#dekukatsu #michiluna #triadaBnha

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Katsuki llegaba tarde a su almuerzo de negocio, bueno si así se le podría llamar a la comida que su madre había arreglado para que conociera su prospecto de prometido.

Quiso evitar el tráfico y cortó camino por una seguidillas de cuadras, pero su suerte no era la mejor y al encontrar en su gps la calle perfecta que lo llevaría directo a la calle paralela al restaurante sin necesidad de pisar la avenida principal, es cuando se topa con media calzada cortada por refacciones y enfrente un inepto al volante que no iba a más de 16 km.

Maldijo para sus adentro e insultó para sus afueras, pero un golpe lo sacó de su enojo obligándole a parar en seco.

Se trataba de un gatito y tuvo que frenar para no pisarlo con su auto. El pobre animal había saltado de la media calzada en reparación encontrándose de lleno con el auto que venía adelante y chocando con su parachoques haciéndolo rodar bajo el auto y saliendo disparado hacia una casa de rejas blancas. Pudo ver al gato correr algo adolorido y verificó que su cámara antisiniestros estuviera encendida, pero para no olvidar saco su celular e hizo una foto del auto y anoto las características junto con el número de su chapa patente.

Miró la altura de la casa donde el animal se había metido y también la anotó, pasaría a dejar los datos cuando saliera de su almuerzo.

El otro conductor ni se inmutó de lo que había hecho y siguió su camino como si nada, eso enfureció aún más al rubio que siguió con su camino.

Cinco habían sido las calles que había hecho cuando decidió dar la vuelta y atreverse a tocar la puerta de la casa, que tal que el auto hubiese golpeado mucho al animal y sus dueños no se percataron ya que no entró a la casa.

—Vieja, estoy atorado en el tráfico, llegaré algo tarde, dile a ese infeliz que si me quiere esperar que espere sino que se vaya a la mierda—. Fue lo que el rubio escupió en el teléfono mientras estacionaba frente a la casa del dueño del gato. Tomó aire y bajó del auto para golpear la puerta, que rápidamente fue abierta por un peliverde de sonrisa brillante, tanto que casi se le olvida porque estaba ahí.

—Hola, disculpe que moleste a la hora de la comida pero ¿ustedes tienen un gato negro con corbata blanca?

—NI PIENSE SEÑOR QUE VOY A DEJAR QUE SE LLEVE A LUNA, SI USTED LA PERDIÓ, ES SU CULPA. AHORA ESTÁ CON NOSOTROS—. Dijo una niña de unos 7 años llegando a la puerta con su padre, ante tal alboroto toda la familia se acercó a la puerta también para ver qué pasaba.

—No vine a llevarme al gato mocosa—. Contestó.

—Disculpa a mi hija, es algo impulsiva. Como ya le dijo, si tenemos un gato con esas características, ¿porque pregunta?.

—Hace un rato venía por esta calle y un auto la golpeó, pude ver que entro aquí así que me pareció buena idea parar y avisarles.

—¡Oh por Dios! mamá por favor ve a buscarla seguro paso para el patio. Le agradezco que se haya tomado la molestia ¿señor...

—Oh disculpe, Katsuki Bakugo—. Dijo ofreciendo su mano. —Solo quería ponerlo sobre aviso y quedarme tranquilo que el golpe no había sido grave.

Una peliverde interrumpe la conversación entrando nuevamente a la sala con una gata en brazos.

—A simple vista no está lastimada Izuku, pero se quejó cuando la levanté, tendríamos que vigilarla y si vemos algo raro llevarla al veterinario.

—Me alegra que esté bien—. Dijo acariciando al gato en brazos de la niña. Miró su reloj, si no salía ahora no llegaría a su cita, por lo que sacó del bolsillo de su traje una tarjeta con su número y anotó algo atrás. —Se me está haciendo tarde para un compromiso, pero le dejo mi tarjeta. Atrás anote la patente y algunas características del auto. Si quiere hacer la denuncia contactame, creo que mi cámara grabó el suceso, al fin de cuentas se fue y ni siquiera paró a ver cómo estaba el animal.

—Muchísimas gracias señor Bakugo por tomarse la molestia, iba a invitarlo a almorzar como agradecimiento pero dijo que iba tarde a un compromiso así que no lo detengo más. Aunque queda pendiente una comida de agradecimiento y no acepto un no por respuesta.

—Está bien, marqueme para coordinar. Mocosa—. Se agacho para quedar a su altura. —Si hubiese perdido a ese gato y al encontrarlo de nuevo nunca pediría llevarlo. Por lo que veo aquí lo cuidan bien y eso me haría feliz, eso sí te pediría que me permitas visitarlo de vez en cuando, pero nunca te lo quitaria. Estás haciendo un buen trabajo cuidandolo.

—Gracias señor. Espero pueda venir pronto de visita.

El rubio asintió mientras le daba una última caricia al minino y le revolvía el cabello a la niña. Saludó muy educadamente a los presentes y volvio hacia su auto para retomar camino a su tortura.

Parece que su suerte estaba cambiando, paro a ver al gato solo por ser buen ciudadano y había encontrado oro sin querer.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Cuando llegó al restaurante su madre estaba cabreada a más no poder, pero debía de admitir que había llegado antes de lo previsto.

—Ya estoy aquí, pueden servir—. Dijo al mesero que hizo una reverencia y desapareció rumbo a la cocina mientras el rubio colocaba una servilleta sobre su regazo sin darle importancia a la persona sentada enfrente.

—El señor...—. La rubia fue interrumpida por su hijo quien levantó una mano, probando el vino que le trajo el mesero y aprobandolo.

—Decías vieja—. Y la sonrisa que se dibujó en su cara muy pocas veces la matriarca de la familia Bakugo había visto en su hijo, por lo que cambió sus palabras.

—El jefe de la Shie Hassaikai quiere que conozcas a su hijo para un posible matrimonio.

—¿Cómo es posible? ese asunto tiene que quedar arreglado hoy.

—Señor con todo mi respeto, eso es algo que sólo mi hijo va a decidir, yo cumplí con hacerlo llegar a él como me lo pidió pero eso no le asegura que él acepte su propuesta y tampoco voy a presionarlo para que lo haga. Soy su madre, no una tirana.

Katsuki solo se dedicó a comer mientras frente suyo se desataba una batalla campal entre sus acompañantes. El hombre insistía que su hijo era el indicado para que la empresa Zero siguiera en la cúspide, además de ser un buen prospecto para seguir el linaje Bakugo. La rubia se exasperó, ese viejo estaba tratando a su hijo como mercancía y estaba a nada de sacarle los ojos con el tenedor cuando su hijo, leyendo sus intenciones y para evitar conflictos que pudieran afectar a la empresa, interrumpió.

—¿Con quién quiere casarse? ¿y para que? Soy totalmente digno de llevar la conducción de la empresa por mi cuenta, esa señora ahí si es una tirana cuando se trata de educar. no la subestime puede dejarlo ciego y esteril con una simple cuchara. Y si lo que está insinuando es que no soy capaz de encontrar quien quiera meterse entre mis piernas está muy equivocado, aparte no salgo con fantasmas. Porque si su hijo quisiera esto estaría acompañándolo para darle seriedad al asunto.

—-Mi hijo es un hombre muy ocupado.

—Y yo también, pero en algún momento paro a comer. No leeré su mierda de propuesta hasta que su hijo me la presente personalmente. Vamos madre comamos en otro lugar.

Cupcake de My Pastry AcademyWhere stories live. Discover now