XVI

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Benedict

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Benedict

Me había quedado en casa, no podía ver a mi hermano coquetear descaradamente con la chica que yo deseaba. No puedo con eso y más porque sigo sintiéndome como un idiota por no haber declarado mis intenciones con ella primero, me aterrorice por completo ante la idea de perder mi libertad, gran equivocación la mía. Me di cuenta de lo mucho que me gusta estar con ella, de cómo disfruto verla reír y nuestras bromas, hablar de tonterías. Mas porque posee una sonrisa hermosa que podría ver cada día sin aburrirme. Me encanta el color de sus ojos, podría verlos a diario y no cansarme. Tomar su mano, dios como deseo poder volver a tomar su mano y poder besar sus labios. Ya no me importa mi libertad, solo la deseo a ella.

Cerré los ojos luego de beber mi quinto trago. Llevaba varios días bebiendo como desquiciado luego de que Anthony le pidiera la sortija a nuestra madre, pues tenía intenciones de pedir la mano de Cassandra, aun cuando este nos confesó que no tiene ninguna clase de sentimientos con ella, solo continuaba hablando de su título y de lo mucho que la familia se beneficiaría al estar relacionados con alguien de la familia real. Montón de basura que seguía saliendo de la boca de mi hermano.

Tome el pincel intentando hacer al menos un trazo, no había logrado pintar algo desde que ella dejo de verme con una sonrisa, desde que dejo de verme a los ojos. Mi inspiración se esfumo por completo. Ya algo ebrio salí de la casa para caminar por el parque, el aire frio golpeando mis logro despertarme de mi estado de ebriedad y agradecía que las calles estuvieran completamente vacías y evitar toparme con cualquier persona desagradable. Mantuve el ritmo deteniéndome junto al lago, fruncí ligeramente el ceño al ver una figura recargada contra uno de los árboles, con calma avance hasta esa persona. Una chica, no cualquier chica. Mi Cassandra en persona, a solas sin un chaperón. Mi corazón se apretó al escucharla llorar, me quemaba escucharla llorar de esa forma. Avance hasta quedar de rodillas frente a ella y después de mucho nuestros ojos se volvían a encontrar. Esboce una sonrisa nerviosa, verla así me destrozaba.

— Una dama no debería estar a solas durante la noche.

— Tu no... - Negó mientras volvía a llorar, fruncí el ceño sin entender. – por favor tu no. y...ya estoy cansada de que me digan que está bien y que no. No quiero que también tú lo digas...

— No me gusta verla llorar mi lady. – Dije en lo que tomaba mi pañuelo dándole este. - ¿Puedo saber porque está afuera a esta hora?

— Sali a escondidas... necesitaba estar sola.

— Que hermosa casualidad eres. – Susurre mientras acortaba la distancia para ver mejor sus ojos. – y siento tanto no poder estar a tu lado.

— Estas ahora... Benedict... yo.

Sin decir más termino por acortar la distancia entre ambos para terminar presionando mis labios contra los suyos. Podía sentir lo salado de sus lágrimas al caer. Estaba tocando el cielo en ese preciso momento. Sus labios encajaban a la perfección con los míos, era todo lo que había soñado desde que la conocí, pero no era correcto y esperaba que nadie estuviera viéndonos. Odiaría que su honra se viera manchada por este incidente. Aun con todos los miedos de ser vistos, no podía dejar de besarla. Había esperado por ese momento por mucho tiempo, probar su boca había sido mi tentación desde nuestro primer baile. Sostuve su rostro dejando caricias en sus mejillas luego de que ella se alejara, sus ojos seguían aguados y podía escuchar su corazón latir a prisa, la calidez en sus mejillas.

— Dios lo siento... - Negue de inmediato. – por favor no le digas a nadie.

— También deseaba hacerlo. Besarte ha sido un dulce pecado del que no me arrepiento mi bella marquesa. Mil veces más te besaría Cassandra.

— ¿Pedirás mi mano?

— Lo haré. Primero te cortejare como es debido y pediré tu mano. No voy a perderte, te quiero mí lady.

— No puedes. Acabas de robar mi primer beso.

— Y lo voy a atesorar cada segundo de mi vida. En una semana iré a su casa. Y ahora Mi lady de que no quieres que te digan que es correcto, pero deberías ir a casa. Prometo visitarte en unos días.

