El Secreto de Harry Styles (M-Preg) Larry Stylinson

Capítulo 18: La verdad

El sonido de las gotas de lluvia que impactaban con fuerza contra los cristales era todo lo que se oía en la sala. En el exterior la tormenta se había desatado con toda su fuerza, aunque la tranquilidad se respiraba en el interior del apartamento.

Zayn se encontraba recostado sobre el sofá comiendo patatas fritas, mientras leía y releía los mensajes que Liam le había mandado durante aquel fin de semana. La mayoría eran demasiado cursis y empalagosos, pero al chico moreno no le importaba demasiado. En ellos podía notar que no había momento en el día en el que Liam no le echara de menos, y es que se había habituado tanto a su presencia que todo a su alrededor se sentía vacío sin él.

"Mi madre ha preparado una tarta de manzana y me he acordado de ti. Ojalá estuvieras aquí para probarla.", decía uno de los mensajes.

"Zaynie, no puedo dormir. ¿Estás despierto?"

"No sé si te has dado cuenta, pero me llevé tu sudadera negra. Sigue teniendo tu olor... Me encanta."

"Mi sobrino me ha vomitado encima. Recuérdame que no tengamos hijos."

"Ya estoy montado en el tren. Nos vemos en unas horas, bebé. Te quiero. xx"

Aquel último mensaje le había llegado hacía ya bastante tiempo, pero cada vez que lo releía podía sentir la emoción en su estómago. Quería ver de nuevo a Liam y abrazarle tan fuerte que perdiera la respiración. Estando sin él había descubierto que sus sentimientos eran reales. Amaba a Liam más de lo que jamás se hubiera imaginado. Y le aterraba, pero era un miedo bueno, como esa sensación de riesgo que a pesar de los nervios te hace sentir emocionado. ¡Realmente estaba enamorado del que solía ser su amigo!

Y ya no podía seguir mintiéndose a sí mismo, ni mintiéndole a él con todas las cosas que le ocultaba. Iba a hacer las cosas bien: se sinceraría con Niall, trataría de mantener su amistad y le pediría a Liam que fuera oficialmente su novio. Sólo de pensar en esto último se sentía en las nubes, aunque primero debía tener la valentía suficiente de rechazar finalmente al rubio.

-¡Niall! -gritó llamando al chico, que se encontraba en la planta de arriba.

Él no tardó en aparecer por las escaleras llevando puesta únicamente su ropa interior. Zayn intentó dirigir su mirada a cualquier otro punto del universo que no fuera su cuerpo, porque no quería que su cabeza se desviara del tema. Tuvo ganas de pedirle que se vistiera durante unos segundos pero sabía que no podía hacer eso. Al fin y al cabo, era también su casa, y desde niños se habían visto en ropa interior en los vestuarios. No tendría porque haber diferencia, ¿no?

-¿Se está quemando la casa? ¿Has quemado algo en la cocina? ¿Tú comida quema y quieres que te la sople? -preguntó el rubio sobreactuando.

-¿Me estás llamando pirómano, mal cocinero o gilipollas? -rió Zayn ignorando la clara indirecta sexual de la última frase.

El rubio se sentó a su lado y cogió el mando para encender la televisión. Seguro que estaban echando alguna serie americana de humor sin sentido.

-¡Oh, mira! Dos hombres y medio.

-Ejem, Ni... ¿Podemos hablar?

-Claro, dime -contestó él quitándole la bolsa de patatas y llevándose un puñado a la boca.

-Pero quiero decir... Hablar en serio.

Niall se le quedó mirando unos segundos antes de comprender lo que quería decir. Dejó a un lado las patatas y se sentó de cara a él.

-Bien, habla.

Zayn se sintió intimidado por la mirada penetrante del rubio y su excesiva cercanía en el sofá. Resopló un par de veces antes de hablar. ¿Cómo miras a tu amigo a la cara y le rompes el corazón?