2. Soledad

10.3K 890 26
                                    

Sarocha POV

En esta vida hay cosas que duelen, unas más que otras, pero hay cosas que te toman desprevenida y cuando llegan...llegan a doler mucho más de lo que uno se imagina.

-¿Crees que esto es un juego maldita mocosa? – Gritó una señora no muy mayor de repente, creo que su nombre era Baitoey, manager de Rebecca.

-No eres la única que se viene enterando recién te juro que no sabía de su existencia hasta hace unas horas, ¿¡Como crees que me siento sabiendo que estoy casada con alguien que ni conozco?! - Dijo Rebecca, mi esposa aún confundida.

La alegría que traía cuando vine aquí acaba de irse demasiado rápido, tal vez haya sido mejor no haber venido, pero quería venir, quería verla. No creí que todo terminaría así, aun me estoy preguntando si es el fin de todo o todo puede volver como antes.

***

¿Yo?, soy Sarocha Chankimha, tengo 18 años. Soy una chica de tez algo pálida, tengo cabello de color negro largo y otros de color miel, yo vengo de Bangkok de una familia que odio con todo mi ser, estudio en la University College de Londres, bastante lejos de Rebecca, por eso quise venir a visitarla mientras pueda.

Pero todo resulto así.

Yo solo estoy sentada escuchando su conversación es triste, quiero llorar en verdad, he estado aguantando así desde que entre a este departamento, mis ojos deben estar rojos, que irónico, y no hay nadie que me apoye en este momento me siento triste y solitaria, pero yo ya he derramado muchas lágrimas antes, todas por Rebecca, por eso hace tiempo le prometí que ya no lloraría por ella.

Pero eso es muy difícil ahora...

¿Qué se siente amar a alguien?, alguien quien le dio un gran giro a tu patética vida ¿Qué esa persona te olvide y que ahora te trate como si fueras una completa extraño y lunática?, y para más que estés casada con ella. Así es como me siento, pero debo aguantar y ser fuerte al menos mientras me estén viendo.

***

-Esto es malo, ¡Rebecca quieres hacerme el favor de escucharme demonios!, acabo de comprobar tu registro civil, y efectivamente estas casada con esa chica esto es malo, muy malo – Baitoey se llevó sus manos a los cabellos, frustrada con ella misma – Sin embargo tu registro no está abierto para todo público es decir que no todos pueden saber que estas casada, para hacer esas cosas se necesita mucho dinero, más del que tienes...eso es extraño.

Eso fue idea mía y de Rebecca para tapar nuestra relación un tiempo solo en esa vez, me sentí bien de tener la odiosa familia que tengo, y de tener ahorros ocultos.

-¡Pues divórciate o haz algo!, oye, ¡Tú! – Dijo Baitoey señalándome – Rebecca tuvo que conocerte y casarse contigo en sus vacaciones, quiero que me cuentes como paso todo, ahora.

Si lo contara ahora definitivamente lloraría.

-No – Respondió firmemente Rebecca, se veía igual que la última vez que la conocí, no había cambiado nada, era igual de hermosa que antes, pero indecisa – No quiero escuchar esa historia no en este momento, no quiero saber porque me case en primer lugar.

Me paré en el acto, como había pensado, mis rodillas estaban temblando me sentía impotente, tenía miedo.

-Tengo que usar el baño... - ¿Fue lo único que pude decir?

Literalmente corrí a esconderme a su baño que estaba un poco lejos de la sala en la cual estábamos sentadas, conocía su departamento por las diversas fotos que Rebecca me mostro antes de él, pero ahora esos son recuerdos vacíos impresos en mi mente Rebecca no los recuerda. Al irme pude escuchar cosas como "¿¡Como no me dijiste en tus vacaciones que tenías una esposa?!, ¿Tienes idea como va a perjudicar en tu carrera?, ¡Gracias a eso esa chica no puede irse!" o "¡Yo nunca me casaría con alguien!, ¡Así que no me preguntes!", las palabras de Baitoey me hacían daño, pero las de Rebecca eran como dagas enterradas en mi cuerpo.

Ella es mi esposaWhere stories live. Discover now