— Te estaré esperando.

Caminamos un rato juntos y me conto por qué se sentía de esa forma. Y la discusión que ella y su hermano habían tenido luego de la fiesta de la reina, aunque desconozco el motivo por el cual habían discutido. Había pasado días terribles y yo solo quería estrecharla entre mis brazos para darle tranquilidad. Quería consolarla, pero tengo que aguantar un poco más. Me asegure de que llegara a salvo a su hogar y durante el camino no nos topamos con nadie o es mucha suerte o alguien nos cuida desde arriba. Espere por un momento a que entrara y esperaba que ya no tuviera problemas con su hermano y yo no podía estar más feliz al saber que había mandado a mi hermano a volar. Aunque no me dio las razones de porque lo había hecho. Ahora queda la parte complicada, decirle mis intenciones con Cassandra sin que quiera patearme el trasero.

Mientras caminaba a mi propia casa pasaba mis dedos por mis labios al recordar ese beso, tan magnifico que toda la felicidad que se me había esfumado ahora me recorría de pies a cabeza. Estaba completa y perdidamente encantado con Cassandra Grimaldi. No iba a escapar esta vez, iba a luchar por ella sin importar nada. Un suspiro escapo de mis labios ante lo tonto que me estaba sintiendo por mi dama de ojos azules, la inspiración había llegado a mi de nuevo, deseaba pintarla, quería pintar su bello rostro así como ella me había pintado a mi. Al llegar a casa, las cosas estaba algo tensas. No necesitaba estar presente para escuchar los gritos desde la entrada, la voz de mi hermano resonaba a lo lejos, al igual que la de mi madre que al parecer tenían una acalorada discusión.

— ¿Qué es lo que ocurre?

— Anthony quiere que Daphne se case con Lord Berbrook. – Respondió Eloise haciendo una mueca de asco. Daphne lloraba en el sofá en los brazos de Colin.

— Es una locura, no puedes condenar a nuestra hermana a eso.

— ¡No seguiré discutiendo esto!

— Ahora entiendo porque Lady Grimaldi decidió terminar cualquier tipo de relación contigo. – Dije molesto. Ahora todo tenía sentido.

— ¿De qué hablas? – Cuestiono mi madre. - ¿Anthony?

— Pues... ella escucho mi conversación con Simón. Discutimos y decidió que ya no quiere que la corteje.

— Me alegro de que lo hiciera. – Menciono Daphne. – que gusto que ella si pueda decidir por su vida.

— Iré mañana a su casa para arreglar las cosas y disculparme con Lady Grimaldi.

— No. – Me interpuse en su camino. –

— ¿Disculpa?

— Estoy interesado en Lady Grimaldi, desde que la conocí. No dije nada por respeto a ti, pero no voy a perder a la única chica que me hace sentir bien, menos cuando no tienes ninguna clase de sentimiento hacia ella.

— No te lo permito.

— No te estoy pidiendo permiso Anthony. Además. – Me puse firme frente a él. Estaba dispuesto a todo con ella. – Ella me quiere. Me lo dijo. Desea que le proponga matrimonio y eso hare. – Eloise avanzo hacia mi para engancharse de mi brazo. Junte mis ojos con los de mi madre que me veía con su típica sonrisa llena de calidez. – quiero tu apoyo hermano, así como yo te he apoyado. No quise interferir cuando declaraste tus intenciones y ahora que ella no desea nada contigo, no voy a perder mi tiempo.

Anthony seguía enfadado y no me dio una sola respuesta a mi petición. Solo se fue dejándonos a todos en la sala con la palabra en la boca. Desde la muerte de nuestro padre se había vuelto un completo insensible y un amargado de lo peor. Y lo entiendo perfectamente, después de todo el estaba con nuestro padre al momento de su muerte y seguramente todo lo que vio lo afecto por no poder hacer nada al respecto. Pero no veo la necesidad de que se desquite con nosotros. No me cabe en la cabeza como quiere condenar a nuestra hermana a una vida llena de amargura y dolor junto a un hombre tan desagradable como Berbrook, me parece insólito y desquiciado. Mi madre avanzo hacia mi apoyando una mano en mi mejillas antes de abrazarme. Si bien no tenía el permiso de mi hermano, lo haría de todas formas, estoy decidido a ir por ella. 

Dulce pecadoWhere stories live. Discover now