo que sucedió aquel día, y mucho que ver con su lobo deprimido porque no acepta el lazo que ha formado.

Minho está enojado. Las personas tienen razón para alejarse de su camino cuando su rostro, normalmente amable, parece el de un psicópata que podría desollarlos vivos si se atreven a hablarle. Su asistente, sin embargo, es la que mejor lo lleva. Minho presta más atención a lo que le dice y no re agenda reuniones. 

El beta se ha acostumbrado a la molestia en su pecho. Se sintió morir los primeros días, fue tan asfixiante como el puño cerrado alrededor de su cuello, apenas podía respirar sin sentir que sus pulmones explotarían. Al tercer día, dejó de importarle lo mucho que doliera o si su lobo permanecía en un rincón resentido. Se ha enfocado en su trabajo y las cosas han mejorado. Además, Hyunjin no ha aparecido en su oficina como acostumbra.

Cuando supo que estaba vivo, se alegró y de inmediato, volvió a mirar los informes mensuales. Sabe que ha hecho su trabajo porque su aroma, ligeramente más picante, ha estado por todo su piso; pero así mismo, el alfa no lo ha molestado. Minho se lo agradecería si no estuviera tan enojado.

Tienes cara de perro. —Le dice Seungmin del otro lado de la pantalla.

—Tan sincero como siempre, cariño. —Minho contesta, todavía concentrado en su trabajo—. ¿Qué quieres?

Tienes actitud de perro.

—Si llamaste para criticarme, entonces cuelga. Tengo trabajo que hacer.

Puedo notarlo. —Minho no necesita verlo para saber que ha rodado los ojos—. Tu madre habló con mi padre para resguardar el recinto. Sinceramente, me ofendí cuando no me lo dijiste tú pero no importa, no es tu fiesta.

Minho se detiene y levanta la mirada con confusión.

—¿De qué hablas, Seungmin?

El otro beta resopla.

De la despedida de soltero de Hyunjin. —Dice como si fuera obvio para Minho—. Marissa dijo que lo organizarías tú, al fin y al cabo, eres su padrino de boda.

La boda.

Minho ha estado tan sumido en sus asuntos que ha olvidado ese detalle. Su hermano se casará en diez días, si no hay más celos adelantados.

Lo habías olvidado. —No fue una pregunta—. Como supuse que estabas en otro mundo, lo he hecho por ti. No sé qué harías sin mi.

—¿Qué hiciste?

Separé el lugar y preparé la lista de invitados.

—¿Por qué?

Porque si salieras de tu oficina, sabrías que Hyunjin y yo ahora somos mejores amigos y quiero que tenga una despedida decente. Será este sábado.

Atlas -  HyunhoWhere stories live. Discover now