Capítulo 24

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Comencé a escribir mi novela mientras el atardecer iba desapareciendo para dar paso a la noche, se podría decir que estaba escribiendo una autobiografía, o una cursi historia de amor.

Castiel se encontraba en la cama junto a Blanca, estaba dormido desde que llegamos del instituto, estaba cansado ya que estuvo ensayando casi toda la semana.

"Me separé del escritorio y me acerqué al filo de la cama y de la nada mis ojos empezaron a aguarse al sentir lo feliz que me sentía estando a su lado. La sobrecama gri lo cubría casi por completo, sus cabellos rojos reposaban en la almohada y su delicada respiración con sus labios entreabiertos, era el hombre más hermoso que he visto en mi vida y pensar que estaba a mi lado hizo que lloré-

No merezco a Castiel y aun así el está conmigo.

Mi enamoramiento por Castiel surgió desde que tengo memoria, éramos dos niños jugando en el parque, me gustó en la forma en que me gritó cuando protegió a Ámber cuando destrocé su muñeca, cuando me escuchó las razones por lo que lo hice, no me juzgó y solo me abrazó, me dijo que iba a estar conmigo por siempre, que iba a cuidarme y a evitar que nadie más me hiciera daño.

Y lo había cumplido cada una de sus palabras, me enamoré de cada uno de sus movimientos, de cada tono de su voz, de la forma en que sus ojos me miran o en la forma en que sus labios pronuncian mi nombre.

Es difícil y a la vez tan fácil describir la forma en que amo a Castiel, estoy seguro a su lado, sus brazos rodean y cubren mis miedos, que cada uno de sus besos se llevan mis dudas y su risa es la melodía que quiero escuchar todos los días.

No sé por cuanto tiempo lo observé, pero cuando me di cuenta el cuarto quedó completamente oscuro, iluminado solamente por la luz de la pantalla de la laptop donde estaba escribiendo.

Me quité los zapatos y aparte delicadamente a Blanca para evitar que mi novio se despertara, me cubrí con la cobija y me iba acercado poco a poco, hasta que escuché que se removía a mi lado.

—¿Terminaste de escribir, precioso? — escuché que me preguntó con su voz ronca de recién levantado.

—Estaba cogiendo inspiración— le dije con una sonrisa abrazándolo y hundiendo mi rostro en su pecho.

Castiel no olía bien, no se había duchado a lo que llegó del ensayo. Pero eso no me importó en la más mínimo.

—¿Así? ¿Y cómo? — me preguntó juguetón envolviendo nuestras piernas unas con las otras.

—Viendo al lindo novio que tengo— susurré contra su pecho, mientras sentía como los dedos de Castiel se hundían en mi cabello.

—Mira igual que yo cuando escribo canciones.

Alcé mi mirada en la oscuridad y con la tenue luz vi a Castiel como sonreía con sus ojos cerrados.

—Te amo, Castiel.

—Yo también te amo, mi niño. — me dijo, mientras se acercó a mi para besarme con mucha delicadeza."

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Los ruidos seguían en el coliseo aturdiendo sus oídos, sus manos empezaron a temblar con la llamada que recién había colgado.

A Dake se le empezó a cerrar la garganta y vio a Nathaniel a su lado como celebraba su victoria junto a Sucrette y su hermana.

¿Acaso Nathaniel no puede disfrutar al menos un momento de felicidad? Se preguntó a si mismo mientras tomaba valor para tocar el hombro del rubio con su evidente cara de preocupación.

Por siempre「casthaniel」Onde histórias criam vida. Descubra agora