Una princesa

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De todas las princesas que he rescatado, la número tres es a la que más quise y aun quiero. Estoy de acuerdo que no todas las princesas necesitan ser rescatadas, pero ella...♧

Se despertó por los rayos del sol que entraban por la enorme ventana de la habitación. Enfocó la vista hacia la izquierda en la mesa de noche y miró la hora, once de la mañana. ¿Qué pasó?, la pregunta cruzó por su mente.

Después de unos segundos se acordó de lo que pasó anoche. Miró a su derecha y los enredados cabellos rubios de la señorita Aino cubrían su bello rostro mientras dormía.
El joven Tenoh se levantó de la cama con lentitud, se talló los párpados para después acudir al baño.
¿Qué demonios hacía con su vida?, Se preguntó de nuevo mirando su rostro en el espejo del baño.

.....

— ¿Le avisaste que después volverías?.– Cuestionó un joven de cabellos negros amarrado en una larga coleta.

— Claro, tengo que ser responsable.– Haruka bebía de su taza de café.

Unos ojos azules atentos le miraban, un minuto más tarde se oyó una risotada.

— ¡Ja!, Minako-chan te estará buscando como loca más tarde.– Rió el joven Seiya.

Ambos se encontraron en la cafetería de la calle Hope, en ese lugar preparaban un café delicioso todos los miércoles según Haruka, pero para Seiya el café le sabía igual todos los días.
Los dos jóvenes platicaron de su vida laboral procurando no tocar un tema en especial para el muchacho rubio.

Sin embargo, Seiya se moría de ganas por saber lo que pasó con la chica de la cual Haruka se quedó estancado de manera romántica. Así que sin más preámbulo, trató de ser precavido y pisar terreno peligroso con su siguiente pregunta.

— No todas las princesas necesitan ser rescatadas...– Soltó de manera desprevenida pero sabiendo a donde quería llegar con eso.— ¿Qué sucedió después con la "stalker"?.– Preguntó bajando un poco la voz y mirando a Haruka de forma neutra.

Afuera de la cafetería se veía a la gente pasar abriendo sus paraguas para evitar ser empapados por la ligera lluvia. Tenoh miró hacia el ventanal contemplando el siguiente espectáculo, sus ojos verdes volvieron de nuevo a la taza de café y soltó un suspiro con desgano.

—Lo que pasó es que entre ella y yo, no somos primos ni nada por el estilo. No creas nada de lo que la prensa diga. Eres muy ingenuo y pensar que con las chicas eres el lobo feroz buscando a su presa perfecta...– Comenzó Haruka de forma tranquila a hablar sobre lo que pasó alrededor de 4 meses.

— Bueno, ya lo acabas de decir, y por supuesto, soy un lobo feroz no lo negaré. ¿Me dirás más?.– Insistió Kou bebiendo su café sin despegar la mirada de Haruka.

— Está en terapia con la Psicóloga Meioh. Sabes que un corazón roto no puede pertenecerte porque sabes que las piezas no están completas y las puede tener otra persona.– Se acomodó el cabello lo que hizo que más de una chica que estaba cerca se le escapara un suspiro. Haruka Tenoh al ser corredor de fórmula uno, tenía fans hasta en lugares concurrentes como la cafetería.

Seiya notó que realmente Haruka es un imán de mujeres. Si el pelinegro fuese mujer, caería redondo a los pies del rubio. Todo eso solo es una suposición, un "si fuera...".

— Tienes una vida por delante, Haruka. Eres el príncipe azul de muchas mujeres, ¿Por qué estancarte con ella?, ¿Ah?.– Alentó Seiya.

— No lo sé...creo que ella era magia. Aún cuando se volvía inestable. Seiya...Michiru era inestable emocionalmente, por eso está tomando terapias psicológicas.– Haruka bajó la mirada.

Para soñar. Sin espacio, sin tiempo.Where stories live. Discover now