Capítulo 10

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Corrió a GOD los más rápido que pudo, estaba lloviznando por lo que sus pisadas se escuchaban mojadas a medida que corría. 

Quiso llorar pero no lo hizo, no cuando todavía no sabía lo que iba a pasar.

Su celular sonó, llamada entrante de Dake. 

—¿Qué pasó?—Dake fue el primero en preguntar, con la voz baja pero preocupada.

—Dimitry—contestó con la garganta ardiéndole por las ganas que tenía de llorar, era débil, delicado, a pesar de que había cambiado seguía siendo el mismo chico de instituto, el mismo que necesitaba que los abrazos de aquel pelirrojo lo reconforte y su voz ronca y gruesa le susurre al oído que todo iba a estar bien.

—¿Te llamó? ¿Qué te dijo?

—Voy a GOLD, no sé que quiere.

—Te espero afuera—y diciendo eso la llamada se cortó.

Apresuró sus pasos y llegó al bar, una casa que a la vista se podía notar que era de personas importantes, se pasó la mano por su cabello intentando arreglarlo un poco, y entró con sus piernas temblando al igual que sus manos. Suspiró con sus ojos cerrados y recordó la voz de Castiel "Todo va a estar bien" y pudo tranquilizarse, lo hacía por Ámber, porque ella no merece la mierda que él vivía.

Caminó al fondo del bar donde una puerta de color café lo separaba de lo que sea que le tenga que hacer Dimitry, sacó su mano del bolsillo de su chaqueta y tocó, un hombre alto con traje negro salió a su bienvenida, y con una mirada le invitó a pasar.

Un lugar llenó de humo que a duras penas se distinguía el largo cabello del que era su jefe, de aquel que tenía su dignidad, su orgullo, su vida en sus manos.

—Oh miren quién vino a visitarnos—su voz asquerosamente alegre le daba asco, ni todas las drogas que había probado le daba tanta repugnancia—Ven, acércate Nathaniel, tenemos que hablar.

El rubio se acercó a Dimitry seguido de las miras de cinco guardaespaldas y mujeres que lo rodeaban, se sentó en el sofá del frente, y ahí pudo distinguirlo mejor, delgado, con el cabello más abajo de la cintura, castaño y lacio, con una gran chaqueta cubriéndolo, sus dedos llenos de anillos que sostenían una pipa que olía a marihuana.

—¿Para qué me llamó, señor?—inclinó su rostro a sus manos que se movían como si él no tuviera el control de estas.

—Qué buena pregunta—rió y sintió como se levantaba y se sentaba a su lado rodeándolo con su brazo—El plazo de la deuda se acaba, Nath—le susurró y su aliento a droga inundó sus fosas nasales, provocandole nauseas que a duras penas resistió en que no se noten.

—Se lo pagaré, señor—se alejó para mirarlo a los ojos—Nunca lo he decepcionado, he cumplido lo que ha pedido, la deuda se la pagaré cuando gane el concurso de boxeo que será en unas cuantas semanas más, espéreme hasta entonces, por favor.

—Me entré que tu linda hermanita ya está en la ciudad—la sangre enseguida se le heló y los nervios lo apoderaron, elevó la mirada abierta a Dimity quien sostenía su sonrisa "de oreja a oreja".

—Dijo que no le haría nada.

—Lo dije,  pero nunca te lo prometí—los labios finos y resecos del castaño acariciaron la mejilla de Nathaniel dejando leves caricias que se iban convirtiendo en besos suaves y delicados—Tu piel es suave—le causó escalofríos escucharlo tan cerca, así que se limitó a cerrar los ojos y fingir que nada de eso estaba ocurriendo—Si no quieres que le ocurra nada a Ámber, tú podrías reemplazarla ¿qué dices?

—Usted dijo que me daría tiempo—susurró al sentir que el rostro de Dimitry se acercaba al suyo—Prometo que se lo pagaré todo, hasta el último centavo, s-solo deme hasta el final del concurso...

Por siempre「casthaniel」Where stories live. Discover now