Capítulo 14.

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No importaba lo mucho que lo intentara, ya no podía seguir negando que sentía algo que no iba a irse fácilmente.

Yeonjun estaba a pocos meses de cumplir dieciocho, ambos estaban haciendo sus propias cosas y, aún con la presencia de Bumjune entre ambos, habían logrado no alejarse esta vez. Probablemente era porque el tipo también se sentía un poco atraído por Yeonjun o porque eran buenos amigos, pero parecía ayudar un poco a unirlos cuando ambos tenían que hacer sus propias cosas. Bumjune, quien, no era su novio pero había aceptado algo de exclusividad cuando se trataba de sexo –la que Beomgyu no respetaba del todo debido a su vecino del frente–; había provocado inconcientemente una situación entre ellos.

No era exactamente que tenían sexo, sino que simplemente habían vuelto a dormir juntos y a llenarse de besos, abrazos y caricias. Muchas veces el calor se jodía cuando el pequeño hermanito de Beomgyu, HoonHoon, corría a la habitación y se metía en la cama entre ambos, salvando a Beomgyu de dejarse vencer por el apetito extremo que tenía con Yeonjun.

Sí, quedaban pocos meses para que Yeonjun se convirtiera en un adulto, pero eso también tenía algo más que hacía a Beomgyu sufrir un poco por dentro. Estaban a pocos meses de terminar un curso más y Yeonjun se iría.

¿Y si comenzaban una relación y Yeonjun se enamoraba de alguien más?

¿Y si en la universidad la universidad lo seguían tanto como en el colegio?

¿Y si alguien más se metía en su cama; alguien más bonito; y le rompía el corazón?

Todos aquellos "y si…" tenían como resultado la negación, la incomodidad y la confusión. A veces simplemente quería no quererlo ni un poco para que Yeonjun pudiera verlo y dejar de insistir, pero cada vez que le decía con tanta seguridad que ambos se sentían igual, Beomgyu sabía que no había manera de engañarlo.

Se dejaba besar, tocar y abrazar y disfrutaba de los momentos dulces, de los momentos de hormonas a tope y de los momentos divertidos. Pero entonces iban juntos a una fiesta, lo veía coquetear, seducir y dejarse llevar por una ola que Beomgyu no podía seguir, y volvían todas esas ideas. Estaba inseguro y cada vez que pensaba en finalmente dejar de esquivar sus sentimientos, algo dentro suyo le pedía no hacerlo.

Quería protegerse pero no sabía cómo. Quería decírle que lo quería pero no se atrevía. Jamás querría salir herido por Yeonjun, y jamás querría herir a Yeonjun. No más de lo que ya lo habían estado haciendo con toda el drama de "negación, presión y persuasión". Odiaba las partes en las que se habían lastimado y no quería que sucediera más.

Una mañana, cuando el verano comenzaba, Beomgyu se dió cuenta que había sido un tonto y olvidado entregar los pases de su presentación de la noche, pero estaba terminando de hacer algunos arreglos necesarios que había olvidado durante la noche, cuando los labios de Yeonjun lo habían interrumpido a la mitad de su labor y lo habían obligado a dejar todo de lado.

Yeonjun todavía estaba en su habitación, recostado medio desnudo en su cama, mirándolo en cada movimiento que hacía sin decir nada. Ninguno decía nada, pero no estaba mal. Yeonjun parecía estarlo apreciando como de costumbre, y luego, más tarde, le diría todos los detalles nuevos en su cuerpo que había encontrado encantadores.

—Yeonjun…

—¿Mhm?

—¿Puedes tomar mi celular y escribirle un mensaje a Boom? —Yeonjun frunció el entrecejo, confundido con la pronunciación, porque él no sabía que Bumjune y él tenían apodos que sonaban similares a sus nombres, pero que no eran nada similar en significado. —Olvidé darle su pase de esta noche.

—A Bum. —Quiso confirmar mientras ya se estiraba para tomar su celular de debajo de alguna de las almohadas. Beomgyu asintió y Yeonjun imitó el gesto. —¿Qué quieres que le diga?

Youngblood.Where stories live. Discover now