08

515 64 3
                                    


Nervioso. Así es como me sentía.

Nunca estoy tranquilo cuando él se aparece como si nada en mi ventana, y aún así, siempre lo dejo pasar.

Quiero creer que es porque me da miedo que lo descubran y lleguen a matarlo, porque a pesar de que él haya entrado a robar a mi casa y, de que seguramente lo haya hecho en miles de lugares más, yo no creo que nadie merezca morir, no de la forma en la que mamá mató a Nani y a unas cuantas mucamas que me había tocado escuchar.

Quiero convencerme de que no me había acostumbrado a su presencia a pesar de verlo tan poco y de que la situación sea tan extraña cada vez que lo veo. Quiero convencerme de que no me estoy aferrando a una persona que podría matarme en cualquier momento para no quedarme solo y desahuciado. Porque anhelo el contacto humano. Cada día resulta más difícil el estar aquí, ya no me quedan siquiera ideas para pintar. Siento que acabaré desquiciado hablando con mi reflejo como el protagonista en uno de esos cuentos que leí.

—Esa fue una gran confesión, ¿no crees que merece un regalo?—Sus ocurrentes palabras logran sacarme de la ensoñación en la que me encontraba.

—¿Un regalo?—Dirijo una mirada confundida hacia él.

Me cuesta entender muchas de las cosas que dice.

A veces me hace sentir tonto.

—Sí, uno muy valioso, ¿Qué se te ocurre?—Sonríe de forma extraña mientras pregunta.

Ahora lo entendía. Él quería dinero, pero yo soy más listo y no dejaría que me sobornara.

—¡Tengo un libro que creo que va encantarte!—Me dirijo a pasos apresurados a la gran estantería al fondo de la habitación, para volver agitado con el libro color café sujeto en ambas manos.

—Es este—Extiendo el gran libro frente a él—Es uno de mis favoritos—Finjo lamentarme demás—, pero como dijiste que debía ser algo valioso, pues... Puedes quedártelo, solo cuídalo muy bien, ¿si?

La sonrisa victoriosa en mis dientes se ensancha como nunca antes al ver su rostro cuajado, y muero por reír a carcajadas.

—¿Qué te hizo pensar que quería un libro? Yo hablaba de algo así como una nalgada, un chupón o incluso otro beso, ¿pero un libro?—Pregunta mirando aquel montón de papel forrado con indignación.

Para este punto el de la cara cuajada era yo. ¿Estaba loco? ¿Por qué seguía insistiendo con esas cosas?

—¡Con esas cosas no se juega!—Sentencié—No vuelvas a hacer una cosa como esa. No sé cómo sea para ti, pero para mí los besos en la boca son solo cosa de una pareja.

El hombre frente a mí se carcajea como si hubiese hecho el mejor chiste de todos los tiempos, lo que me indigna más de lo que puedo controlar.

—P-perdón—Responde entrecortadamente aún entre su ataque de risa.—Tienes razón—Alza ambas manos en rendición recuperándose de su oleada de risas ruidosas.

No le creo nada.

—Sé mi novio entonces—Propone sin más.

Siento como el color abandona mi cuerpo y mis piernas quieren decir "adiós". Exhalo con fuerza y me sostengo del buró para recuperar estabilidad.

—Es broma—Responde volviendo a explotar de la risa.

—Dios mío, eres incluso mejor de lo que creí—Se dirige vacilante a la cama riendo como un maniático en su face más alta.

—¡¿Qué estás haciendo?!—Reclamo
cuando por fin recuperé las fuerzas suficientes.

—¡Hey! No seas egoísta—reprocha—sólo voy a recostarme un poco. Estoy muy cansado.

—¡Definitivamente no!—Remuevo su cuerpo entrando en pánico—Es peligroso, por favor ve a casa.

—No seas egoísta y déjame disfrutar de tu colchón de princesa.

—¡Escúchame!—Refunfuño llevando ambas manos a mi cintura.—Voy a decirte esto sólo una vez, porque aparentemente no eres consiente de que pueden matarte, ¿no?

—¿Premio o premio?—Sonríe burlesco.

—¿Qué?—Entono confundido.

Ahí está diciendo cosas que debo descifrar de nuevo.

Él tiene una forma muy rara de hablar.

—Olvídalo, ¿sí?—Dice sereno para luego darme la espalda, aún acostado en mi cama.

Me dirijo con pasos seguros al baño sin decirle algo más a aquel hombre tan terco, lo que probablemente haría que me golpeé hasta morir, pero no importaba. Tenía que sacarlo de aquí antes de que algo muy malo pueda pasar, y la única opción ahora, era bañarlo en seco para que finalmente se fuera.

Regreso al cuarto cargando el balde de agua fría con algo de dificultad.

Dolería mojar mi cama, pero tenía que hacerlo si quería que se fuera.

Estuve apunto de hacerlo, pero apenas entro a la habitación sus ronquidos me paralizan.

Él se había quedado dormido.

¡Dios mío, ¿cómo pudo haberlo hecho tan rápido?!

La angustia y el miedo me invaden, no tengo control sobre mis piernas ahora, y me quedo estático unos minutos analizando la situación.

Cuando por fin los pensamientos circulan en mi cabeza, me doy cuenta de que debo actuar lo antes posible.

Llevo el balde de agua a su lugar inicial y regreso a la habitación con rapidez.

Me acerco a la cama y remuevo su cuerpo como si no hubiera un mañana, pero él ni siquiera suelta algún quejido, o algo que me de indicios de que está vivo.

La desesperación hace que quiera morderlo de angustia, porque pareciera que lo hizo adrede.

Después de hasta sudar intentándolo, me doy por vencido y me siento a su lado agotado mientras froto mis ojos.

No sé en qué momento mi cuerpo se desplomó a su lado, tampoco me di cuenta el momento exacto en el que me sumergí tanto en mis pensamientos como para cerrar mis ojos solemnemente.

Se sentía extrañamente cálido, pero como si fuese un recordatorio del destino, el sonido de las cadenas siendo retiradas hace que me levante de golpe.

Mamá estaba a punto de entrar, y mis piernas flaqueaban a tal punto que mi mente se bloqueó y olvidé cómo caminar.

𓆜ㅤ𓈒ㅤׂㅤ🐚 ㅤ🪼 𓇼 ⭒ 𓆡ㅤ𓈒ㅤ🫧 ⭒ㅤ𓈒ㅤׂㅤ

𓆜ㅤ𓈒ㅤׂㅤ🐚   ㅤ🪼 𓇼  ⭒ 𓆡ㅤ𓈒ㅤ🫧 ⭒ㅤ𓈒ㅤׂㅤ

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Burbujita - Br!ghtwinWhere stories live. Discover now