Capítulo 7

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Las lágrimas no paraban de salir de sus ámbar, no intentaba nada para detenerlas solo las dejaba que mojara sus mejillas a gusto. Las miradas de quienes los conocían se posaban en él, las palabras que Castiel había dicho, se inyectaban en su piel cual veneno para matarlo completamente, pero ese era el problema no moría, solo lo lastimaba.

"Aún te amo"

"Te amo"

Él también lo hacía, la música combinada con su ronca y melodiosa voz provocaba que sus piernas tambaleen y si no fuera por el brazo de Dake que lo rodeó, ya hubiese caído hace mucho tiempo.

—Dios... Nathaniel—el bronceado había tocado su frente con su palma, estaba ardiendo en fiebre, sus labios estaban entreabiertos y resecos, partidos. Su cuerpo entero temblaba, pero lloraba, lloraba sin importarle nada, solo lloraba por ver y oír a Castiel diciéndole eso, por saber que todavía se aman, por saber que ya no están juntos, eso era lo más doloroso.

—B-baño—susurró aferrándose con sus manos a la camiseta de su amigo. Dake no esperó más y llevó a Nathaniel al baño pasando su brazo por encima de los hombros de Dake.

Apenas llegaron Nath se arrodilló frente al inodoro y vomitó lo poco que había comido en la mañana, los ojos le dolían de tanto llorar y por las escasas horas que había dormido, el cuerpo poco a poco no reaccionaba y la vista se oscurecía.

Dake lo tomó antes de que el cuerpo desmayado de Nathaniel cayera al suelo.

—Joder Nath, haces que tenga tanto trabajo—Pronunció tomando a Nathaniel por sus piernas con un brazo y sosteniendo su espalda y así salió del baño con el rubio entre sus brazos en estilo princesa.

Sucrette dio un gritillo cuando los vio salir y se acercó a ellos sin pensarlo dos veces.

—¿¡Qué le pasó!?—las palabras salían una encima de otra y apenas se podía escuchar por la fuerte música y los gritos que gobernaban el lugar.

—V-voy al hospital—dijo de la misma manera. Aunque no lo demostraba, estaba demasiado preocupado por Nathaniel, su amigo, su primer y único amigo.

Salieron y Sucrette prometió seguirlos cuando llame a Amber para ir juntas, Dake asintió en respuesta y ya afuera cogió un taxi para que lo lleve al hospital.

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La frente estaba empapada de sudor, buscaba a Nathaniel como un loco encima del escenario.

No estaba, ni rastro de Nathaniel.

El concierto terminó y colocándose su chaqueta hizo espacio para colarse entre la multitud, enseguida le impidieron el paso mientras coreaban su nombre y el de Crowstorm, le extendían sus celulares para poder tomarse al menos una fotografía con el cantante, pero él se negaba.

Hacía espacio para caminar por donde no había, hasta que salió y respiró profundo; al menos un poco de aire fresco.

La preocupación lo gobernó y corría buscando a Nathaniel, había hablado con Rosalya quien le dijo que ya se había ido.

El aire helado se calaba en su piel hasta sus huesos, pero eso era lo de menos, quería encontrar a Nathaniel, así sea lo último que haga.

No dejaba de correr como un desquiciado por las calles de la ciudad. Estaba oscuro la madrugada aún no terminaba para dar inicio a la mañana.

Sin querer se estaba desesperando, y es que en cada paso que daba sentía que no lo iba a encontrar, que lo iba a perder... otra vez.

Llegó al parque y nada, no lo habia encontrado. El llanto por la frustración salió de su bien formado cuerpo. Encontró el tronco de un árbol y empezó a golpearlo sin parar hasta que sus nudillos sangraron, no le importaba aquel dolor, es más, ni siquiera lo estaba sintiendo.

Por siempre「casthaniel」Where stories live. Discover now