Cupcake de My Pastry Academy

Dia de los abuelos

#felizdiadelosabuelos

Abre la puerta despacio pensando que el pequeño Katsuma aún tomaba su siesta. No le fue raro encontrarse con su hijo y su nieto menor en la cocina. El rubio vertía la mezcla de cupcake en los pilotines y el niño, de apenas dos años y medio, parado desde la silla a su lado le ponía chispas de chocolate.

—Estarán listos para cuando llegue el abuelo—. Dice el rubio mayor mientras pone la primera bandeja en el horno.

—Creo que llegó temprano—. Dice el mayor parado en la puerta de la cocina.

—¡Abuelito! —. Grita el niño bajando rápido de la silla para ir corriendo a que el hombre lo alzara para darle un sonoro beso en su mejilla regordeta.

—Viejo te esperábamos más tarde para merendar. Ya que estás aquí, ¿puedes cruzar al taller de Sero para ver si ya acabó con mi auto en lo que termino de poner esto en el horno?

—Si, no hay problema. ¿Qué dices acompañas al abuelo al taller?

El niño contento acepta, el mecánico es amigo de sus padres y cada vez que iban le prestaba una llave inglesa para que lo ayudará en su trabajo mientras él hablaba.

Salieron por la puerta y tras avanzar unos metros el niño pide bajarse de los brazos para correr dentro del taller.

Sero al verlo le ofrece su llave favorita y le dice que espere un momento que ahora irían a trabajar juntos.

Masaru y Sero estaban hablando de los repuestos que Katsuki debe comprar ya que no es un simple ruidito sino algo más grande lo que tiene el auto, y el niño obviamente se aburre de esperar su turno de trabajar.

Katsuki sale a tirar una bolsa de basura y ve a su padre ofuscado con Sero tratando de calmarlo y se acerca.

—¿Viejo que pasa?

—Lo siento Katsuki, solo fueron dos segundos. Cuando sentí que ya no estaba aferrado a mi pantalón ya no estaba. Lo hemos buscado por todos lados, ¿y si alguien se lo llevó? Estoy al borde del colapso hijo–. Dice el hombre agarrándose el pecho.

—No puede estar lejos, la calle es estrecha y ningún auto podría entrar e irse sin que lo vieran. Aparte es un niño inteligente no confiaría en ningún extra. Seguro vio a la señora Hamada y fue a saludarla.

Los tres hombres acordaron preguntar a los vecinos ya que era un vecindario tranquilo y todos se conocen, pero nadie ha visto al niño y todos se pusieron a buscarlos también.

KATSUMA! KATSUMA! KATSUMA!

Todos gritan su nombre, pero el niño no responde. Es como si se lo hubiese tragado la tierra o evaporado en el aire. Los adultos se reúnen en el taller de Sero vislumbran la posibilidad de llamar a la policía y poner una alerta, era un niño de dos años y medio no puede desaparecer así.

Katsuki va por el teléfono de su amigo a la mesa de trabajo donde estaba cargando para hacer la llamada cuando de pronto ve al niño entrar al taller por la puerta trasera con una pequeña bolsa de pulgas de color gris plomo con ojos saltones, bastante flaco y sucio para su gusto, en los brazos.

—¡Katsuma!—. Grita y todos voltean en su dirección

—Aaato—. Es lo único que dice el chico.

—¿Fuiste tras el gatito? —. El niño asiente. —Por Dios mocoso casi matas al abuelo de un susto—. Katsuki quiere tomar el gato, pero el niño corriendo vuelve al patio trasero. Todos los presentes los siguen.

—Mio...Quiero—. Dice sentándose en el piso y haciendo que 6 gatos salieran de entre las chatarras y se acercaran a él. Seguramente el olor de la mezcla de cupcake que tiene embarrada en la cara los ha atraído.

—Por un demonio, niño... ¿Qué vamos a hacer con tantos gatos?

Masaru viene con una caja para poder llevarse a los animalitos.

—Por ahora bañarlos y alimentarlos. Casi muero del susto, el abuelo te deja quedarte con uno si prometes que nunca más le darás un susto así de muerte—. El niño asiente feliz eligiendo nuevamente al gato gris plomo. —Recuerda siempre decirme si te alejas o contestar cuando te llamamos.

El niño les ha estado respondiendo a los llamados, pero desde la calle ninguno lo escuchó y no quería dejar a los gatitos solos.

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Parece chiste, pero es anécdota.

Pequeño drabble de cuando mi hijo casi me deja huérfana de padre...

Gracias viejo por ser el mejor abuelo que mis niños podrían soñar... Feliz día, aunque no veas esto.