4. STOCKHOLM SYNDROME

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Estas semanas hemos estado trabajando exhaustivamente, no me quejo en lo absoluto pues me he divertido trabajando con los chicos, aunque mi actual trabajo me ha estado distanciando un poco de mis amistades, las cuales no son muchas pero les tengo ...

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Estas semanas hemos estado trabajando exhaustivamente, no me quejo en lo absoluto pues me he divertido trabajando con los chicos, aunque mi actual trabajo me ha estado distanciando un poco de mis amistades, las cuales no son muchas pero les tengo gran aprecio.

Tengo contacto con Camila, la cual en estos últimos días se a comportado un poco dramática por la distancia entre nosotras, a las dos nos afecta mucho no estar juntas, pero le prometí que en estos días iría a visitarla a New York, e iría acompañada por dos caballeros sumamente protectores.

El motivo de nuestro viaje a New York era para ir a grabar una publicidad para una marca, la cual si salía como esperábamos iba a ser un gran patrocinador y eso beneficiaría de manera muy positiva al equipo, así que esta campaña debía de salir perfecta.

Los chicos al enterarse que iríamos a la ciudad donde pasé la mayor parte de mi vida me hicieron jurarles que les daría un recorrido por los lugares más "icónicos" así lo dijo Charles, lo que provocó una risa por parte mía y de Carlos, desde esa dinámica que hicieron hace algunos días Charles no se puede quitar la palabra de la boca, lo que siempre hace que Carlos y yo nos riamos de su pronunciación.

Estoy haciendo mis maletas pues pronto tomaremos el vuelo hacia New York, los chicos están emocionados ya que han ido a esta ciudad pero jamás con una guía como yo, estoy contenta de que mi relación con los chicos vaya muy bien, los tres conectamos y parece que hemos sido amigos de toda la vida.

Meto mi chaqueta de Ferrari y mi gorra firmada por los dos pilotos, ambos no me la habían querido firmar pero al final aceptaron a cambio de que yo firmara las suyas lo cual se me hizo absurdo pues quien iba a querer mi firma en sus gorras, al parecer ellos, su excusa es que yo soy casi casi la dueña de Ferrari, seguí pensando que estaban dementes.

Terminé de empacar y me senté en el sillón de la sala esperando que los chicos pasaran por mí, desde hace unas semanas no he tenido que manejar a ningún lado pues ellos se han autonombrado mis choferes personales, escucho el timbre y tomo mis dos maletas las cuales pesan demasiado, abro la puerta y el rostro de Charles aparece, se me queda mirando y luego mira las dos maletas que estaba arrastrando.

-Pensé que solo iríamos tres días. -Sonrió y agarró las dos maletas. -Si que pesan, creo que te excediste un poco Jane.

-Pues son pocas para mí. -Hice un puchero examinando las dos grandes maletas que cargaba Charles.

-Pues si has traído contigo medio closet. ¿Qué tanto necesitas para sobrevivir si ya me tienes a mí?

-Pues con más razón necesito todo esto, en algún momento me sacarás canas verdes y necesitaré de este tinte. -Saqué de una de las bolsas de la maleta un tinte negro.

-Oh no, no te atreverás a hacer eso. -Tenia una cara de horror al pensar que me pintaría el pelo de negro. -Quiero decir, no te verías mal, pero siento que el rubio es tu sello, va de a cuerdo con tu personalidad dulce.

QUESTION...?Where stories live. Discover now