El principio del final.

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Las cosas cambiaron, al menos para nuestros protagonistas. Desde la partida de Seiya, el rubio leyó cada una de las páginas del cuaderno de pastas amarillas. Seiya tenía tantas cosas, pensamientos y sueños escritos en el, no era de extrañarse, el pelinegro siempre se mostró muy alegre e incluso un poco arrogante pero no lo hacía con mala intención, solo trataba de ser él mismo.
Pero la pérdida es parte de la vida y eso Haruka lo entendió a la perfección.

Por otra parte, Michiru comenzaba a tener fama mundial, era un sueño para ella. Lo estaba logrando pero aún faltaba algo y no sólo era la ausencia de su familia sino de alguien en especial. Esperaba que con su música pudiera captar su atención, al menos una vez más. El estado de su salud mental mejoró con los cambios significativos en su vida, la nueva escuela, las amistades ¿Y pr que no?, hasta un enamoramiento fugaz, pero de ante mano sabía que nadie podría reemplazar al joven de cabellos dorados y ojos olivo.

Todo aquello parecía una pesadilla ya olvidada, Mamoru Chiba se fue del país una vez se graduó de la preparatoria, o eso es lo que se dice pero en realidad, recibió una amenaza de muerte por los tratados con la mafia y los grupos criminales, Shadow Galaxia entre ellos y por ello huyó de lo que podría ser su castigo aún con un cargo criminal, pero teniendo dinero algunas cosas se pueden comprar, como la impunidad.

El señor Koichi sigue siendo el mismo tirano de siempre, la señora Kaioh publicó su más reciente libro. Michiru extrañaba a su madre pero debía guardar la distancia, no quería causarle problemas, más de los que ya tenía. No podía odiar a Koichi, odiar es un sentimiento y ella ya no sentía nada por ese señor.

Haruka finalmente llegó a Japón con la victoria en sus manos. Estaba feliz, lo primero que haría sería ir de visita con su abuelo y después al cementerio. Cuando fue a visitar al abuelo, este le entregó un sobre, le dijo que contenía información de su madre, era como un regalo adelantado de su cumpleaños número diecinueve.

— Ábrelo...– Le dijo Hachiro.

Haruka obedeció y leyó lo que contenía el sobre. La verdad era que, Runa, hija de Hachiro nunca lo miró como su padre puesto que la abandonó en gran parte de su vida, cargando asi la soledad y la tristeza de la perdida de Kaori, la madre de esta.
Cuando reapareció Hachiro, Runa  estaba molesta con él, no quería verlo después de tantos años.

— Estaba desorientado, herido. Porque había perdido a mi esposa durante el nacimiento de Runa. La abandoné por el simple hecho de que no soportaría verla a la cara. Abandoné a mi unica hija.– Explicó Hachiro.— ¿Entiendes a tu madre, el porqué nunca me quiso como a un padre?.–
Hachiro estaba derrumbándose por dentro. En cualquier momento iba a llorar.

Haruka sacó otra hoja, pero está tenía menos texto. En el explicaba  el como se enamoró de quien seria el padre de Haruka. Era una tarde primavera, para ser exactos en el mes de Mayo, Runa merodeaba por el pueblo de Osaka, en uno de los parques estaban grabando una película, cuando caminaba por ese rumbo tropezó con un joven alto y de cabello castaño claro, era actor estrella. Tenia unos hermosos ojos verdes y una bonita sonrisa, se enamoró perdidamente de él. Hubo química entre ellos, se enamoraron y pasaron una noche juntos.
Con el tiempo Runa supo que estaba embarazada, estaba feliz. Pero al joven de cabello castaño no le pareció aquella noticia, entonces todo se vino abajo. Aquel joven se marchó dejando a Runa sola y con un niño en camino.

— Quién sería tu padre, se marchó muy lejos. Dejando a tu madre sola con la responsabilidad.– Dijo Hachiro.— Pero yo estuve con ella en su embarazo y no la deje sola, no iba a permitir que se repitiera la misma historia.– Comentó el viejo Tenoh.

Haruka sacó otra hoja, donde explicó los motivos de su suicidio.  No soportaba la idea de tener a su hijo sin un padre, además le recordaba tanto a aquel hombre que no podía continuar, la depresión le estaba matando por dentro y quería parar ya. De nueva cuenta, la historia se estaba repitiendo otra vez. Haruka terminó de leer, entonces su padre podría ser un actor estrella de quien sabe dónde.

Luego de esa charla tan importante y de verdades relevantes, Haruka fue al cementerio. Ahí visitó la tumba de su madre y luego a la de Seiya. Ahora personas importantes para él estaban en un lugar mejor. Suspiró desganado y melancólico. Acto seguido se tumbó  de rodillas y lloró como un niño pequeño, se esperó un año completo para llorarle a sus seres queridos, se mantuvo fuerte por mucho tiempo. Sólo está vez se permitiría tal acto.

De vuelta a su departamento, Haruka pensó en ir a la clínica de Setsuna, si es que aún estaba abierta. Pero solo fue un pensamiento.
El rubio pasó a una tienda comercial para comprar algunas cosas, entre ellas, alimentos básicos. Cuando estaba en la sección de carnes frías, se encontró con quien más buscaba en estos momentos.

— Qué alegría volver a verte.– Le dijo Setsuna quien llevaba puestos unos lentes de sol.

— Setsuna-San...hola... lo mismo digo.– Comentó el rubio atónito.

— Es extraño encontrarte, eran muy pocas las probabilidades para esto.–

Tras esas palabras, ambos se pusieron al día con lo que había pasado. Fueron al consultorio de Setsuna para hablar un poco.

— Hay cosas que se quedaron inconclusas, y con la partida de tu amigo, me imagino que debe ser devastador.– Le comentó la dama.

— Si, así es. No fue fácil, pero aún estoy en pie.–

Al final los dos se marcharon, Haruka por su parte, caminaba despacio, no tenía prisa. Miró su reloj, eran las cuatro de la tarde, el cielo estaba gris. Parecía que iba a nevar o algo así. Cuando a lo lejos divisó a una cabellera aguamarina muy familiar frente a una tienda de instrumentos. Se quedó mirando por unos segundos y reaccionó empezando por avanzar rápido y verificar si era a quien estaba buscando.

Al estar demasiado cerca, notó que si era la chica a la que tanto anhelaba, pero se había cortado un poco el cabello, ahora lo llevaba a la altura de los hombros. Sonriente y con lentitud apoyó su mano en el hombro izquierdo de la joven, está volteó sorpresiva al ver a quien menos esperaba.

— ¿Haru...ka?.–













Esta corto, ya solo otros dos capítulos y se acaba creo xd
Si hay algún error háganmelo saber, así podré corregir

Para soñar. Sin espacio, sin tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora