☆; 15

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– ¡Auch ¡Auch! –

– Tranquilo bonito, ya casi llegamos a la regadera. – un británico sostenía la cintura del menor con delicadeza porque en efecto; el hindú no podía caminar.

– Fuiste muy agresivo – habló quejoso Pav.

Hobie miró a su novio con una mueca divertida, ¿Está hablando en serio? Dios santo.

– Yo no fui el que empezó a saltar como un conejo. – este comentario hizo ruborizar las mejillas del pequeño.

– Mira por favor solo olvídalo. –

¿Olvidarlo? Es lo que menos haría el ingles.

– Mi pene no lo hará sinceramente. – y entraron con cuidado a la regadera.

Pavitr estaba por decir algo pero decidió callar, mirando como el guitarrista abría la llave del agua.

– ¡Ay! ¡Frío! ¡Frío! – se sobresalto Pav dando un ligero salto.

Parecía un perrito asustado porque lo van a bañar.

– Ya lo cambio ¿Cómo te gusta el agua? –

– Caliente. – el menor se encontraba pegado a la pared, mirando que ni un chorro de esa helada agua cayera en alguna parte de su piel.

– Mierda Pav es una ducha, no una olla de caldo. – y cambió las llaves, reduciendo un poco lo frío.

– Me gusta caliente, me siento en un sauna. –

– Lo siento pero no me bañaré en agua hirviendo, lo haremos con tibia. – y puso una de sus grandes manos bajo el agua, sintiendo que estaba perfecta para ambos. – Está lista, vamos Pav. –

Hizo caso y se metió debajo del agua, sintiendo cada gota caer sobre su cuerpo.

– Igual podrías bañarte después... – habló en un susurro el asiático.

– Debemos cuidar el agua. – eso era una excusa.

Los dos sentían como el agua recorría sus cuerpos y el como enjabonaban sus pieles, aunque fuera una escenario bastante sexual ambos solo querían bañarse, pues estaban agotados después de aquella intensa noche llena de pasión entre ambos.

Después de que salieran de la ducha con dos toallas cubriendo sus respectivas hombrías, Hobie ayudo a Pavitr caminar hasta sentarlo en su cama. El británico abrió su clóset y buscó unos de sus clásicos pantalones y una camisa igual de rasgada que las anteriores pero está vez era de color azul.

Mientras que Pav miraba su kurta tirado en el suelo, estaba muy arrugado por lo que había pasado en la noche y desprendía un aroma raro, un olor sucio.

Aunque esto hiciera sonrojar al menor simplemente lo dejó encima de la cama, no era correcto ponérselo con esa suciedad.

Dirigió su mirada hacia el británico, pudo visualizar una espalda bien formada mientras se bajaba aquella camisa por la piel de su espalda, obstruyendo la sensual vista que tenía el menor.

El mayor miro esto de reojo, le causó muchísima gracia.

– ¿Qué pasa bonito? – preguntó divertido mientras se subía sus pantalones ya con sus boxers puestos.

– No me puedo poner esto, ¿Tienes algo qué me prestes? –

– Mmh tengo algo justo aquí. – rebusco entre sus camisas y le lanzó una de sus camisas negras con el estampado de una banda a su pequeño novio.

– Muchas gracias chico punk. – miró divertido la camisa ya que era de sex pistols y se la puso, quitó su toalla y notó que aquella prenda era larga, le quedaban por los muslos.

I feel you : ChaipunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora