El Secreto de Harry Styles (M-Preg) Larry Stylinson

Capítulo 3: Dudas

Capítulo dedicado a: larryxfeelings

-Sólo debe firmar los papeles del alta, y podrá irse a casa -afirmó el médico dejando los papeles sobre la cama y saliendo de la habitación.

Harry sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo, en aquellos horribles dos meses que Louis había estado en el hospital. Por fin aquello había terminado. Podrían volver a casa e intentar seguir con sus vidas, aunque las cicatrices siempre estarían ahí.

-¿Has oído eso, Lou? -dijo acariciando el pelo de su novio con cariño-. Nos vamos a casa.

El ojiazul simplemente asintió, sin mostrar expresión alguna en su rostro. Y en el fondo Harry se lo esperaba, últimamente era difícil arrancarle un par de palabras siquiera. Louis no estaba bien, y aunque tuviera el alta hospitalaria debería seguir en tratamiento psicológico por un tiempo. Los médicos le habían dicho que estaba entrando en un estado de depresión. Cada día tenía más miedo de ir perdiéndole poco a poco.

Le ayudó a vestirse con la ropa limpia que le había traído y recogieron todas sus cosas de la habitación. Iba a ser raro salir de allí después de haber convertido esa habitación en su casa durante dos meses.

-¿Ya estáis listos? -preguntó Anne entrando por la puerta-. Tengo el coche aparcado en la puerta para irnos.

Harry asintió, cogiendo la mochila con todas las cosas de Louis y saliendo por la puerta. Quería ser él quien ayudara a su novio a bajar, pero sabía que este no accedería.

-¿Cómo estás, cariño? -preguntó Anne entregándole las muletas que aún necesitaba para caminar-. ¿No te alegras de volver a casa?

-No lo sé, Anne. No sé si quiero volver a la normalidad.

La mujer le abrazó mientras acariciaba su espalda. Louis necesitaba un abrazo más que nada en aquellos momentos.

-No puedo negarte que vaya a ser duro recuperar tu vida normal sabiendo que ya no tendrás a tu bebé, pero tú eres fuerte y sé que vas a poder con ello -miró al chico a los ojos-. Y Harry te ayudará si le dejas hacerlo. Él está preocupado por ti, Louis.

El chico no contestó y salieron de allí el dirección al ascensor. Harry les esperaba en la calle, montado en su coche. Ese coche familiar que habían comprado para remplazar a la motocicleta, aunque ya no tenían mucho sentido tantos asientos. Anne ayudó a Louis a montarse en la parte de atrás, estirando su pie vendado sobre los asientos. Ella se montó en la parte delantera con Harry, y encendió la radio para amenizar el trayecto.

No tardaron mucho en llegar hasta la casa de la madre de Harry. Anne se bajó del coche y se despidió de ellos recordándoles que podían llamarla si necesitaban cualquier cosa. Su hijo había asentido, pero sabía que lo único que necesitaba en aquel momento era estar con Louis de nuevo. Echaba de menos estar a solas en casa, acurrucados sobre el sofá mientras comían patatas fritas y simplemente disfrutaban de la compañía del otro.

-Ya hemos llegado -afirmó el chico de rizos mientras detenía el coche frente a la puerta del precioso chalet-. ¿Necesitas ayuda para bajar?

-Puedo solo -contestó Louis mientras intentaba apañárselas para bajar del coche y sostenerse sobre sus muletas.

-Espera, te ayudo.

Harry hizo un intento de ayudarle, pero el ojiazul se apartó de él como si tuviera la lepra y salió por la puerta contraria. Su novio no supo muy bien como reaccionar. ¿Qué mierda le pasaba a Louis? Los psicólogos le habían aconsejado darle un tiempo para adaptarse a la situación, pero Harry no podía evitar que aquel rechazo doliera como mil cuchillos.