XVII

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Una semana ya ha pasado desde lo ocurrido en palacio, desde mi pequeño arrebato en el que envíe a Anthony Bridgerton lejos de mi vista

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Una semana ya ha pasado desde lo ocurrido en palacio, desde mi pequeño arrebato en el que envíe a Anthony Bridgerton lejos de mi vista. Seguía sintiendo lastima por Daphne, no imagino como ha de sentirse, destruida totalmente por la vida a la que será destinada con ese hombre. Mi pobre amiga vive bajo la sombra de un hermano mayor terrible que no tiene piedad alguna por los sentimientos de su hermana. Agradezco a la vida por tener un hermano mayor que considera mi opinión y sé que no me vendería al primer postor, menos alguien tan desagradable como Berbrook o Harbury. Alessandro al menos tiene la consideración de velar por mi bienestar y si intentara una cosa como esa seguramente Simón se enfrentaría a el para detenerlo de cometer semejante locura.

Mi mente había estado dispersa e intentaba no pensar en lo que había hecho durante esa noche, besar a Benedict había sido una completa locura de la que seguramente me arrepentiría el resto de mi vida. Pero besarlo había logrado confirmar que tenía sentimientos reales hacia él y que el era el dueño de mi corazón. Lo había sido desde el primer momento. Estaba nerviosa y no dejaba de morder mis dedos cada que alguien mencionaba a uno de los Bridgerton. Incluso durante mis paseos por la ciudad me sentía nerviosa ante la idea de cruzarme con el en el camino, pero tal cosa jamás ocurrió. Pero también me sentía aliviada pues Lady Whistledown no había hecho mención alguna sobre mí en su última entrega, con eso me sentía más tranquila pues solo significaba que nadie me había visto con Benedict. Aunque si menciono mi baile con el príncipe de Prusia al que rechace rotundamente luego de ese desagradable comentario de su parte. Tampoco he querido contarlo, pues seguramente mi hermano y Simón le romperían la cara apenas mencionara que estuve a solas a mitad de la noche con él y que nos besamos, aunque bueno fui yo quien tomo la iniciativa y no me arrepiento de absolutamente nada. Besarlo fue uno de los mayores placeres de la vida y abrió mi alocada imaginación aún más, quería hacer más que besarlo, deseaba sentirlo por completo.

— Mi lady, tiene visitas.

— No quiero recibir a nadie Charles.

— Es Lord Bridgerton junto a su madre. – Y él había cumplido su promesa.

Respire profundo calmando mi mente y mi corazón que se negaba a tomar su ritmo normal. No es el momento de estar nerviosa, soy una mujer segura de sí misma que no teme a nada. Excepto a enfrentarse al hombre de mis sueños. Arregle mi vestido y me asegure que no quedaran migas de las galletas que había estado devorado sin pausa durante toda la mañana. Tenía el mal hábito de comer demasiado cuando estaba ansiosa y en ese momento me sentía más ansiosa que nunca. Sali de mi estudio hacia el salón en donde la familia Bridgerton se encontraba reunida, Violet, Anthony y por supuesto Benedict. Y claro mi hermano quien mantenía un semblante serio, rodo los ojos antes de beber su trago de un sorbo. Tenía que fingir que no tenía idea de lo que estaba pasando, pero era difícil, más cuando el me veía con esa sonrisa que me derretía.

— Lady Bridgerton. Que gusto verla. – Me acerque a ella presionando mis labios contra sus mejillas. – Vizconde. – Realice una reverencia a este. – Lord Bridgerton. Charles, te y galletas por favor.

— ¿A que debemos el honor de su visita? – Cuestiono Alessandro mientras tomaba asiento a mi lado.

— En primer lugar. disculparme con Lady Grimaldi por mi actitud del otro día. Estaba algo alterado. – Rodé los ojos. Como si no me hubiera dado cuenta de eso. Razón por la cual él y yo no podríamos estar juntos, discutiríamos cada cinco minutos y seguramente terminaría arrojando un florero directo en su cara. – y segundo. Mi hermano. Benedict me comento que tiene intenciones de proponerle matrimonio. – Apenas dijo eso curve mis labios en una sonrisa. – y por su cara imagino que está feliz de escuchar eso.

— Oh pues... sí. Lo estoy. – Anthony le dio un codazo a Benedict, que parecía no querer reaccionar y solo me veía con cara de cachorro.

— Si... yo. – Carraspeo un poco antes de ponerse de pie dejando sus manos tras su espalda. – Marques, me gustaría pedir formalmente la mano de su hermana.

— Un Bridgerton ya intento algo con mi hermana. – Dijo viendo fijamente a Anthony. – y claramente fue desastroso ¿Cómo sé que sus intenciones son reales y no un capricho o un juego entre ustedes?

— Alessandro. – Fulmine a mi hermano.

— Pues me enamoré de ella apenas vi sus ojos. Mis intenciones son sinceras y lo que más deseo es estar una vida entera a su lado. - ¿Estaba soñando? Espero no estar soñando, aunque es un hermoso sueño.

— Si mi hermana también lo desea, aunque sé que sí. – Susurro aquello ultimo. – por mi parte Lord Bridgerton tiene mi permiso. – Alessandro se puso de pie para avanzar hacia él y estrechar su mano. – ¿Cassandra?

— Lo quiero. Acepto su propuesta, Benedict. – Curve mis labios en una sonrisa al sentir el beso en el dorso de mi mano, seguido de eso saco una caja de terciopelo azul para terminar poniendo una sortija en mi dedo. Un hermoso zafiro.

— Felicidades querida. – Violet avanzo hacia mi dándome un cálido abrazo. – cenaremos esta noche, en nuestra casa para celebrar el compromiso.

Apenas los Bridgerton se marcharon comencé a gritar por toda la casa ante lo feliz que estaba, este era uno de los mejores días de mi vida y nada podría arruinar el cómo me estaba sintiendo en este momento, totalmente dichosa por finalmente estar junto a quien me había robado el corazón desde el primer día aquí. Abrace a mi hermano con fuerza y este solo me hizo girar un par de veces. Tenía que escribirles a mis padres, una nueva carta para ellos contándole las buenas nuevas, me casaría y mi hermano también. Bueno aun no le propone matrimonio a Liz, pero sé que lo hará pronto.

Simón no tardó en llegar a nuestra casa luego de haber enviado a uno de los sirvientes a buscarlo. Apenas puso un pie en el salón me lance a sus brazos apretando a este con fuerza, apoyo su mano en mi espalda baja mientras dejaba unos cuantos besos en mi frente junto con algunas caricias en mis mejillas que lograron sacarme algunas lágrimas, las cosas estaban saliendo bien para mí. Después de varias lagrimas finalmente estaba a punto de cumplir mi sueño, casarme por amor y con alguien que respeta mis ideales y mis sueños.

— ¿Realmente te vas a casar? – Nos dejamos caer en el sofá. Charles trajo una bandeja con champange para poder celebrar. – me cuesta aceptarlo.

— ¿Por qué?

— Porque aún veo a la niña de trece años con la que hacía fiestas de té los fines de semana. Mi mejor amiga y mi pequeña princesa cumplirá su sueño.

— Lograras hacerme llorar Simón.

— Serás la novia más hermosa cariño.

— Lo será. Mi hermanita querida ya es toda una mujer. Salud por ti Cassie.

— Y por ti. no tardes en proponerte a Liz. 

Dulce pecadoWhere stories live. Discover now