El principio del final II

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Ambos se quedaron mirando, Michiru porque no podía creer que tenía enfrente al joven rubio. Haruka por su parte buscaba las palabras correctas para hablar, en primera fue una suerte que la chica no lo haya golpeado o algo por el estilo debido a la impresión de llegar por atrás y tocarle el hombro.

- Qué...casualidad.- Dijo Michiru saliendo de su asombro.

- Si que lo es.- Ambos por impulso comenzaron a caminar. Haruka sosotenia aún sus bolsas de sus compras y Michiru sostenía su estuche de violín.

Aunque el día parecía nublado, no había ningún indicio de que lloveria solo era un día nublado. Nada más.

- ¿Cuando llegaste?, Supe que estabas fuera del país.- Le comentó Michiru.

- Si, estuve fuera por un año, extrañaba la comida de aquí. Llegué ayer por la noche.- Contestó Haruka. Guardaron de nuevo silencio, pasaron frente a un parque y se adentraron en el para tomar asiento.

- ¿Qué ha pasado durante este tiempo?.- Le preguntó Tenoh.

- Pasaron cosas...demasiadas quizás.- Dijo Michiru observando a las pocas personas a su alrededor.- Me fui de la casa de mis padres, opté por un departamento que me rentó Setsuna-San. Entré a mi último año de preparatoria con Usagi y otras chicas...fue un gran cambio.- Dijo la aguamarina abrazando su violín.

- Qué bien...supe de tus nuevos recitales. ¿Qué tal Shibuya?.- Continuó Haruka.

- Nada en especial, solo fueron por dos días. Pero tú, ¿Qué pasó?, Seiya fue un buen muchacho... te defendió aún cuando estaba por ser mi prometido.- Haruka se quedó callado por unos segundos, como evadiendo el tema de Seiya Kou. Tras escuchar a Michiru decir eso, cambió de tema.

- El idiota de Mamoru si pone un pie en Japón es hombre muerto....pero supongo que de igual forma hubo muchos cambios, ahora estoy en la universidad y tomó clases por línea. Lo cual es conveniente para mí pues viajo constantemente. Conocí a muchas personas, pero desde que te conocí a ti...no he conocido a alguien para sentar cabeza...tú sabes...- Haruka se frotó las manos en su pantalón color caqui, todavía después de un año, esa chica de cabellos turquesas aún lo ponía nervioso. Sentía como su cuerpo reaccionaba de forma distinta cuando estaba cerca de ella. Michiru lo notó.

- Yo por mi parte, no he estado con alguien...no creo que este sea el momento.- Murmuró Michiru.

- Sólo sé que...después de ti no hay nadie más.- Tenoh se levantó de la banca en la que ambos se encontraban. Michiru hizo lo mismo.

De nuevo caminaban por las poco transitadas calles. Pronto Michiru llegó al edificio en el que rentaba.

— Qué bueno que nos hayamos encontrado.– Dijo Michiru.— ¿Quieres quedarte a cenar?.– Le preguntó con cierta esperanza. Haruka no sabía que responder, si bien estaba nervioso pero estar a solas con ella en su departamento sería más devastador para su estado en la que se encontraba.
— No te preocupes, Setsuna-San sabe cocinar.– La pequeña risa de Michiru lo hizo tocar realidad.

Entonces un poco aliviado, sonrió aceptando la invitación.

Ya en el departamento, Setsuna preparaba curry, la cocina era una de sus habilidades secretas.

— Supuse que las personas que están destinadas, pueden encontrarse más de una vez. ¿No lo creen?.– Dijo la peliverde al ver entrar a Haruka y a Michiru.

— Setsuna-San, ¿Por qué no me dijiste que vendrías con Michiru?.– Preguntó el rubio.

— Por qué entre ustedes dos, tenían algo que aclarar, y como les dije, tarde que temprano se iban a encontrar. Pero no pensé que sería demasiado rápido...– Setsuna soltó una risilla y guiñó un ojo mientras iba de vuelta a la cocina.

Para soñar. Sin espacio, sin tiempo.Where stories live. Discover now