El Secreto de Harry Styles (M-Preg) Larry Stylinson

Capítulo 16: El primer beso

-¿Por qué tan guapo, Zaynie? -preguntó Liam adentrándose en el cuarto con una sonrisa traviesa.

El chico moreno se había puesto una camiseta de Versace que le habían regalado algunos cumpleaños atrás, junto con una chaqueta de cuero negra que le daba un toque sexy y provocador. Los ojos de Liam no eran capaces de apartarse de su cuerpo y le escaneaba con ganas de deshacerse de aquella ropa. A veces realmente se daba cuenta de lo afortunado que era por tener a un chico como él a su lado, porque era su chico malo por fuera y al mismo tiempo su osito de peluche por dentro.

-Estaba intentado superar tu belleza, pero creo que es imposible -contestó Zayn dedicándole una sonrisa.

-¿Qué belleza? Mírame, estoy gordo.

Era cierto que Liam había cogido algo de peso desde que no jugaba al fútbol y apenas se ejercitaba, pero no demasiado. Además, a ojos de Zayn siempre sería igual de perfecto.

-No estás gordo -se acercó a él y le rodeó la cintura con sus brazos-. Eres mi gordito papudo favorito.

El chico castaño puso cara de ofendido, pero no se resistió al beso que recibió a continuación. Lo que él no se imaginaba, es que aquellos besos no eran más que una distracción para no tener que decirle a donde iba.

-Aún no me has dicho para que te has arreglado tanto, pensé que nos quedaríamos en casa haciendo la colada -interrogó sin separarse de él.

Zayn sabía que había llegado el momento de las escusas.

-Tengo una entrevista de trabajo -mintió.

-¿En serio? No me habías dicho que estuvieras buscándolo -se extrañó Liam.

-No puedo seguir siendo un mantenido, no es justo que Niall y tú paguéis solos el alquiler. Voy a hacer algunas entrevistas.

Aquello no era del todo mentira. Zayn realmente estaba intentando buscar un trabajo y había sonado como la escusa perfecta en su cabeza.

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Las manos del chico rubio temblaban mientras se acercaba a la puerta del restaurante. Aquella noche se había vestido con la mejor ropa que había encontrado en su armario, había peinado su pelo teñido a conciencia y se había rociado un perfume bastante caro. Pero a pesar de todo aquello seguía sintiéndose inseguro y nervioso, incluso cuando se trataba del mismo chico que veía su cara de dormido todas las mañanas. Esta vez no era un simple desayuno en casa, sino una cita formal y sólo esperaba que todo saliera de acorde a lo imaginado en su cabeza.

-Buenas noches -saludó amablemente la mujer de la recepción-. ¿En que puedo ayudarle?

-Tengo una reserva a nombre de Niall Horan -contestó él con simpleza.

Ella revisó su nombre en la lista y al comprobar que lo que decía el chico era cierto le indicó cuál era la mesa en la cuál cenarían, una mesa para dos. Esta se encontraba en un lateral del restaurante, perfectamente decorada con una vajilla de porcelana y unas velas encendidas. Niall no quiso ni pensar en el precio de todo aquello. Al fin y al cabo, era una buena manera de gastar el dinero que su abuela le había dado en navidad. Se sentó sobre una de las sillas y se dispuso a esperar a su acompañante.

Zayn se hizo un poco de rogar y el irlandés supuso que estaría tratando de librarse de Liam sin levantar demasiadas sospechas. Mantener aquella cita en secreto sólo aumentaba el morbo de la situación y Niall tenía claro que aquella noche debía hacer al chico moreno dudar sobre sus sentimientos. Le había rechazado meses atrás ofuscado en tratar de ser heterosexual, pero estaba comenzando a aceptar que a lo mejor no lo era. Quizás, pero sólo quizás, lo que él necesitaba eran unos brazos fuertes que le abrazaran por las noches y le protegieran de sus propios demonios.