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—¿Estás seguro que nadie nos verá? —preguntó con inocencia fingida, ya que era obvio que alguien pudiera verlos, alguien no tan despistado.

—¿Y si nos ven que?¿cuando nos ha importado eso kacchan?

—Pues nunca, pero ahora tienes una reputación que cuidar —comentó con preocupación genuina esta vez.

—Que haya heredado la empresa de mi padre no me saca mis torceduras ni lo que las disfruto. Pagué dos vueltas así que ponte en marcha.

Katsuki inmediatamente se posicionó entre las piernas del pecoso para desprender su cinturón y sacar la polla semi erecta, sabía que si no se apuraba quedaría insatisfecho hasta la noche, ya que Izuku debía atender unos negocios luego de su escapada al parque de diversiones. Ambos disfrutaban del sexo en publico, les gustaba correr el riesgo de que alguien los viera. Los calienta a niveles estratosféricos.

Todo empezó cuando eran unos adolescentes y su profesor de geografía los encontró en medio de una mamada al finalizar las clases cuando volvía por su abrigo olvidado en el perchero. Ese día los reprendió y los envió a casa a ambos con una erección. Acomodaron sus ropas y salieron del establecimiento sin decir una palabra. Hasta que un par de cuadras más allá Izuku tiró del rubio hacia un callejón para volver a besarlo como si su vida dependiera de eso. Katsuki correspondió al instante y no se opuso cuando el peliverde metió su mano directamente dentro de sus boxer para tocar su entrada. Habian tenido sexo a media mañana en los baños por lo que no necesitaria de mucha preparación.

—Zuzu ¿estás seguro que quieres hacerlo aquí? —preguntó con duda el rubio.

—Quiero tomarte aquí y ahora, pero si no quieres puedo esperar hasta que lleguemos a casa. —respondió mientras acariciaba su rostro con su mano libre.

—Puedes tomarme aquí y luego en casa.

Con eso el peliverde se desprendió de sus pantalones y los bajó hasta medio muslo antes de alzarlo y penetrarlo. Era una posición incómoda dado que estaban vestidos, pero no quería perderse ningún gesto de su novio mientras lo follaba furiosamente en ese callejón a escasos 10 metros de la gente caminando tranquila en su regreso a casa el trabajo.

Quería comerse cada gemido que le provocaba solo para él, porque que estuviera excitado como la mierda por estar haciéndolo en público donde pudieran atraparlos era una cosa, pero que alguien escuchara a su novio era otra. Se quedaron unos momento así luego de su clímax, Izuku baño a su novio con halagos mientras lo ayudaba a arreglarse nuevamente, cuando de pronto escucharon a un tipo silbar. Rápidamente Izuku levantó la vista y lo vio en la escaleras de emergencia fumando tranquilo luego de ver el espectáculo.

—-Qué buena puta. ¿Dónde la conseguiste? quiero una igual.

—Van a domicilio, te enviaré una de regalo al tercero... —dijo alegre el peliverde.

—Al tercero D amiguito.

Izuku le dio una sonrisa brillante y el tipo entró al departamento riéndose de la supuesta broma.

—Vamos a casa Kacchan, debemos cambiarnos porque hay que hacer una cosa, pero te prometo que luego te tomaré hasta que te desmayes.

El rubio simplemente asintió y terminó de prender el pantalón del peliverde para volver rápidamente a su casa.

Esa misma noche Izuku y Katsuki irrumpieron en el tercero D del edificio donde el tipo los habia visto tener sexo desde su ventana.

—Aquí le traigo la puta —habría dicho el peliverde cuando le dio de lleno el bate en la boca —Nadie llama puta a mi novio y vive para contarlo cabrón.

—Pero... pero...si eran ustedes los que estaban teniendo sexo a plena luz del día —el tipo con incomodidad trato de dar sus excusas.

—Pues hubieras disfrutado el momento en silencio —y le dio otro batazo dejándolo inconsciente. Si Katsuki tenía algún tipo de duda de que Izuku era el hombre de su vida se fueron en ese mismo momento.

Y así empezó la seguidilla de eventos donde tenian sexo en cualquier lugar, desde un meteo lleno de gente en hora pico hasta un parque a la media noche. Varias veces habían sido arrestados, pero nada que su padre adoptivo no pudiera solucionar con dinero.

Hoy no era la excepción, el tipo que abría las cabinas de la noria se puso muy rojo cuando divisó a Katsuki rebotando en la polla de su acompañante, el rubio le hizo una seña de silencio en su dedo y siguió con lo que estaba haciendo, aún le quedaba otra vuelta y pensaba disfrutarla al máximo.

Cupcake de My Pastry AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora